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Vuelan sobre mi cabeza, dejan caer sus plumas ¿Escuchas a los pichones? Lloran y se abruman, los hacen pasar hambruna.
Los días corren y son ignorados, desaparece el ruido y todo queda tranquilo, me doy un respiro y de pronto los miró ¿Al fin han muerto?
NO.
¡Qué mal paridos! Están dormidos, ellos siguen ahí, siguen durmiendo, siguen creciendo. Están anidando, me están almorzando, para lentamente irme matando.
Mis pensamientos son la carroña, mi cabeza es su nido, las aves vuelan juntas, como si nunca se hubieran ido.
En los días están quietas, susurrando a mi oído, en las noches encuentran su presa, pues pierdo el sentido.
Empiezan a gritar, me comienzan a mutilar, porque se siguen multiplicando y me quieren despedazar.
No lo puedo solucionar, porque a estas alturas, el alma me quieren succionar ¿A dónde están?
Ya las perdí, ya me perdí, no veo nada, sacaron mis ojos, me he vuelto ciego, no veo las risas, no veo las flores.
Dejaron mi cara lisa y se robaron el color de los arreboles; todo está opaco, todo está gris, a este paso, estoy dejando de existir.
Las aves de la tristeza vuelan,
anidan,
crecen,
se reproducen y ensucian todo lo que fui, todo mientras hacen que mi llama se empiece a extinguir.
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LETARGIA.
PoetryCon letras ordinarias en historias de la vida diaria, disfrazadas de metáforas imaginarias, esto es LETARGIA.