ꜱᴛᴀʏ ᴀʟɪᴠᴇ ||Maitake||

Capitulo I

El teléfono sonaba casi como enloquecido, ambos hombres con traje elegante miraban el dispositivo como si fuera a explotar, pero intentaban mantener la cara de indiferencia.

─No debió aceptar ese plan.─ Hablo koko mientras escuchaba por el intercomunicador lo que sucedía al otro lado.

─Quería acabar al traidor con sus propias manos, no había otra solución. Sabes cómo es sobre todo con él.

Rin se sentó mientras hacia una mueca de molestia.

─Posiblemente ya lo sepa.

─Si Posiblemente.

Una motocicleta a la velocidad donde solo puedes observar las cosas como largas filas de colores se pasó todos los semáforos posibles mientras esquivaba los coches.

En su cabeza solo podía repetir una y otra vez el estúpido trato que habían pedido para entregar al traidor.

Como fue que se dejó engañar de esa manera.

Apretó los dientes con molestia, el joven de cabello negro.

─¡Maldición! ─Aceleró sintiendo que no podría llegar.

Un joven de cabello largo lucia inclinado mientras sus manos estaban atadas en una alta barra de hierro, sus pies no alcanzaban a tocar el suelo sin embargo el no parecía cansado más bien aburrido.

Con el cabello cubriéndole la mayoría de la cara tuvo que soplar para que su cabello se hiciera a un lado.

─Oi, esa es la clase de tortura que le hacen al jefe de una enorme organización...me muero...de aburrimiento.

En su rostro había un par de moretones y sangre seca debajo de su nariz, pero no había ningún rastro de dolor. Las cuatro personas que lo vigilaban voltearon a verlo con una sonrisa burlona.

La risa de uno de los hombres resonó por la enorme fabrica.

─En un momento volveremos a darle la atención que necesita su majestad.

─Nuestro jefe está a punto de llegar...y su traidor─ Agregó otro hombre barbudo.

Eso hizo que los ojos de Mikey brillaran con interés, se movió de lado intentando ver si realmente el lugar era como lo habían planeado los Haitani.

Sonrió para sí mismo.

"Tienen que tener un aumentó."

El hombre barbudo camino hacia él levantándole la cara violentamente haciendo que su cabello se volviera más desordenado.

─¿De verdad esta cosita es el invencible Mikey?

─Le hemos dado una paliza y sigue como si nada, ¡No lo subestimes! ─Dijo el hombre calvo.

Mikey solo sonrió antes de que el hombre le soltara un puñetazo.

─Woow! Ese casi me hace sentir que eres mi hermana.

─¿Que estupidez estas diciendo?─ Le tomo el cabello tirándolo hacia atrás mostrando completamente su rostro-Sigue riendo cuando llegue nuestro líder el único que gobernará este lugar será él.

En seguida la enorme puerta de la fábrica se abrió y una lujosa camioneta se estacionó a la entrada.

Un hombre alto de traje costoso se bajó junto a otro que portaba un distintivo de Boten.

La mirada de Mikey brilló con instinto Asesino y fríamente sonrió.

─Te tengo. ─El traidor se estremeció al sentir esos ojos sobre él.