屈辱 ( Humillación.)

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Era una de las mañanas en aquel castillo, en un mundo tan corrupto por una miseria humana, una miseria divina, una destrucción de tierra, cielo y Olimpo, un ángel de belleza tan atrayente como pecaminosa, obsesiva y fría, observaba a aquél a quien consideraba su juguete, su entretenimiento personal, una mera marioneta que ni el mismo dios sabía o no quería ver.

- Que castigo tan banal -

Expreso, su traje se ondeo y emprendio una caminata, como odiaba a ese ser que daño a su hermano, su preciada joya celestial a sus ojos.

Iba caminando altivamente, importandole poco todo, luego de un largo tramo y bajar de aquella terraza, llego donde aquel ser que estaba en medio de un campo, con una sonrisa social, una falsa sonrisa, una sonrisa de un psicópata en potencia.

- ¿No has acabado? -

Se burló con una bella expresión, sus orbes naranja se tronaron rojos, poco usual, lo tomo del cuello y lo apreto con rabia

- Te adverti que queria que lo acabaces en menos tiempo -

Asfixiaba al dios en cuestión, enterrando sus uñas y no le importo que este intentará detenerlo.

- ¡No es eso! ¡Yu! - Gimió de dolor ante aquel agarre, esas uñas largas se clavaron en su piel, manchando su perfecta piel. - ¡Sueltame! Lo siento! -

- ¡Cierra la maldita boca! ¡Te dije que lo hicieras!- Amenazó a Castiel, con tanta fuerza, odio, venganza, amaba verlo así, humillado, a sus pies, una gran ominosa sonrisa cubría su rostro.

- ¡No! ¡Detente Yu, no es lo que piensas, estaba por acabar!- Expreso con horror ante la violenta forma del ángel de tratarlo,

Yu eso hizo un rato, jugar, luego de golpearlo, lo dejo tirado en aquel césped, llamo a unos seres mas para acabar aquel trabajo, lleno de muchas franjas de oscuridad e intensa emoción de ira.

- Llevenlo de nuevo a las celdas....mi hermano debe volver pronto y saben que al rey no le gustan los fallos....los odia y odia que no todo este en un orden claro.-

Aquel joven era considerado un principe de infra tierra, a cargo de aquellas tierras mientras el mismo rey no estaba, y el era el mas capacitado para secundar al rey sin corona en un momento corto, un ser de angelical apariencia pero un corazón tan frío y oscuro, cruel, dañino, sadico, amaba la matanza, era su pasión, por sobre los pecados carnales.

Su apariencia era tan parecida a su excelencia, el rey sin corona, aunque sus enigmáticos ojos naranja resaltaban cual joya, cuando estaba en medio de la obscuridad, mismo detalle que tenia su hermano.... ¡Por que el era la conciencia del rey de infra tierra!

¿Su nombre? Una galimatía de letras, un cantico tan suave como el verdadero engaño endulzado, la miel de las abejas mas puras pero tan engañosas, su nombre sonaba con esas palabras, Yu.

A lo lejos se escucho un grito, el rubio de bellos ojos vio como golpeaban al dios, rodó los ojos pero le encantaba verlo asi, y a sus pies, aun descalzo arrastrando su vestuario, anduvo con una nueva y renovada sonrisa, una sonrisa llena de jubiló, sadica y una copa de sangre en mano, y dada por uno de los sirvientes del lugar.

- ¿Por qué gritas? No grites cariño, pronto seras juzgado -

Lo pateo con una fuerza tan grande como para dejarlo noqueado, solo se reia de él, de su pobre vida a lado de aquella figura divina, mas cruel que cualquier dios que haya pisado infra tierra y las guerrras.

- ¡Yu! - Cayo en el terroso suelo de pavimento, Yu aún tenia su fino pie sobre el pecho de Castiel.

- Cierra la puta boca esclavo - Expreso con desdén, y luego se giro. - Luego vendré por ti, escoria, o vendrán por ti.-

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⏰ Última actualización: Mar 08 ⏰

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