Dos jóvenes adinerados uno de 16 años y otro de 17 herederos de una gran fortuna, deseaban con mucho anhelo pertenecer a la alta sociedad, pero no eran tomados en cuenta como ellos esperaban no solo por su edad si no por su sexo, ya que quienes eran tomados en cuenta en aquella jerarquía eran solo las señoritas.
Solo las nacidas de una familia con fortunas envidiables tendrían la dicha de recibir tal poder, y los chico de gran fortuna eran solo utilizados como simples muñecos que adornaban los hogares y aumentaban las propiedades, utilizados como para dar a entender ante los demás que una mujer lo tenía todo, como si el dinero pudiera comprar la felicidad.
Los hombres solo eran objeto para dar imagen, pero los dos jóvenes de herencia digna de envidiar no querían quedarse de brazos cruzados siendo objeto de adorno, para seres tan vacíos y llenos de avaricia, y sin el mas mínimo deseo dar imagen a cualquier señorita que buscaba matrimonio, estos chicos estaban dispuestos a cambiar tales valores en la sociedad.
Ambos se encontraban en un evento social en una fiesta de té con la señorita Midford y una anciana de la alta sociedad que era parte de la mayor jerarquía la reina, por aquel motivo sus fieles y leales servidores debían estar presentes.
-Es un honor el tener la presencia de ambos en esta reunión social, y es todo un honor verlo en persona señor Trancy.-la señorita Midford le hizo una reverencia y le dedico un dulce mirar extravagante al joven de cabellera rubia-
-Oh bella señorita Midford, el honor es mio al conocerla a usted en persona, su primo Ciel es muy leal amigo me a contado mucho de su extravagante vida, pero lo que no confeso es que su belleza es única, su cabello rubio es como ver el mas fino oro exportado de los rincones más remotos, y sus dos verdes ojos son como ver dos esmeraldas que no cualquiera tiene la dicha de poseer, dichoso será el caballero que la represente-el joven de cabellos rubios y ojos azul claro tomo la mano de aquella de orbes verdes, y se coloco en posición de reverencia beso la mano de la acompañante de cabellos rubios, aquel joven a pesar de todo mantenía sus modales y mas cuando se trataba de una dama-
-Señorito Trancy usted es todo un caballero y no hace falta considerar el hecho de que ya debe de tener el honor de estar comprometido con alguna señorita con mucho poder en la jerarquía.
-Señorita Midford con todo respeto aun no me encuentro comprometido, no pienso volverme solo un adorno para dar una falsa imagen a una dama, solo para hacer creer a la sociedad de mente tan dormida y cerrada, que puede conseguirlo todo solo por ser de un sexo opuesto, disfruto de la soledad y soy libre decidir y darme a destacar en cada evento social sin la necesidad de tener a una dama de clase alta o baja a mi lado, se que esto le va parecer un acto imprudente proviniendo de un caballero de alta alcurnia, pero este es mi comentario y mi punto de vista ante tal aberración que de sus labios se a liberado, el día en que me entregue en cuerpo y alma será por amor y no por conveniencia mutua-el semblante cambio de inmediato ante el comentario de la señorita Midford, dejando ver a la vista una mirada filosa y petrificante en contra de la mirada de la joven de orbes verdes, la cual cambio abruptamente por completo de ser una mirada dulce y amable, a una arrogante y fría por el comentario dicho de aquel joven, el cual después al verla así solo se resigno a poner una sonrisa amable y con un poco de hipocresía, y el ambiente tenso mezclado con hipocresías eran un ámbito social del cual aprender ejecutar como un deporte-
Después de unos pocos minutos de cortos diálogos incómodos, se acercaron a la mesa en que se encontraba la reina en compañía de otras personas, cuando tomaron asiento la anciana de cabellos color plata y los demás acompañantes comenzaron a hablar de un tema en particular.
-La mujer de piel arrugada y rasgos desgastados por los años abrió paso al debate a relucir-Ya que estamos todos y todas reunidos hay un tema del cual me gustaría hablarles, en especial para la señorita Midford, pronto se llevarán a cabo las pruebas de admisión para ingresar al tan prestigiado colegio de señoritas de alta sociedad, colegio fundado para la futuras damas de la jerarquía, solo entran las mejores señoritas según sean sus cualidades, y poderes influyentes en la sociedad, una lengua filosa mas una cualidad son dignas de pertenecer a la jerarquía.
-Disculpen mi pregunta tan imprudente majestad, pero en ese colegio ¿no pueden ingresar chicos?.
-No hace falta decir tal vulgaridad y tanta falta de imprudencia ya que seria una falta de respeto al tan pecaminoso pensar en caballeros allí mezclados con las futuras emperatrices o gobernadoras de este reino, el futuro de nuestro reino esta en manos de esas jóvenes, los jóvenes caballeros no pueden estudiar en tal lugar, ese colegio tan prestigiado es solo para damas para las futuras monarcas las futuras damas de la corte real, pero volviendo a lo que importa lo mejor de todo eso es que las señoritas que se gradúan de ese colegio son las mas respetadas y son mucho mas tomadas en cuenta por las altas jerarquías, y solo en ese lugar de alto prestigio entran las mejores señoritas, y al graduarse les da mucha mas posibilidad de conseguir un esposo que las represente como se debe, como un duque, un príncipe, un conde, o posiblemente un rey si se corre con la suficiente suerte.
-Ambos chicos al escuchar eso se miraron por un momento como si una idea traviesa les hubiese llegado a ambos a la cabeza, esa conexión instantánea bastó para llevarlos a caer en pensamientos vagos-
-Podrían disculparnos a mi y al conde Trancy, es que acabamos de recordar que tenemos otro compromiso pendiente y por eso debemos retirarnos espero puedan comprendernos.
-Cuando ambos chicos se retiraron y salieron de aquel lugar se subieron en un carruaje rumbo a la mansión Trancy, en el camino a la mansión de los labios de ninguno se formulaban palabras y al llegar ambos chicos salieron del carruaje sin formular palabra alguna ya en la habitación de el joven Trancy, Alois se tiro en la cama con una mirada victoriosa.
-Se que pensaste lo mismo que yo al escuchar aquellas palabras salidas de los labios arrugados de la reina, pero ¿cual es tu plan?-la mirada del joven de orbes celestes con la mirada perdida en el techo se lo decía en tono burlón-
-Si la memoria no me falla recuerdo que la reina había comentado que la señoritas debían practicar sus habilidades, lo que quiere decir que la prueba de admisión será sencilla podemos hacernos pasar por chicas-El joven conde de cabellera rubia pensaba sería buena idea cometer tal locura sin pensar lo que acabaría tal responsabilidad-
-Pero hay un pequeño problema si llegan a descubrir que somos chicos nuestros apellidos quedaran manchados de por vida y de esa manera jamás nos tomaran en cuenta, lo perderemos todos ¿estas atento a las consecuencias que conlleva esto verdad?-el joven de melena azabache miraba fijo a su acompañante quien no parecía medir los riesgos de tal acto-
-Ya que esta es la única opción que nos queda, no hay mas opción mas que tragar nuestro orgullo y disfrazarnos de mujer, abandonar mis pieles y tomar la delicadeza de una dama.-el joven quien mantenía la mirada fija al techo desviaba su mirada a un lado-
-Si así lo deseas me encargare yo de los detalles, ya veras como seremos unas señoritas perfectas seremos las mejores del lugar.-el joven con ironía sonreía y con sarcasmos escupía las palabras, con una sonrisa temblorosa sintiendo el peso de ese acto que estaban por cometer, sintiendo a flor de piel el gran peso de esa gran mentira, por la cual arriesgarían tanto, y su vida, ya no seria la misma como ahora la conocían, no era fácil desaparecer así y jugar con la vida y todo un legado por marcar, y todo lo que ponían en juego no eran cosas sencillas-
Ambos chicos se encontraban decididos sobre lo que harían por tan solo ser tomados en cuenta en una alta jerarquía tan retorcida
continuara...
ESTÁS LEYENDO
colegio para señoritas (alois x claude , sebaciel)
RomanceEn el mundo de la alta sociedad solo las señoritas pueden encajar, y los caballeros solo quedaran a un lado como un simple muñeco de porcelana, pero dos chicos muy adinerados y herederos de una gran fortuna no piensan quedarse aun lado de brazos cru...