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—Aun te gusta Wendy?— preguntó un chico de la mirada perdida mientras mantenía un bebé dormido en sus brazos.

Sentados en un banco del parque rompió el silencio con una pregunta que seguramente le costarían muchas lagrimas.

—Eh?— respondió el otro por la repentina pregunta. No entendía porque le preguntaba eso ahora. —Creo que si— Respondió finalmente a la pregunta luego de unos momentos mas de silencio.

Ya no se hablaron mas. No tenían nada que decirse y uno de ellos sentía que si hablaba, podría terminar llorando.

Era un estupido. Ya sabía la respuesta y aun así dejo que le afectara tanto.

—Estas enfermo?— volvió a hablar el mismo chico. Su amigo normalmente era un gran hablador y que estuviera tan callado le preocupaba.

—Un poco— Mintió. No estaba enfermo, pero sentía que pronto lo estaría.

—Te ayudo con Ellie— le retiró la niña de los brazos para acomodarla en los suyos con cuidado de no despertarla. —Kenny— volvió a hablar mientras acariciaba la espalda del otro. —Volvamos a casa para que descanses—

—Quiero ir a mi casa—

—¿Eh? ¿Porque? Estarás mejor en la mía, es más cálida— No respondió a sus preguntas. Kenny evitaba su mirada. —Kenny, que pasa?—

—Es solo que....— Se mantuvo en silencio debido a que un enorme nudo se formo su garganta impidiéndole hablar bien. —No te quiero ver—

—¿Hice algo que te molestara?—

—No, yo tengo la culpa— culpar a alguien por no tener los mismos sentimientos que tu, es tonto y Kenny estaba consiente de ello. Sin embargo las palabras de Kenny no hacían mas que confundir a Stan.

—No entiendo—

Kenny volteó hacia Stan dejando visibles su vulnerabilidad, las pupilas dilatadas, las mejillas rojas y una frágil voz. —Me gustas—

El frío viento de la primavera golpeó el rostro de Stan provocando que entrecerrara un poco los ojos. Le era imposible quitarle la vista de encima a ese chico, que le acaba be abrir su corazón.

Se asustó, porque no supo como reaccionar y quizás dijo algo hiriente sin intención de lastimar. —Estas loco— le respondió con una risa nerviosa. Pensó que bromeaba.

Stan rápidamente se dio cuanta de su error y su sonrisa se borro cuando lo vio llorar.

El chico del cabello de oros se escondió el rostro bajo su enorme capucha naranja, dejando escapar solo unos cuantos sollozos.

—Kenny! Perdón!— habló rápidamente, pero no alcanzó a tocarlo cuando el se levantó y corrió lejos del pelinegro.

Stan era el mas grande de los estupidos.

Volvió a casa, tenía una niña en brazos y empezaba a hacer frío, por ella no podía quedarse fuera. El camino se le hizo pesado y su mente solo repasa la misma escena una y otra vez. Se arrepentía tanto de su estupida reacción.

Una vez en casa, dejó a Ellie sobre la cama y se sentó en su escritorio. Sus pensamientos siempre llegaban a lo mismo y daban vueltas alrededor de Kenny. Si comparaba sus sentimientos por Wendy con los sentimientos por Kenny, podían sentir que eran diferentes, pero en cierto punto algo similar. Recordaba la imagen de Kenny llorando le causaba angustia.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la repentina melodía de celular. Sin siquiera fijarse en el número, lo tomo y contesto.

—Stan, amigo! Donde estas?!— Escucho la voz molesta de su mejor amigo desde el otro lado de la llamada.

—En casa, porque?— respondió.

—Viejo! Te estoy esperando en mi casa para ir al concierto!—

En ese momento Stan lo recordó, este sábado lo había pedido libro en el trabajo para salir con su amigo a ver un grupo de metal que le encantaba. Había trabajado tanto para esos tickets, no pensaba faltar ahora. —Mierda!— su vista se dirigió hacia su habitación haciendo un análisis rapido de lo que tenía que hacer antes de salir. Su vista se detuvo en Ellie y muchas opciones pasaron por su cabeza, dejarla sola dormida no era una de ellas, llamar una niñera tan tarde tampoco lo era. —llego en 20 minutos!— Le respondió antes de colgar.

Metió un montón de cosas que pensó que serían útil en una bolsa, tomo a la bebé y lamentablemente la despertó. —Perdón bebé!— Ella parecía de buen humor y no lloro al ser despierta.

Salió de su casa rápidamente llevando consigo únicamente su celular y cartera (además de la bebé y sus cosas). Hizo una parada antes de ir a casa de Kyle, llevarse a la niña tampoco era una opción, con los gritos que pegarían seguramente le lastimarían sus oídos.

Toco a la puerta de una casa café y apenas esta fue abierta le entregó la niña a la persona dentro.

—Por favor! Por favor! Cuida a la niña no tengo ningún otro lado donde ir.—

El chico que abrió la puerta se puso nervioso al tener entre sus manos algo tan delicado como un bebé. Cualquier cosa la podría matar. DIOS! Hasta el la podía matar!! —Un bebé?!— Grito Tweek alterado. —No puedo!! Ahg! Se puede morir! Y me meterán a la cárcel!!—

—No se morir!— respondió Stan, igual no era quien esperaba —Y bueno sin ofender, pero se lo estaba pidiendo a...— Su vista se levantó hacia el chico que se mantenía al lado de Tweek.

—¿A mi?— Craig hizo una mueca. El y niño? Jamas! —Vete a la mierda Marsh—

—Puedes con de Tweek! Un bebé es casi lo mismo!— le entregó la bolsa que previamente había preparado. —Se duerme a las 8h00 y la leche antes de dormir! Gracias!— Antes de recibir una respuesta, corrió directamente a casa de Kyle.

—Espera! Yo no- — Tucker no tuvo el tiempo de quejarse ¿acababa de comparara a Tweek a un bebé?

Tweek miro con nerviosismo a Craig, parecía estar enojado. —Ahora somos padres!—

—Callate.— cerro la puerta antes que hiciera más frio. Que mierda iba a hacer Craig con una máquina de cagar?

Papás ♡ (Stenny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora