❝Aunque quisiera evitarlo, no podía. Ella ya estaba enamorada de él, y sus ojos azules como el mar eran irresistibles. No solo por ese hermoso color azul, sino porque en ellos podía ver un mundo de emociones y experiencias que la cautivaban.❞
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"Los ojos de la chica eran como dos ríos cristalinos que fluían silenciosamente por su rostro, reflejando el dolor y la traición que sentía en lo más profundo de su ser."
𝐓𝐇𝐈𝐒 𝐈𝐒 𝐍𝐎𝐓 𝐓𝐇𝐄 𝐄𝐍𝐃
Seori suspiró suavemente, dejando escapar una bocanada de aire que se mezclaba con el viento fresco que acariciaba su rostro. Miró hacia el cielo, donde el sol luchaba por abrirse paso entre las nubes grises que amenazaban con desatar una lluvia inminente. A pesar de la oscuridad que se cernía sobre el horizonte, los rayos dorados del sol aún se filtraban, pintando el paisaje con un matiz melancólico pero hermoso.
En ese momento, Annabeth rompió el silencio con una pregunta inesperada. Seori giró su cabeza hacia ella, frunciendo ligeramente el ceño y formando un leve puchero en sus labios, una expresión de curiosidad que apenas se asomaba en su rostro.
—¿Te gustaría contarme algo? —preguntó Annabeth, su voz llena de una curiosidad genuina.
—¿Algo como qué? —respondió Seori, tratando de sonar casual pero con un brillo de intriga en sus ojos.
Annabeth soltó una sonrisa cómplice y negó con la cabeza, desviando su mirada hacia la playa que se extendía frente a ellas.
—Algo sobre ti y Percy. He notado cómo se miran el uno al otro, hay algo especial ahí.
El calor en las mejillas de Seori se intensificó, como si el sol mismo estuviera iluminando su rostro en ese instante. Intentó ocultar su nerviosismo, jugando a la inocencia.
—¿De qué estás hablando? —preguntó, fingiendo desconocimiento mientras su corazón latía con fuerza en su pecho.
—Vamos, Ori. Sé que tú y yo no somos las mejores amigas, pero hemos compartido suficiente tiempo juntas como para conocernos bien.—instó Annabeth, con una mirada llena de complicidad.
Seori clavó sus ojos en Annabeth, dejando que una falsa confusión se dibujara en su rostro. Quería ocultar la verdad, pero sabía que no podía engañar a su amiga.
—No tengo idea de lo que estás hablando.—respondió Seori, tratando de mantener su voz serena a pesar de la tormenta de emociones que se removían en su interior.
—Se miran como si estuvieran dispuestos a darlo todo el uno por el otro.—continuó, su tono de voz tranquilo pero cargado de significado. — Lo he notado desde el campamento. Proteges a Percy de una manera... diferente.
Seori suspiró, incapaz de negar lo evidente. Asintió lentamente, admitiendo lo que su corazón ya no podía ocultar.
—Tal vez... tal vez me gusta Percy.
Annabeth soltó una risa irónica, dejando claro que conocía la respuesta antes de que Seori la pronunciara.
—¿Tal vez? No me engañas. Tus ojos brillan de otra manera cuando estás con él.
