Piel desnuda

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  El calor de aquella discusion iba subiendo de tono y con aquello por  el mismo camino un pulso acelerado un corazón latente desenfrenado y una mirada abrupta metida en aquella conversación la cual habían pasado por alto.

  Vidrios rotos por el suelo y una amistad al borde del colapso, el joven de cabellera rubia no sabía cómo salir de aquello, no quería discutir pero tampoco quería gritar, solo quería ser escuchado esperando compresión.

   Aquel conflicto mental ya le tenia aturdido y pelear para el no era la opción más razonable, pero lo mataba por dentro la idea de que su confidente solo pensará en si mismo, ya no tenía forma de contarle que su acto tan fuera de lugar era casi un método de supervivencia.

  Sin embargo el joven rubio jugaba con sus dedos recordando la fragancia tan citrica de aquel chico de cabellos oscuros y que parecía llevarse parte de el en esa pintura, fue su salvación en un momento de desesperación pero ahora solo le quedaba de nuevo la incertidumbre de cómo va salir de esto sin sentirse miserable nuevamente.

   Para el mayor todo era como si solo el únicamente llegara a conseguir siempre las peores partes, quería encontrar un final feliz de sus desgracias pero en el fondo el quería lo mismo que Ciel, por ello se perdía locamente en su desesperación por salir de tal conflicto sin cederle la razón a nadie, ambos estaban allí juntos pero aún así sentía miedo de perder su propia personalidad a través de ese que ahora solo le parecía un disfraz con mucho peso, y unos zapatos que no cualquiera podría llenar pues no conocían las dos caras de la moneda.

   Esas doble vidas que deben llevar le hacían ver cuánto daño puede recibir una señorita para obtener un buen cargo, y eso solo parecía ser el inicio, el se sentía como un pastel del cual cada persona superior quería un trozo de el, mientras que Ciel aquel que decía sería su fuente de apoyo solo se comportaba como un espectador más en este circo, dónde las palabras mudas y los gritos ahogados son como una señal de auxilio sin respuesta, como le hacía entender el daño que le habían hecho ya que su amigo del alma al no haberlo vivido igual solo podía hacer inferior su sentir o verle a la cara como si este solo dramatizara demás.

  El mayor solo se auto castigaba al ver cómo el menor le gritaba o le atacaba, decidió guardar silencio y poco a poco iba retrocediendo hasta sentir el choque de su espalda contra esa pared que ya la sentía como recostarse sobre clavos.

  Se recostó en esta y lentamente fue arrastrándose bajando su cuerpo hasta tocar el frío suelo, susurrando y con sus manos temblorosas tenía la mirada perdida y solo procedía a tocarse el rostro recordando cada cosa que ocurrió en esa noche, con aquellas lágrimas adornando el recorrido de sus mejillas hasta su pecho, sin llegar a pensar quien le podría estar observando como un espectador principal en esa entrada.

-Cuántos segundos de muerte debo tener para que puedas ver qué esto no es sano para ti ni para mi, ya ni siquiera sé quién soy, no puedo reconocer lo que alguna vez fui me siento como una presa en este lugar-era lo único  que podía pronunciar sin sentir que cada palabra se cortaba y se hacía un nudo en su garganta, esto le era como la misma sensación de estar ahogandose con piedras-
 
  Alois quería creer que no estaba al borde de la locura pero como podría hacerle entender a su amigo, sin querer seguir en tan acalorada discusión que ya no quería formar parte de esto que el le llamaba vida.

  Tomando un suspiro pesado y retomando la compostura decidió levantarse del suelo en un intento desesperado por hacerle ver lo que este sentía, se acercó a su compañero y tomo de su mano le hizo sentarse en la cama esperando no recibir un golpe de su parte, pues era conocido que su amigo odiaba la cercanía, Ciel solo podía mirarlo perplejo y confundido sin entender nada se dejó guiar.

-Esto lo hago por los dos debes entenderme, quizás no lo puedas notar ahora pero al salir de aquí tendremos aquello que tanto soñamos-El rubio lo interrumpió colocando un dedo en los labios del menor, pues tan solo quería algo de silencio para decirle lo que le mataba por dentro-

-No... Esto no es lo que yo quiero.. Es solo lo que tú quieres que sea, como puedo mostrarte que no todo lo que brilla será de oro, antes sentía que las damas tenían muchos privilegios, pero ahora solo siento que cada uno de ellos se paga con un precio tan alto como lo es la vida misma, como puedo mostrarte las espinas ocultas de esta rosa, como te puedes engañar a ti mismo con la codicia de superar más haya de lo que está a tu alcance-Alois abría más sus ojos y le tomo de las mejillas Ciel estuvo en un estado de shock por unos segundos al ver lo que su amigo decía y no poder comprenderlo-

-Estas locamente equivocado como puedes decir que esto no es sencillo es solo vestirnos de mujer ¿solo portar un vestido se te hace complicado? o no te son suficientemente altos tus tacones, o como piensas creer que tienes la opción de renunciar solo te quejas de que tan malo es esto, o que crees que dirán cuando salgas de aquí nadie va aplaudir tu supuesto acto de valentía, yo al menos puedo ver qué todo esto valdrá la pena al final todo el sacrificio, yo si pienso usar este porte hasta que mis pies sangren y mi cuerpo no lo resista no me importa vivir en esta mentira, tan solo piensa que dirán cuando descubran quienes somos esto será una revolución y una guerra interna para la igualdad un nuevo comienzo para las jerarquías

-Tu solo puedes ver a través de tus beneficios pero ya has perdido la razón inicial por la que estás aquí-Alois solo se levanto de la cama para abandonar esos aposentos que ya sentía le sofocaba y tiro la puerta al salir, suspiro y secó sus lágrimas notando que alguien lo había observado gran parte del tiempo de aquella polémica, una pequeña niña que recién había ingresado al recinto, sin entender que sucedía solo se quedaba observando la escena, tratando de ir tras de él, como si tuviera que entregarle algo como una pequeña mensajera necia iba tras de él quien iba destrozado sin perder su imagen femenina para no ser decapitado.

   Alois solo podía ir observando todo su alrededor deseando que las paredes le cayeran encima y finamente sentir un alivio, pero cada paso le dolia más termino de quitarse el otro zapato sin importar quién podría  encontrar el otro que quedó extraviado en el camino, pudo llegar a su habitación y al abrir la puerta pudo encontrarse con una sorpresa una flor morada.

  A paso lento se acercó sin cerrar la puerta pues le parecía extraño que alguien más pudiera a ver entrado en su habitación más haya de los sirvientes, y más que ese detalle estuviese sobre la cama.

   El amaba las flores moradas pero a nadie le había llegado a contar su enfermizo gusto por estás, la pequeña niña que iba siguiéndole solo se le quedó mirando fijo sin entrar y dejo una flor morada en la entrada de su cuarto junto con una pequeña nota, el solo volteo a mirarla y ya no le importaba quien pudiera verle, solo quería dormir un poco y sentir que la vida no era tan mala hace días se sentía como estar caminando sobre agujas cada paso puede ser su perdición o puede llevarlo a perder la vida como la conoce, sin embargo tomo algo de valor al ver que la niña se marchaba y decidió acercarse a la puerta para tomar la flor y la nota.

    Aquella nota estaba perfumada y el olor se le hacía tan familiar al grado en qué una pequeña sonrisa se formaba en sus labios.

  Nota:

Cuando te sientas sola o las estrellas no sean suficiente cobijo por las noches búscame en cada pintura en cada estrella que veas y en cada palabra que emane tu belleza.

Esto le ruborizaba pero a su misma vez no quería caer en estas cosas del amor pues recordaba las razones por las que estaban allí más no negaría que era un lindo gesto, esto le había traído algo de calma, procedió a cerrar la puerta y a recostarse un rato en la cama sintiendo la caricia de unas sábanas de seda despojándose de cada prenda, se levantó nuevamente y contempló su propia desnudez al espejo, buscandose a si mismo en este.

  Mientras que en otra habitación se encontraba Ciel quien solo sentía que las palabras le resonaban en la cabeza pero para el joven de ojos azules todo aquello parecía tratarse de una niñeria cegado por su orgullo imponente, trataba de mentirse a si mismo haciéndose creer que no había ningún problema, como si el humo que le restaba visión de la realidad alterada no le permitiera notar que tanto daño le causaba ese lugar.

  Cuan ahorcado debía estar para darse cuenta aquel lugar le había drogado la mente, descuidando a quien parecía haberle apoyado incondicionalmente aún cuando esto iba contra sus principios.

-¿Acaso abre sido tan cruel con el?-comenzaba a cuestionarse más de lo debido pero ya no le quedaba más que seguir pues no quería darle tantas vueltas al problema-

Continuara...

colegio para señoritas (alois x claude , sebaciel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora