Separados

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Las mentiras piadosas son aquellas pequeñas que pretenden ahorrarte un dolor o, del mismo modo, llevarte una alegría o a un bien

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Las mentiras piadosas son aquellas pequeñas que pretenden ahorrarte un dolor o, del mismo modo, llevarte una alegría o a un bien. A veces no son mentiras, si no tan solo ocultar la verdad de forma deliberada.

¿Sabes esa extraña sensación que provocan?

Cuando tus padres te decían que el ratoncito Pérez recogía tus dientes para que no tuvieses miedo a perderlos. O cuando dices que te encanta un regalo terriblemente horrible para no herir los sentimientos de nadie.

Son aquellas que quieres creer o hacer creer, porque es mejor así.

No se parecía en nada a aquello que le habían ocultado a Brooke. Pero se sentía igual de amargo, igual de traicionada que cuando se enteró que Papá Noel no existía.

Es una de esas cosas que desearías no haber sabido nunca.

Brooke ahora lucha por asimilar algo que estaba segura de que era imposible. Esta vez Papá Noel sí que existía, y se lo había ocultado.

La puerta resuena de nuevo con golpes fuertes, desesperados.

Alexander lleva llamando cerca de dos horas de forma insistente sin recibir respuesta, pero no parece cansado, y no piensa marcharse sin escuchar su voz.

- Me conoces, Brooke.

'Creí hacerlo.' Piensa ella acercando más las rodillas a su pecho en una posición fetal de protección. Sin atreverse a levantar la mirada hacia la puerta, tan solo un par de metros más allá.

Alexander suspira alejándose tan solo un paso, sintiéndose frustrado y cada vez más dolorosamente lejos de su mate.

Después de correr libre como lobo desahogando toda la rabia durante demasiadas horas, hasta que sus patas ardían por el esfuerzo, terminó en la casa de su pelirroja.

Por suerte, no parece que haya ningún cazador acechándola. Ni los Collins, ni Nicolás ni sus secuaces.

Si no, iban a descubrir lo que era verdaderamente ser descuartizado hasta la muerte por un verdadero lobo.

El silencio se extiende por unos largos minutos y Brooke cree que tal vez, por fin, se ha dado por vencido. Ella también suspira contra la nada, secándose una última vez las lágrimas y viendo como Simba, el viejo gato, se acurruca sobre ella como si tratase de consolarla.

A pesar de los intentos del animal de acompañarla, se siente más sola que nunca.

Sus padres están lejos. Sus amigos parecen ser unos mentirosos cazadores de Dios sabe qué. Y Alexander... Ni siquiera puede ponerle nombre al caos de sentimientos que ha provocado en ella.

- Los hombres Lobos han existido desde hace demasiados milenios. De hecho, puede que en ningún momento no lo hicieran.

El corazón de Brooke salta cuando oye esa grabe voz de nuevo, seria, calmada y fría, desde el otro lado de la puerta.

La Noche De Los LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora