Mi niñero [BORRADOR]

(III) Mes solitario

ERICA

Mi padre tenía planeado ir a un viaje de trabajo hace más de un año. En sus semanas sería ese viaje. Yo estaba emocionada, podría hacer múltiples fiestas sin mi estricto padre. Un respiro no me haría mal. Pero como dije, "estaba emocionada", solo estaba, ya no, ya que mi padre me había dicho que contrató a un niñero. ¿Que mierda?

—Antes de que me juzgues, sé que será lo mejor. Sé que habíamos acordado que te dejaría hacer planes a partir de ahora, pero no puedo dejarte sola un mes entero. Todo podría pasar, y no quiero...— duda sus palabras unos segundos —nada de ñiki-ñiki en esta casa, ¿Okey?

—¿Que mierda? Papá, ¿En serio me crees capaz de perder mi virginidad en esta casa solo porque no estás presente? Osea, ¡Dios! ¡No confías en tu propia hija!

Mi padre hizo una mueca de arrepentimiento. Yo sabía bien que el confiaba en mí, pero no lo hacía notar.

—Hija, sabes que confío en ti, pero es demasiada responsabilidad para ti.

Yo solo le hago un "okey" con el dedo. Me giro bruscamente, y al entrar en mi amplio cuarto solo doy un portazo tan fuerte que hasta en otro mundo podría oírse. No quedaba más opción que esa.

***

—Que aburrido, yo quería disfrutar de tu mes solitario.— mi mejor amiga, Margarita, dice al escuchar la noticia de mi niñero.

—Ya sé, me quiero morir— respondo yo.

—Pero tiene nuestra edad, quizás quiera salir de fiesta y tú te aprovechas y también sales— Marga me guiña un ojo y yo río.

—En realidad es dos años mayor, pero si— digo. Marga rueda los ojos.

—Si está bueno me lo puedes presentar, a lo mejor algo bueno sale de ahí...— mi otra mejor amiga, Cora, dice mientras apoya nuestros cafés en la mesa del bar en el que estábamos reunidas y se sienta junto a Marga.

—Que asco, no quiero que mi niñero y mi mejor amiga estén teniendo sexo en mi casa— bufo.

—Lo podría sacar un rato de tu hogar y llevarlo al mío— Cora da un sorbo a su café helado. Yo hago un gesto de vómito mientras señaló mi boca.

—Erica tiene razón, mejor que se lo quede ella— Marga dice mientras saborea su comida.

Ruedo mis ojos exageradamente.

—Ni en sus sueños— contestó.

***

Veo a mi papá llegar de hacer las compras. Había comprado tantas cosas como para llenar 4 bolsas, y tenía dos extras colgando de sus ojos llamadas ojeras. Aunque estas últimas siempre las llevaba puestas.

—¿Qué tal, linda?— pregunta este al verme sentada en mi living. Me paro a saludarlo con un beso.

—Compre lo que me pediste.— este se refería a un juego de mesa.

—Gracias, pá.— recuerdo a mi niñero y el show que haría este y me malhumoro —Aunque así de fácil no podrás comprarme— agrego con una amargada cara.

—Por favor, hija, no seas tan dramática. Entiendo que seas una diva que le guste ser la reina del drama, pero basta— dice mi padre, y admito, logrando ofenderme bastante.

No hago contacto visual con él, solo tomo el juego de mesa con fuerza y volteó bruscamente para ir a mi habitación. Cierro la puerta tan fuerte que el golpe podría haberse escuchado en otro continente, tranquilamente.

***

—El tiene muy buenas notas, también será tu tutor.— Dice mi padre entrando a mi habitación con una bandeja que contiene mi comida arriba suyo. Volteó los ojos.

—Está bien.— digo por más que no estaba segura de que sea así. Pienso unos segundos y al reflexionar me doy cuenta que es mejor hacer las pases con mi padre

—En serio, papá, está bien. Entiendo tu preocupación, me dejarás sola un mes entero.

Mi padre hace una mueca incomprensible y rasca su cabeza.

—Con respecto a eso...— mi padre toma asiento junto a mi en mi cama y corre unos mechones de pelo hasta atrás de mi oreja. Lo miro confusa —tendré que quedarme un poco más de tiempo fuera. Todavía no terminé de negociar si tu niñero se quedará contigo todo ese tiempo o solo un mes como habíamos acordado originalmente. Espero puedas entender que no puedo cancelar este viaje.

Cierro los ojos desepcionada.

—Está bien,— no lo estaba — no pasa nada.

Mi padre me abraza y yo no soy capaz de devolverle el abrazo por lo rápido que se separa de mi.

—Gracias

Yo solo sonrió falsamente y el se retira de la habitación.

Odiaba mi vida. Era una miscera mierda. Todos creían que eran caprichos de rica, pero eran problemas de gente normal en estos casos.
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NOTA DE LA AUTORA: Holiss. Ya sé que no es muy largo el capítulo, pero no sé, me gusta así... Perdón a quienes tuvieron que leer el capítulo incompleto, acá lo tienen ya hecho!

¡Besitos!,
Ratita 🐀🐭