Narra Tehuel
Mientras volvía a casa con mi tía, pensé en lo que había dicho la mamá de Eli. Tenía que decirle a mi mamá, pero seguía teniendo miedo. ¿Y si se enojaba conmigo? ¿Y si la ponía triste? Ahora se veía mejor que cuando papá murió, no quería que se pusiera triste de nuevo por mi culpa. Subimos a mi casa, mi Tía y Ana estaban hablando del papá de Ana en la cocina tomando mate, mi hermana estaba en el living jugando con sus muñecas. Llevé mi mochila al cuarto, la dejé en el piso y me quedé parado ahí, Ana me había dicho que mi mamá no iba a enojarse, pero no estaba seguro. Me senté en la cama y me quedé ahí con la luz apagada. Ana vino un rato después con el celular en la mano diciendo algo, pero se quedó callada cuando me vio sentado en la oscuridad. Prendió la luz cuando entró, cerró la puerta y se sentó en el escritorio.
—¿Qué te pasa, Pachu?
—Nada.
—Eso lo digo yo, dale, ¿qué pasa?
—La mamá de Eli sabe que nos gustamos.
—¿Y? ¿Se enojó? —Negué con la cabeza—. ¿Entonces?
—Me dijo que debería decirle a mi mamá.
—Yo también te lo dije.
—Pero tengo miedo, Ana. No quiero que se enoje o se ponga triste.
—¿Y por qué se va a poner triste?
—No sé...
Ana no dijo nada, se acercó para sentarse al lado mío y me abrazó, no sabía por qué, pero también la abracé. Después se separó y desbloqueó el celular para mostrarme el tiktok que había encontrado, era de un grupo de música que le gustaba a ella, a mí me gustaban algunas canciones que ponía ella, aunque no era tan fan. Nos quedamos ahí hasta que nos llamaron para cenar, Ana volvió a decirme que tenía que hablar con mi mamá, decirle lo de Eli, pero cuando nos sentamos en la mesa, no pude decirle nada, seguía con miedo a que pasara algo. Ana me dio un codazo, la miré, ella me hizo una seña, pero negué con la cabeza, ella volvió a hacerme una seña, pero volví a negar. No quería decirle nada a mi mamá, no ahora, no me sentía como cuando se lo dije a Lu. Comí mirando a mi mamá y a mi tía hablando, cada tanto se metía Ana a hablar con ellas, aunque siempre terminaba enojándose por lo que le decía su mamá. Después de comer, mi prima me pidió que vaya con ella a su cuarto. Los dos nos costamos en la mitad de la cama con los pies para el piso, aunque yo todavía no llegaba. Me contó de sus amigos, del chico que le gustaba, de los chicos que besaban a otros chicos, de las chicas que besaban a otras chicas. Me contó de algunas fiestas a las que mi tía le dejaba ir, me contó lo que hacían, nunca me contaba esas cosas, me ponía contento, hacía que me distraiga de Eli y de lo que le tenía que decir a mi mamá. Mientras me hablaba, me mostraba algunas fotos de sus amigos, a algunos los conocía, los había visto en sus fiestas de cumpleaños. Vi a todos los de su salón cuando fue su fiesta de quince el año pasado. Después nos quedamos callados un ratito, mi prima se puso a contestar mensajes y yo no sabía qué decirle, me seguía sintiendo un poco raro por pensar en decirle a mi mamá.
—Hablame de tu novio.
—Eli no es mi novio...
—¿No? —Me miró—. Bueno, hablame de él igual.
Le conté cómo era Eli conmigo, lo que había pasado cuando su mamá nos descubrió, de lo que dijo Lu, de eso que no somos novios. Mi prima me preguntó por qué no queríamos ser novios, yo me quedé callado, no sabía qué contestarle, Ana no dijo nada tampoco, escuché que escribía en su celular de nuevo, seguro que estaba mandando mensajes. Me acordé que no saqué mi celular de la mochila, por ahí Eli me había mandado un mensaje, me levanté y fui a mi cuarto a buscar mi celular en la mochila, traté de desbloquear la pantalla, pero ni siquiera se prendía, pensé que ya se había roto, a veces no podía prenderlo enseguida. Pensé que me iban a retar cuando se dieran cuenta que se me había roto el celular, mi mamá siempre decía que lo cuidara porque no podía comprarme uno nuevo ahora. Me puse un poco nervioso, si no tenía el celular, no iba a poder mandarle mensajes ni a Eli ni a Lu. Busqué mi cargador, no sabía a donde lo había tirado. Busqué en los cajones y entre la ropa que tenía amontonada a los pies de la cama, pero no estaba. Fui al comedor, mi mamá seguía hablando con mi tía mientras lavaban, secaban y guardaban los platos. Le pedí prestado el cargador a mi mamá, ella me mandó a buscar el mío de nuevo porque estaba usando el suyo. Volví a mi cuarto y lo busqué por todos lados, mi mamá siempre lo guardaba en un cajón, pero ahí no estaba. Pensé que Eli podía enojarse si me había mandado un mensaje y no le contestaba, o podía pensar que no quería hablar con él después de lo que pasó en su casa. Me arrodillé y busqué debajo de mi cama, aunque no veía mucho. Corrí mis botines y un muñeco de Nati que no sabía que estaba ahí, abajo estaba mi cargador, lo agarré, lo conecté y apreté el botón para que se encendiera, pero nada más aparecía el dibujito de la batería que se estaba cargando. Lo dejé arriba de la cama y me quedé sentado en el piso mirando el peluche sucio de Nati. ¿Cuándo lo había tirado ahí? Miré la pared escuchando que alguien pasaba por el pasillo, tenía la puerta apenas abierta, así que no podía ver quién era. La puerta se abrió, mi mamá entró y me miró, tenía su cargador en la mano, pero vio que tenía el celular conectado al mío.
—Pachu, hijo, ¿estás bien? Estuviste muy callado hoy. —Asentí con la cabeza—. ¿Querés hablarme de algo?
—No, de nada —dije rápido, después miré el peluche de Nati—. Mirá, ma, lo encontré.
Agarré el muñeco para mostrárselo, ella lo agarró y le dio unos golpecitos para sacarle la tierra.
—Voy a tener que lavarlo antes de dárselo a tu hermana. —Se quedó callada de nuevo—. ¿Seguro que no me querés decir nada, Pachu?
Me quedé mirándola, era mi mamá, seguro que ya sabía todo, que sabía que quería decirle sobre Eli, que él me gustaba, que lo había besado. Pero negué con la cabeza sin decirle nada, ella me pasó la mano por la cara y salió de mi cuarto. Agarré mi celular de nuevo, apreté el botón para prenderlo, ahora sí prendió. Esperé a que me llegaran todas las notificaciones, tenía mensajes, pero ninguno era de Eli, me levanté del piso para tirarme en la cama boca abajo con el celular en la mano, entré a WhatsApp y busqué el chat con Eli, le mandé un mensaje diciéndole que no le había dicho nada a mi mamá de nosotros.
—"No importa, Pachu, podés decirle cuando quieras".
Sonreí, Eli era muy bueno conmigo, aunque él le haya tenido que decir a sus papás de nosotros y yo no había podido. Me sentí un poco mal por no poder hacer lo mismo que él.
—"Vos sos más valiente que yo". —Le escribí.
—"Tuve que hablar con mis papás porque nos descubrieron. Bueno, a papá le conté cuando me empezaste a gustar".
—"Yo solamente había hablado con mi prima". —Seguí escribiendo—. "Eli, tengo miedo que mi mamá se enoje".
—"Yo también tenía miedo..."
—"Pero les dijiste".
—"Nos descubrieron, mi mamá me iba a preguntar hasta que le dijera la verdad".
—"¿No estás enojado?"
—"No, yo no quería decirles tampoco".
Me cansé de escribirle, así que le mandé un audio:
—Quería decirte algo.
—"¿Qué?" —Me escribió.
—Te quiero... —dije lo más bajito que pude para que nadie más me escuchara.
Cuando vi que lo había escuchado, sentí la cara arderme, él empezó a escribir, pero paró. Salí de su chat un poco nervioso y bloqueé la pantalla para esperar a que me mandara su respuesta, aunque me daba vergüenza. Nunca le había dicho algo así a alguien que no fuera mi mamá o mi hermana, a veces se lo decía a Ana, pero era mi prima y de chiquito siempre me decía que me quería. Cuando sonó mi celular, me sentí más nervioso que antes, sentía la cara caliente y estaba un poco mareado. Respiré profundo y abrí su mensaje.
—"Yo también te quiero".
Después del mensaje mandó el emoji de un corazón. Sonreí sintiéndome igual, nervioso y un poco mareado, pero me ponía contento que dijera lo mismo, que nos sintiéramos igual. Me quedé mirando la pantalla sin parar de sonreír. Eli me gustaba, me gustaba mucho.
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Muy buenas~ acá traigo el nuevo capítulo. Puede que sientan este capítulo un poco corto, pero es porque me apuré a terminarlo lo antes posible, ya que esta semana tengo un parcial por hacer y entregar, así que no iba a tener mucho tiempo y no los quería dejar sin capítulo esta semana. Si les está gustando, por favor voten, comenten y compartan, todo apoyo se les agradece muchísimo.
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Chicle sabor frutilla
Romance¿Cómo olvidar aquel primer pinchazo de amor? Este mismo es el que experimentarán Elías y Tehuel mientras se conocen en el quinto grado del primario. Su amistad empieza a hacerse cada vez más íntima hasta que el pinchazo en ellos se vuelve insoportab...