Un peliazul se enamora de su amigo pero no sabe que ese amor tendrá obstáculos y puede que salga bien quien sabe
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Palabras de la escritora:
Vamos léelo se que te gustará,mis capítulos constan de 500 palabras a más, espero...
Han pasado 3 años desde la última vez que ví a Jardred, ahora tengo 19, voy a la universidad, estudio diseño grafico y mi mayor apoyo son mis amigos. Elo y Joel ahora son "♡" ¿entienden?, bueno son novios, estoy muy feliz por ellos, espero y algún día me den sobrinos. Turbo y Clemente aún no son nada pero turbo se le quiere declarar a Clemente, se que Clemente va a aceptar los sentimientos de turbo.
Mi vida no ha cambiado casi en nada, ahora soy más independiente, maduro y responsable. Jardred casi ya no me llama solo lo hace cada 4 meses, muy poco la verdad y cuando me llama nuestras conversaciones suenan como un... adiós. Pero no me preocupo aprendí que hay que dejar cosas y también personas incluso cuando no quieres.
El día de hoy está raramente normal, todavía nadie ha tocado mi puerta, los chicos siempre me vienen a visitar los sábados por la mañana pero aún no han venido, eso es raro.
–Toc,toc,toc–supuse que eran ellos, cuando abrí la puerta no me podía creer quien estaba enfrente mía.
—Hola Awita —me saludo aquel invitado inesperado.
—¿qu-que haces aquí?—pregunte sorprendió, pues no me esperaba su visita.
—primero di "Hola And"—
—a si lo siento, Hola And ¿que te trae por aquí?—
—HOLA WEON, TAMBIÉN ESTOY, ¡¿SABES?!—grito And chi, dejándome casi sordo por sus gritos.
—Callate pelotudo—dijo And tapandose los oídos por el grito.
—hola And chi — agarre a And chi para después suspenderlo en el aire.
—¡Bájame!—baje a And chi.
—Awita, te tengo un regalo —dijo And acercándose a mi.
—¿un regalo?—dije curioso por saber de qué se trataba.
—si vas al parque veras tu regalo (◕ᴗ◕)—
—¿bueno?—fui donde dijo And.
Estaba caminando por el parque esperando ver el regalo que me dijo And, Cuando ví algo o a alguien que me hizo abrir los ojos como platos.
—¡Jardred!—carri hacia él lo más rápido que pude, lágrimas empezaron a salir de mis ojos.
—¡Awita!—él también corrió hacia mí, estábamos a nada de estar juntos.
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