Capítulo 10: cese al fuego

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Cuando llegó a casa, con todo lo que había en su mente, no se dio cuenta de lo que pasaba hasta que vio a sus padres sentados en el living esperándola.

—Siéntate —dijo su padre serio. Su mamá parecía haber estado llorando.

—¿Qué pasa? —preguntó alarmada.

—Yo y tu madre vamos a separarnos definitivamente.

—Entiendo —comentó sentándose.

—Sabemos que será duro para ti. Ambos tenemos parejas nuevas. A tu madre no le gustan las habladurías, así que tiene pensado hacer un viaje, que creo que le hará bien.

Hubo un silencio muy incómodo, para todos la situación era muy impensada, cuando Jiwoo dijo que finalmente quería el divorcio, él mismo fue el más escéptico, era impensado que Jiwoo aceptara dejarlo, una de las cosas que él nunca pudo entender de su esposa, era ese afán por ser perfectos, porque Suni y él fueran el modelo de marido y de hija que sus amigas pudieran envidiar. Incluso a veces se compraba ella misma ramos de flores y anunciaba a sus amigas que su marido era un detallista, era capaz de eso y mucho más para guardar las apariencias y que ahora quisiera dejarlo, era muy sorpresivo.

—Hemos conversado y quedarás a mi cargo por tiempo, tu madre necesita tiempo para rehacer su vida y tú debes prepararte para rendir la prueba de selección universitaria, no ganarías nada con ir con ella justo ahora.

Su madre que estaba alterada por todo lo que estaba pasando y solo quería terminar con la conversación accedió a que Seokjin manejara todo. Sabía que sería un tiempo difícil para su hija, ella ahora tenía a Minho y se sentía en las nubes después de muchos años. Miró la sortija en su mano y sonrió, Minho le había prometido algo formal, debía pensar en ella alguna vez, Suni era una chica madura y tenía una relación especial con su padre, podía dejarlos solos, solo serían unos meses.

Suni y su padre se pasaron el fin de semana siguiente a la partida de su madre en el campo de golf, Jin se encontró con algunos amigos y ella sonrió ante cada nueva presentación, disfrutaba ver cómo su padre se enorgullecía de ella, lo había acompañado a jugar desde que tenía cuatro años y él la llevaba en sus hombros. Jin era un hombre cariñoso y mucho menos empaquetado que su madre, ella también se enorgullecía de que fuera su padre, era un hombre muy guapo, siempre llevaba la espalda recta, lo que le daba cierto aire de autoridad. Ella se había esforzado por copiarle la postura, ya que no tenía su ADN. Jin podría haber sido actor, podía entender porque su madre y aquella otra mujer no quisieran dejarlo ir. Siempre había pensado que él y su madre hacían una pareja bastante mala y pudo entender que su padre buscara el amor en otro lado cuando creció y se dio cuenta cómo eran las cosas, desde que ella tenía memoria sus padres dormían en piezas separadas.

La semana siguiente estaba feliz de subir al yate, Jin viajaba mucho, pero al menos una vez al mes se iban los dos mar adentro a pescar. Suni solía leer al sol más que pescar, pero Jin disfrutaba su compañía y de prepararle sashimi de atún fresco en el mismo barco. Estaba calentándose las manos con su taza de café metálica, cuando escuchó a su padre llamándola. Aún no zarpaban, por lo general iban con dos o tres personas como tripulación y al parecer faltaba uno. Casi escupe el café cuando fue Yoongi el que subió. Sabía que su padre tarde o temprano se lo presentaría, pero no esperaba que fuera allí.

—Suni, te quiero presentar a alguien, este es Min Yoongi, es el hijo de Mirae, sé que lo sabes, que tengo una relación con ella desde hace años, pero nunca he sido lo suficientemente abierto al respecto por respeto a tu madre, pero creo que es hora de que lo conozcas, sé que es complejo, pero quiero que lo veas como un hermano mayor. Yoongi está viviendo en Seúl. Me gustaría que le des una oportunidad de conocernos.

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