Capítulo 20

86 18 9
                                    

Desperté cansada nuevamente. A veces el cansancio en las piernas duraban días. 

Llegué al trabajo completamente dormida. Pensé que, tal vez, podían darnos unos días pero, al parecer, no. Necesitaba vacaciones. Y las necesitaba en Chicago en realidad, pero creo que sería demasiado obvio. Además de ir a cobrarle los abrazos a Evan, que supuestamente él debía para mí. 

Ya en el trabajo y frotándome los ojos que seguían dormidos y cansados, Steve se acercó a mí para entregarme unos documentos.

—Buenos días —me dijo—. Ten esto.

Tomé los documentos entre mis manos para dejarlos junto al teclado de mi computadora, y ladeé la cabeza para mirarlo con suspicacia.

—¿Qué tienes?

—¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde? —se tocó la cara a una velocidad máxima—. ¿Qué tengo?

Carcajeé, lo cual podría haberme oído todo el mundo—. ¿Qué pasa? Es que estás rojo. ¿Tienes calor? 

—¿Eh? No estoy rojo —me dijo fingiendo no entender nada.

Steve no estaba rojo. Sólo quería volverlo loco.

La verdad es que, hace unas horas atrás, Lydia vino a decirme que Steve le había pedido para salir, más allá de que se estaban conociendo pero... querían conocerse mientras eran novios. Así que era mi momento para poder pincharlo. Además de que era gracioso. 

—Hhum. —Me paré en mi lugar y lo escaneé de arriba hacia abajo—. Algo huele raro aquí.

Steve levantó sus cejas. Se alejó unos pasos de mí—. Me estás cansando, ¿qué tengo? —Y de repente, pareció haberse dado cuenta hacia donde iba—. Oh... claro. Ustedes son rápidas, ¿no? Desde luego Lydia no puede mantener un secreto.

—¿Era un secreto? —le dije—. ¿Acaso te da vergüenza ser su novio?

—Claro que no —dijo—. No me gusta que se metan en lo que me importa.

—Es decir, ¿te importa? —sonreí divertida. 

Suspiró enojado. Y se acercó a mí, inclinando su cabeza hacia en forma desafiándome—. Me quitas la poca paciencia que tengo en mis mañanas.

Me reí—. Eres un idiota enamorado —le dije.

—Mira quién habla —me dijo Steve.

Bueno, estaba por perder la pelea así que cambié de tema. Me giré par a volver a sentarme y seguir haciendo mi trabajo en la computadora.

—No te gusta perder —siguió hablándome. Lo ignoré apretando mis labios para no reír. Luego, se giró y comenzó a caminar lejos de mí. Exclamó—. ¡Tú estás enamorada Jenna Bennet! 

Miré hacia a mi alrededor desesperada. Todos lo habían escuchado. 

Pedazo de idiota.

El día había pasado bastante rápido. Aunque todo era muy aburrido. 

La relación que tenía con Connor estaba mejorando. Traté de acercarme a Brianna pero sinceramente era un poco imposible. Si no había esfuerzo de su parte, yo no iba a gastar mis energías así que me resigné. Lo bueno es que con Connor podíamos hablar como dos personas civilizadas, me ha traído al trabajo algunas cosas que quedó en su casa. Y lamentablemente, no se tardó en difundir el rumor de que habíamos terminado. Eso ocasionó que Williams nos llamase y nos preguntara si podíamos trabajar de una forma cómoda, lo que afirmamos y dijimos que éramos muy buenos amigos y que no debía preocuparse. Williams nos aseguró que estaría pendiente de nosotros pero no de una mala manera.

A Través De Mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora