Capítulo 24

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Narra Tehuel

Eli ya no contestó a mis mensajes, por ahí se había enojado por preguntarle sobre lo que habíamos hablado en la escuela. Guardé mi celular en el bolsillo, saqué mi carpeta y me tiré en la cama para hacer la tarea, aunque no me podía concentrar mucho, seguía pensando en Eli, en si lo había molestado con la pregunta. Pensé en hablar con Ana cuando terminara la tarea, pero parecía que nunca iba a terminar. Me levanté y me paré en la puerta, la llamé un par de veces hasta que me gritó desde alguna parte de la casa, la volví a llamar hasta que vino a mi cuarto con cara de enojada como siempre, se tiró en mi cama con el celular en la mano. Le pedí que me ayudara con la tarea, aunque se notaba que no tenía ganas de ayudarme. Yo tampoco quería que me ayudara en realidad, sabía qué tenía que hacer, pero podía hablar un rato con ella sobre Eli y lo que había pasado en el colegio. Pasamos un rato en mi cuarto haciendo mi tarea, ella hacía de cuenta que me explicaba y yo que le prestaba atención, hasta que terminé, ella se quedó un rato sentada en mi cama, pero no dijimos nada, en realidad no sabía cómo empezar a hablar, me daba un poco de vergüenza, aunque supiera que a ella no le molestaba lo de Eli y yo. Respiré profundo, me acomodé cerrando mi carpeta para dejarla en un costado y empecé a contarle todo. No la miré, pero sentía que ella sí me miraba mientras le hablaba.

—¿Entonces? —La miré sin entender—. Te gusta, ¿no? —Levanté los hombros, Ana sonrió—. No te importaría tanto si no te gustara.

Me pellizcó uno de los cachetes haciéndome doler. Odiaba que hiciera eso, cuando era más chico también lo hacía siempre, le gustaba molestarme pellizcándome los cachetes o tironeándome de las orejas. Saqué su mano, ella me empezó a hacer cosquillas para que no me enojara.

—¿Vos pensás que me gusta él?

—¿No me dijiste que se besaron y que querías que te besara? —Asentí con la cabeza—. Bueno, te gusta ese nene. Y estoy segura que a él también le gustás.

—Pero no me contestó...

—Lo que hizo es una respuesta también. Dale tiempo, para algunos no es tan fácil. Ni siquiera para vos lo es, no me hubieras preguntado nada si fuera fácil.

Me quedé mirándola, ella sonrió, pero me dejó de prestar atención cuando le llegó un mensaje, se levantó con el celular en la mano y se fue. Me quedé sentado en la cama contra la pared. Ana tenía razón, a mí también me parecía complicado esto, aunque me gustaba que nos besáramos. Pensé que, en realidad, había empezado yo con eso, cuando le di el beso en el cachete la primera vez que vino a mi casa. Guardé mi carpeta en la mochila y me tiré en la cama de nuevo, revisé los mensajes que tenía, Eli todavía no me había contestado, solamente me clavó el visto. Decidí hablar con Lu, hacía días que no hablábamos bien, no le había contestado a sus mensajes y ya no me había mandado más. Apenas vio los mensajes, hizo una videollamada, acepté seguro que me iba a molestar por no haberle contestado.

Hablamos casi toda la tarde sobre cómo nos había ido en el colegio, ella me contaba sobre lo que había pasado allá y yo cómo eran las cosas en este colegio, aunque no le conté lo de Eli. Era mi mejor amiga, pero no quería contarle todavía, menos por teléfono, no quería que mi mamá o mi tía escucharan, no quería que me castigaran por eso. Después, cortamos la llamada, miré la ventana, ya estaba oscuro afuera, seguro que en cualquier momento me iban a llamar para cenar. Me levanté, agarré ropa y me metí al baño para bañarme, sabía que mi mamá bañaba a Nati temprano y Ana entraba después de cenar. Dejé la ropa limpia en un costado antes de abrir la canilla, esperé que saliera el vapor. Después me metí. Empecé a jugar con el shampoo y mi pelo, aunque no lo tenía demasiado largo para ponerlo de otras maneras que no sea en punta. Estuve en la ducha un rato hasta que mi mamá golpeó la puerta para que saliera, así que eso hice, cerré las canillas, salí de la ducha, me vestí y salí del baño, en el pasillo estaba esperándome mi mamá con cara de enojada. No le gustaba que tardara bañándome, siempre me retaba por eso. Mientras íbamos al comedor no dejaba de retarme, más que nada porque hacía un rato que la comida estaba lista y se enfriaba por mi culpa. Otros días hubiéramos discutido, porque en realidad no había estado mucho tiempo en el baño, pero quería portarme bien para que Eli viniera más seguido a casa o pudiera ir yo a su casa. Me senté al lado de Ana como siempre, que ya estaba cenando mientras revisaba sus mensajes. Mi tía me sirvió antes de ponerse a hablar con mi mamá para distraerla, sabía que nunca le había gustado que me retara mucho, era su primer sobrino y su preferido. Me puse a comer sin prestarles atención hasta que mi prima me dio un codazo, cuando la miré me hizo una seña para que mirara su celular, me había escrito algo en las notas, me preguntaba si iba a hablar con mi mamá sobre lo de Eli, negué con la cabeza sin saber si me estaba mirando, pero volvió a escribirme en el celular preguntando por qué. Lo leí, pero no sabía si contestarle con la verdad o no. No sabía por qué, pero no quería hablar demasiado sobre eso, menos con mi mamá y mi tía en la mesa, aunque no nos prestaban mucha atención. Sentía lo mismo que Eli, que lo que estábamos haciendo estaba mal y que nadie se tenía que enterar de eso. Era un poco tonto pensando así, ya se lo había dicho a mi prima, ya lo había contado. Pensé que Eli no quería que le dijera a nadie lo que había pasado entre nosotros, en el miedo que le daba que los chicos en la escuela se enteraran. Le escribí a Ana que después habláramos en mi cuarto, sabía que en un rato iban a acostar a Nati, pero ella no entendía de qué íbamos a hablar, así que no pasaba nada si nos escuchaba. Comimos sin decir mucho, le conté a mi mamá cómo me había ido en la escuela, mi tía contó cosas que habían pasado en su aula con sus alumnos, le habló a mi mamá. Después de comer, y de escuchar la discusión entre mi tía y Ana para que lavara los platos, fuimos a mi cuarto, pero nos cambiamos al cuarto de ella un rato después para no molestar a mi hermana mientras hablábamos.

—¿Por qué no le vas a decir a tu mamá? —dijo cerrando la puerta.

—Tengo miedo.

—¿De qué?

—Sentimos que hacemos algo mal.

—¿Sentimos? ¿Él también? —Asentí—. No creo que a tu mamá le moleste que te guste un chico. No quiero forzarte a que hagas algo que no querés, pero tenés que saber que no está mal lo que sentís ahora, querer a alguien nunca está mal.

—¿Tus amigos cómo hicieron?

Ana se quedó callada un rato, después se acercó a la cama y se sentó al lado mío. Subió los pies a la cama para hacer que quedáramos de frente, la miré, ahora estaba seria, no se veía burlona como siempre.

—Mirá, Pachu, te voy a decir la verdad, las madres a veces son molestas y a veces no quieren a sus hijos cuando no son lo que ellas creen normales. Algunos amigos míos no pueden decirles a sus papás que son gays. A otros les fue mal, sus padres no quieren que sean como son.

—Entonces, estoy mal.

—No, Pachu, pero tenés que saber desde ahora que no todo el mundo es bueno con la gente como vos. —Abrió los brazos—. ¿Querés un abrazo?

Asentí, me acerqué a ella y la abracé. A veces se parecía un poco a mi mamá.

—Yo te quiero seas como seas... Mientras no toques mis cosas, ahí sí te voy a odiar mucho.

Me reí acordándome que era mi prima y no mi mamá. Me separé de ella y la miré, ella sonrió, sacó su celular para buscar algo para entretenernos hasta que mi mamá viniera a decirme que era hora de dormir. Nos quedamos ahí hablando de cualquier cosa, pero seguía pensando en lo que me había dicho Ana, sabía que Vicente y Juanma eran de las personas que me decía ella, no querían a gente que no eran como ellos, siempre le decían "maricón" a Eli por no gustarle el fútbol como a los demás. Cuando me mandaron a dormir, me despedí de Ana, me levanté y fui a mi cuarto para cambiarme y acostarme sin hacer mucho ruido porque Nati ya estaba durmiendo. Me acomodé tapándome, tenía sueño, pero me quedé mirando el techo todavía pensando en lo que había dicho Ana. Pensé en mi papá, en qué hubiera dicho si se enterara que besé a un chico, esperaba que no se enojara conmigo, que me quisiera igual. Sentí ganas de llorar, pero no sabía si era por lo de Eli o por pensar en mi papá. Trataba de no estar triste, pero a veces pensar en él me ponía así aunque no quisiera. Había llorado mucho con mi mamá cuando él murió, a veces no dormía por llorar, porque lo esperaba siempre a que llegara del trabajo para cenar o que me viniera a saludar antes de dormir. Respiré profundo y cerré los ojos para no terminar llorando y despertar a Nati, que seguro también iba a llorar si me veía, me giré a la pared tratando de dormir de una vez. 

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Muy buenas~ acá trigo el nuevo capítulo. Lamento la demora en subir capítulo, no estoy bien ni anímica ni físicamente, estuve pasando unos días un poco difíciles, lo que me dificultó un poco escribir. Espero sepan disculpar la tardanza. Si les está gustando, por favor voten, comenten y compartan, todo apoyo se les agradece muchísimo. 

Chicle sabor frutillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora