Capitulo 18

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“Se transformó su inocencia en un abismo sin fin”

La vida consta de eternas partidas, de sacrificios incontables,de victorias que nunca se ganan por completo y por ello pasan como pérdidas;resumiendose todo en los que hubiera sido,en lo que vendrá. Recordando siempre a los que hemos perdido,a los que no volverán.

Aun con las perdidas,con las victorias llenas de fracaso intentamos honrar a todo aquel que se fue sin antes alcanzar el epítome de su vida,para que otros pudiéramos vivir por él.

12 horas antes

¿Como lo sabías?-Le pregunto a Lexa acostada sobre una camilla improvisada en una de las carpas aledañas a aquella aldea en la que estábamos en aquel momento,dado a mi condición Lexa no vio prudente trasladarme a polis sin antes curar mis heridas llamando así a mi madre quien estaba cerca,pero a su vez alejada de la batalla que habia ocurrido.

—¿Que cosa?-Pregunta acariciando mi cabello sin tener contacto visual conmigo.

—Que no te había traicionado.-Le respondo tomando entre mis manos su rostro para que me mire—Que decía la verdad.

—No lo sabía.-Dice sincera—Lo único que sé es que eres la única con la capacidad de lastimarme, confío a ciegas en ti, Tn.

—¿Y si hubiera mentido?-Le pregunto aún sin soltar su rostro.

—Pues moriría por tu mano.-Suelta Lexa sin siquiera pensarlo—Creo que aún no te has dado cuenta que eres mi debilidad,posees todo lo que soy.

Sus palabras eran carentes de poesía por más profundo que sonara,su mirada era seria y sus ojos verde oliva no se apartaban de los míos. Lexa me estaba diciendo que creía a oscuras en mí y eso logra que una electricidad me invada por completo.

—Lexa,jamás te traicionaria.-Expreso con los ojos aguados a causa de sus palabras—Ni aunque vuelva a tener que pasar por una tortura como a la que me sometió Nia.

—No digas eso.-Lexa niega con ternura moviendo su cabeza suavemente de lado a lado como si le vinieran imágenes de lo ocurrido—Preferiria una y mil veces que dijeras todo lo que sabes,no podria soportar verte asi de herida otra vez.

No soporto más, y aún adolorida, me acerco más a ella y la beso. Ella es mi cura, aquella castaña era como un analgésico capaz de curar todo el dolor físico y mental que tenía en mí, sus labios compaginan a la perfección con los míos y por un instante nos deja de importar el mundo exterior, las consecuencias que vendrían si alguien nos ve desaparecen por completo y unas lágrimas empiezan a escurrir hasta llegar a mis labios para darle un sabor salado a nuestro beso. El problema ahí es que aquellas lágrimas no eran mías, alguien como yo podía llorar y sería común, pero no es hasta que abro mis ojos, que logro darme cuenta que son los ojos de Lexa los cuales están encharcados y sus mejillas están húmedas debido a las lágrimas.

—¿Estás llorando?-Hago una pregunta obvia ante lo que estoy viendo,pero se me hace hasta irreal ver a la castaña llorando.

—El miedo que sentí al ver a Nia poniendo un cuchillo en tu cuello.-Un nudo al parecer se forma en su garganta ya que habla con dificultad—Nunca antes lo había sentido,tuve una sensación de impotencia,de querer estar en tu lugar.

—Lex aquí estoy,no pienso irme otra vez.-Le aseguro dándole un ligero beso y limpiando sus lágrimas con mis pulgares.

—No lo entiendes,Tn.-aparta suavemente mis manos de su rostro—Desde que te conozco haz causado un impacto que ni siquiera yo sé dimensionar,mi amor por ti al parecer no tiene límites porque te juro que podria dar mi vida por ti y morir con gusto.

Una más•Los 100 Lexa y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora