Narra Elías
Vi a Tehuel arrastrando a su mamá para que viniera a hablar con la mía. Sonreí, de verdad quería que fuera a su casa. Ellas hablaron un rato mientras León molestaba, la hermanita de Tehuel, Natalia, jugaba con Sofía y Tehuel y yo las mirábamos, él parecía bastante contento de ver que se conocían.
—... Sí, Eli no deja de hablar de Tehuel, se nota que se llevan muy bien.
Sentí la cara entera arderme cuando, de la nada, mamá dijo eso. Miré a Tehuel con vergüenza, él me miró también sonriendo, pero no parecía que se burlara de mí. Miré para otro lado igual, aunque él no dijera nada, ni se riera. Sentí que su hombro se pegaba al mío. Me dio unos empujoncitos con el codo hasta que lo miré, volvió a sonreírme, ahora con cariño. Sofi vino corriendo conmigo con Natalia agarrada de la mano, nos mostró a los dos que ya eran amigas. Sonreí agradeciendo que mi hermana siempre quisiera la atención de todos, estaba un poco nervioso con Tehuel después de escucharla a mamá diciendo eso. No era mentira, pero me daba vergüenza que dijera esas cosas, más cuando estaba él ahí conmigo.
Un ratito después, cuando mamá se cansó del berrinche de mi hermano, se despidió de la mamá de Tehuel y de él para llevarnos a casa a merendar. Caminé retando a mi hermano por ser tan molesto, aunque a mamá no le gustó mucho, pero nada más me miró enojada. Estaba seguro que sabía que me molestaba cuando León se portaba así cuando estaban mis amigos. Llegamos escuchando a mi hermano quejarse todavía, decía que estaba cansado y que quería llegar antes, decidí que no quería seguir escuchándolo, así que me fui a mi cuarto, dejé mi mochila en una esquina y me senté en la cama con el celular en la mano. Los chicos me habían mandado algunos mensajes, sobre todo Tomi, que quería saber si mi mamá había hablado con la de Tehuel hoy y cómo había ido. En realidad no sabía cómo contestar, mamá no me había dicho nada todavía, no sabía si le había caído bien o no. Dejé el celular en la cama y me saqué el guardapolvo justo cuando mamá entró a mi cuarto, me pidió el guardapolvo y lo miró, estaba un poco sucio, normalmente estaba así cuando volvía de la escuela. La miré esperando a que me retara, pero nada más me dijo que me cambiara rápido y pusiera a lavar mi ropa, después salió. Cerré la puerta, me cambié rápido para llevar lo que me había sacado al canasto de ropa sucia. Después volví a ir con mamá, quería aprovechar que León estaba entretenido con su chocolatada y la tele.
—Mamá, ¿te puedo preguntar algo?
—¿Qué pasó, Eli?
—¿Te cayó bien la mamá de Tehuel?
Ella me miró y sonrió.
—Parece que tenés muchas ganas de ir a su casa. ¿Te cae muy bien, no? —Asentí con vergüenza—. Parece una buena familia. Por ahí te deje ir el viernes a su casa, pero tenés que hacer buena letra.
La miré, asentí contento antes de abrazarla. Después me separé y fui directamente a mi cuarto para contarles a los chicos que a mamá le había caído bien la mamá de Tehuel. Los tres sabíamos que ella le iba a decir a las suyas que habían hablado, así que hablamos de otras cosas por un rato. Cuando me cansé de hablarles, me acosté en la cama y me puse a ver videos, o bueno, eso quería hacer hasta que León se metió en mi cuarto a toquetear todo lo que veía. Le pedí que dejara mis cosas un par de veces, no me hizo caso. Me levanté, fui hasta la puerta y llamé a mamá, haciendo que mi hermano empezara a llorar como si le hubiera hecho algo. Mamá vino casi corriendo, me retó por hacerlo llorar y se lo llevó. Suspiré volviendo a acostarme con el celular. Me molestaba que me terminaran retando cuando mi hermano era el que venía molestarme. Iba a quejarme con mis amigos cuando me llegó una videollamada de Tehuel, la acepté rápido y lo miré cuando su cara apareció en la pantalla.
—Te ves enojado —dijo en vez de saludar.
—El pesado de León hizo que me retaran.
—¿Qué hizo?
—Vino a mi cuarto, empezó a tocar todo y se largó a llorar cuando llamé a mi mamá como si le hubiera pegado o algo. Me molesta que sea así siempre.
—Tranqui, Eli. —Sonrió.
—Sí... —Suspiré—. ¿Qué pasó?
—¿Con qué?
—No sé, ¿por qué me llamaste?
—Siempre llamo a mis amigos. ¿Te molesta?
—No, es que no estoy acostumbrado. Ey, mi mamá dijo que tu mamá le cayó bien.
—¿Te van a dejar venir, entonces?
—Creo que sí, si mi hermano no hace que me terminen castigando.
—¿Y a los chicos?
—Seguro que también. Mi mamá es la que habla con las suyas siempre.
Sonrió de nuevo antes de hablar de otra cosa, aunque no pudimos hablar mucho tiempo, una chica lo llamaba a cada rato. Nos despedimos y corté la llamada. Dejé mi celular al lado mío y miré el techo. Ya no me importaba mucho que León hubiera hecho que me retaran. Me alegraba que pensara en mí para hablar ahora, aunque no estaba acostumbrado a las videollamadas, no me molestaba que lo volviera a hacer. Podría hablar con cualquiera, estaba seguro que Juanma, Vicente y Mili le habían dado sus números, pero me había llamado a mí y eso me ponía contento. Pensé en el fin de semana, por ahí podíamos juntarnos. Me levanté después de un rato, escuchaba desde mi cuarto que mis hermanos peleaban y papá los retaba a los dos, seguro que mamá estaba preparando la comida, por eso él los cuidaba. Agarré ropa y me metí a bañar antes que me retaran de nuevo. No quería que me arruinaran el buen humor, aunque no creía que lo pudieran hacer. Me bañé rápido y fui al comedor, mamá tenía cara de enojada, pero cuando me miró, me sonrió.
—León te molesta mucho a veces, ¿no? —Asentí—. Tenele paciencia, ¿sí? Es más chico que vos y hasta que nació tu hermanita era el bebé de la casa. Todavía no puede tolerar que Sofi sea la bebé.
—¿Yo era así cuando nació él? No me acuerdo.
—No, Eli, vos siempre fuiste un amor.
Me sonrió acariciándome el cachete. Me pidió que me sentara, no faltaba mucho para que estuviera lista la comida. Decidí ayudarla a terminar de poner la mesa, después nos sentamos y hablamos un rato más, me pidió que le contara como me había ido en la escuela. Me preguntó cuando me iban a tomar prueba, pero ni siquiera pude decirle nada, Sofi vino corriendo al comedor llorando, se quejaba de León que le había roto su muñeca. Mamá llamó a León, pero papá ya lo estaba retando por eso.
—Tu hermano no sabe cuándo tiene que parar con sus berrinches —dijo mirándome—. Menos mal que uno de los tres salió tranquilo.
Alzó a mi hermanita y la calmó. Cuando dejó de llorar, la sentó en la mesa y le sirvió la comida mientras me mandaba a llamar a papá y a León. Un ratito después, estábamos todos en la mesa comiendo, mi hermano seguía molestando, se quejaba que Sofi y yo lo molestábamos siempre. Miré a papá, él miró a mamá y después lo mandó a que comiera callado. Solamente una vez se habían mirado así conmigo, era un viernes antes del cumpleaños de Tomi, terminé castigado todo el fin de semana. No podía alegrarme que lo castigaran, menos delante de nuestros papás, sino yo también iba a terminar castigado, ahora no tenía ganas de quedarme en mi cuarto. Cuando terminamos de comer, mamá me dejó ir a mi cuarto, ya tenía un poco de sueño, no quería dormir, tampoco tenía ganas de hacer otra cosa. Me cambié y me acosté con el celular en la mano. Di vueltas por YouTube y por Instagram, no había nada que me interesara, así que cerré todo, pero no lo dejé, me quedé mirando la pantalla apagada sin saber si mandarle un mensaje a Tehuel o no. No quería terminar durmiéndome muy tarde, ni molestándolo, podría estar haciendo algo y yo lo podría distraer con un mensaje. No sabía por qué me sentía así, con Tomi y Mati no me pasaba, si quería hablarles, les hablaba, o dejaba de mandarles mensajes si estaba cansado, con Tehuel no me pasaba lo mismo. Terminé dejando mi celular en la mesita que tenía al lado y acomodándome en la cama. Iba a intentar dormir aunque no quisiera, quería que el viernes llegara ya, que no tardara más.
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Muy buenas~ acá traigo el nuevo capítulo. Espero que no me apedreen por tardar tanto en subir el nuevo capítulo. Según yo, estoy recuperando un poco la magia para centrarme en escribir... justo cuando estoy a nada de empezar las clases. Si les está gustando, por favor voten, comenten y compartan, todo apoyo se les agradece muchísimo.
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Chicle sabor frutilla
Romans¿Cómo olvidar aquel primer pinchazo de amor? Este mismo es el que experimentarán Elías y Tehuel mientras se conocen en el quinto grado del primario. Su amistad empieza a hacerse cada vez más íntima hasta que el pinchazo en ellos se vuelve insoportab...