No me quieras espantar, porque de tantos sollozos tus ojos dejaste raspar, mira nada más, estás llorando y creas un mar.
Deja de pensar en la vanidad, todo es pasajero, mira la eternidad, no hay cosa peor que tenerla que ignorar.
¿Qué somos después de todo?
¿De qué estamos hechos?
Miramos al cielo y vemos la muerte, pensando en el futuro, vemos el pasado, las estrellas eternas se consumen, dejando el rastro de su existencia.
No hay tanta prevalecía, de sus cadáveres estás hecha, no llores pequeña nena, la vida es verdadera.
Lo efímero se queda grabado, pese a que desaparece en algún corazón queda guardado.
La muerte no es real, todo colapsa, te hace temblar, deja de llorar, pronto todo acabará. Cierra los ojos, empieza a contar.
Es el fin del mundo, todo se empieza a cortar, todos se van, todos se mueren, pero no estás sola, las almas se entretejen.
No hay ninguna que se asemeje, pero somos humanos, somos la misma especie, deja las estupideces y acepta el destino, todos desaparecen.
La muerte nos adormece, eso te entristece, pero mira querida, gracias a tus lágrimas todo florece, tus ojos raspados a llorar están destinados.
Nos dejas intimidados, pero a resucitar estamos llamados, sea en una nueva vida o en el pasado, siempre el camino se vuelve pesado.
ESTÁS LEYENDO
LETARGIA.
PoetryCon letras ordinarias en historias de la vida diaria, disfrazadas de metáforas imaginarias, esto es LETARGIA.
