Practica.

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En el ejército, un teniente se encarga de llevar a cabo a la perfección toda orden que los rangos mayores dicten. En un ambiente normal, los soldados terminan detestando por completo a quien llevé ese honor, por sus crueldades o duros entrenamientos. Sin embargo, ese no es el caso del ejército exorcista del cielo.

Lute estaba sorprendida ante la gran bienvenida que le dieron sus soldados al salir del hospital, entre abrazos y palabras de halago, su sonrisa no podía evitarse. El ambiente se llenaba de anécdotas y risas en el edificio, todas unidas como hermanas. El único detalle es que Adán no se encontraba allí. Ella había venido a retirar su papeleo correspondiente con la esperanza de encontrárselo. Intentó no desanimarse para no preocupar a sus soldados, quienes habían organizado una bonita reunión de bien llegada.

Hubiera deseado que esto continuara, pero todas las presentes tenían cosas que hacer. Aun así, la albina todavía seguía agradeciendo por toda la amabilidad de sus camaradas. Al buscar los papeles que debía llenar, no los encontró. Ni en el escritorio de la oficina, en el buzón tampoco, ni siquiera en las carpetas de papeles pendientes, sus documentos no estaban.

¿Habrán quedado en las oficinas de Sera?.. Es lo último que me faltaba.– Se decía a sí misma al salir del despacho, no quería ser una molestia para la serafín mayor.

Los edificios están divididos, uno exclusivamente para las prácticas del ejército, y otro para administrar todo lo que sucede en el cielo. Para la albina, visitar las oficinas que dirigen las decisiones del cielo ya es un hábito, aquí se llevan a cabo las distintas reuniones, donde Adán es convocado y ella lo acompaña. Caminaba por los iluminados pasillos con pasos silenciosos, era un horario laboral y debía ser respetuosa. Iba algo distraída buscando entre los números de las puertas cuál le correspondía al buzón de ese edificio, no se percató de que se encontraría con la joven serafín.

¿¡Lute!? ¡Bienvenida! ¿Qué haces aquí?– Emily se mostró sorprendida de que estuviera en los pasillos, más que nada, porque toda la documentación fue entregada. Antes de poder tener una respuesta de la teniente, le proporcionó un apretado y alegre abrazo, dejando a la albina sin aire.

Un segundo, por favor...– Le pidió entre la falta de aire, dándole a entender a la pecosa que la podía soltar. Una vez recuperó el aliento, la joven serafín se mostró apenada. –Busco a Sera, necesito preguntarle sobre el correo de los últimos días.

¡Oh! Sera está en una reunión, me dejó a cargo en lo que regresaba. ¡Por Nuestro Señor, me alegra tanto que estés aquí! No te preocupes por eso, todo fue entregado.– La sonrisa emocionada de Emily no podía apartarse de su rostro, aunque su comentario desconcertó a Lute.

Disculpa, ¿a qué te refieres con que "todo fue entregado"?

¡Claro! Adán se encargó de eso. Sera estaba tan sorprendida, no entiendo por qué, pero de seguro fue algo emocionante.– La serafín menor soltó una pequeña risa. Aunque, se dio cuenta de que la albina se quedó en blanco, eso la preocupó un poco. –¿Qué pasa? Si quieres llamo a Sera, es que pocas veces me pusieron a cargo.

Tras su muestra de preocupación, Lute volvió en sí, viendo la expresión angustiada de la joven serafín. Suspiró algo sorprendida y negó con la cabeza, no esperó llevarse tal sorpresa.

No, no. Agradezco que me hayas dicho, Emily. Creí que tendría trabajo que hacer.– Le comentó en busca de que deje de preocuparse, la expresión de la pecosa cambió a una más aliviada tras ello. Observó el pasillo antes de agregar: –Una última cosa. ¿Sabes donde está Adán?

𝐄𝐥 𝐫𝐞𝐧𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 (Adam x Lute)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora