(V) Dolor de muelas

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Erica

Había aceptado que mi niñero me acompañará a la fiesta únicamente porque si no lo hacía, probablemente no podría escapar. Además, tenía planeado hacer que él se metiera en problemas...

—¿Y cómo planeas huir?— Enzo pregunto ya adentro de mi cuarto. El lucía una camisa negra simple y unos pantalones blancos. Todo oversize. El vestía bien.

Miré mi outfit, asegurándome a mí misma que lo que llevaba puesto estaba bien para una fiesta.

—Tú puedes salir, yo soy la que no. Será simple, le dirás a mi padre que sales un rato, y me esperas abajo mientras salto de mi ventana— sus ojos se abrieron como platos —. Ya lo he hecho varias veces, no me pasará nada, y mucho menos si estás abajo ayudándome.

Él no parecía muy convencido de mi plan de escape.

_En serio, no pasará nada— le aseguré.

—Agh, está bien_ Enzo se dió la vuelta, con dirección a mi padre, para avisarle que saldría.

—Te veo abajo, caprichosa— me dijo pasando por mi puerta por última vez antes de irse.

No tardo mucho en llegarme un mensaje, avisando que ya estaba fuera. Tomé mi bolso, y, como si fuera algo de todos los días, baje por mi ventana. Él se aseguró de que no me pasará nada, lo cuál, admito, fue muy tierno de su parte.

—Vamos— dijo reconectandome con la realidad.

—¿Y tu amigo?— pregunté confusa.

—Me encontraré con el ahí, tal como tú.

Ah, que boba.

Él empezó a caminar acelerando el paso, y yo lo imité detrás de él.

***

—¡Holaaa!— Marga me grita al verme entrar por la puerta principal. Ella se apresura a correr hasta mí para abrazarme. Corrió su mirada a dónde Enzo.

—Eh, él es Enzo. Mi... Agh, por dios, ya sabes que es— le dije, sin querer decir que era mi niñero. Marga ya lo había sabido desde el inicio, pero no quería que todos se enteraran de que lo era.

—Su niñero— dijo él subiendo el tono para molestarme. Todas las cabezas cercanas se giraron hacia nosotros, y no pude evitar ponerme roja como tomate.

—Te odio— le contesté.

—Eh... Voy a buscar a mi amigo. Estaré con él, llámame

—No necesitaré nada— lo corté amargamente.

—Uy, chica— Marga frunció el ceño
—. ¡Vamos! La fiesta nos espera

Comencé a alejarme de Enzo sin decir ni una palabra. Ni siquiera me gire a verlo.

—Si que es guapo— dijo mi mejor amiga ya lejos de mi niñero.

Veo a Cora a lo lejos y me apresuró a llegar, evitando el comentario de Marga.

—Ya conoció a su niñero— luego de saludarla, Marga le comento.

—¿Si? ¿Y que tal?

—Mira tu misma, decidió venir a la fiesta— le conté infignandome mientras recordaba el porqué había aceptado.

—Es muuy sexy— le dijo.

—¡Basta con eso, Marga!— respondí, subiendo un poco el tono de voz.

—Pero lo quiere para ella sola_ agregó.

—¡Que bastaa!— capriché.

—Bueno, perdón, solo digo lo que me parece— rodé los ojos.

Mi niñero [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora