El cetro que sostenía Gliseus golpeó dos veces la plataforma gravitatoria que había generado Gemisto hace poco, expulsando una onda donde cada Deoro prestara atención a su líder.
Cada Deoro dejó de hacer lo que estaba haciendo para posicionarse con firmeza y orden frente a Gliseus, esperando la orden que su Astra les daría.
—No creas que no me olvidaré de tí... —señaló Stellara, realizando una seña de "te estoy vigilando".
El núcleo de Nébulo volvió a tener su respectivo color turquesa verdoso, aún dudando del comportamiento del representante de Deoros de Gliseus.
Stellara se ubicó al lado de Gliseus como su respectivo compañero, mostrando en su rostro una mirada seria y firme, a pesar del cansancio que reflejaba su lenguaje corporal, como si nunca hubiera descansado.
Pareciera que no, pero la batalla contra Cerian afectó demasiado a las vidas Deorales. No tener ninguna habilidad, y solo tener el propósito de servir a su amo... Esas ideas no paraban de rondar en el núcleo de Stellara, quien ahora miraba a cada "soldado", sobreviviente de la invasión.
—Ahora solo quedan 25... —pensó.
Miraba a Gliseus, quien también parecía sentirse culpable por las pérdidas. Los escasos asteroides que circulaban alrededor suyo y de su núcleo, principalmente, reflejaban los restos de Deoros que habían caído en la batalla.
Gliseus, al igual que Meriam, conservaban los restos de núcleos de sus Deoros que no llegaron a sobrevivir, y así mantener su recuerdo en pena.
—Avancen —ordenó el Astra de la vigía.
La orden fue repetida por Stellara, para que quede en claro a los Deoros que tenían la escucha baja.
Cada Deoro se apegó a su Astra a excepción de Nébulo, quien iba por su propia cuenta, no muy lejos de Gemisto, el Astra que admiraba tanto.
Su tamaño se redujo al de un humano promedio. Algunos Deoros no tenían su equivalente en tamaño en su forma Deoral original, pero respetaban el orden de tamaños indicado por Aurum desde su nacimiento.
Era de esperarse que al tocar tierra, esté totalmente seca, sin ningún rastro de agua o plantas.
—¿Cómo pudo cambiar tanto...? —preguntó Gemisto.
—Aunque arreglemos este planeta, si sucede algo similar como una invasión o pelea, este planeta se verá afectado al igual que toda su galaxia. —opinó Hautus, mirando el amanecer.
Con tan solo caminar, obviamente descalzo sobre la tierra, aparecían plantas musgosas, que luego se secarían por la falta de agua.
Gemisto y Nocte volaban por los alrededores buscando aunque sea una muestra de líquido para clonarla, sin embargo era difícil ya que la colisión había afectado bastante la superficie planetaria.
—Entonces... ¿Este era el lugar del que hablaban? —miraba por los alrededores.
Lo único que veía Arsenius era montañas de tierra y rocas destruidas, mas que un agujero enorme causado por el choque.
—Necesitamos buscar aunque sea una gota de agua. —miraba por todos lados. —¡Busquen por los alrededores! ¡Sepárense! —ordenó Gliseus.
Inmediatamente, los Deoros obedecieron la orden, que también fue repetida poe Stellara. Fueron cada uno por su dirección, en busca de agua en alguna parte del planeta. Pareciera que su tamaño quizás no ayude, pero su velocidad era extremadamente rápida, la cual no tardarían más de 5 minutos en recorrer todos los rincones sin excepción.
Los Astras perdonados miraban sentados, como el sol salía, impresionados por la belleza del paisaje planetario.
—Y pensar que podíamos tener una vista similar, teniéndolo frente a frente... —comentó Dalios.
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Luprem Universe (En Proceso)
AdventureDesde sus orígenes, la humanidad ha buscado respuestas a las preguntas más profundas: ¿De dónde venimos? ¿Cuál es nuestro propósito? ¿Qué hay más allá de esta realidad? Pero las preguntas también van más allá del pasado y del futuro, y se extienden...