Capítulo 2: el bar

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Ese día le tocaba limpiar una de las varias salas de ensayos de música con Chanmi. Estaban ordenando las sillas y barriendo.

-Te vi con Jeon Jungkook, ¿desde cuándo le hablas? -le preguntó ella directamente.

-No es la gran cosa, solo nos hemos acercado un poco.

-Es el sueño de muchas.

-¿Por qué tanto?, tiene dientes de conejo -dijo Suni recordando sus dientes grandes y blancos.

-Vamos es bueno en todos los deportes, es cinturón negro en Taekwondo y tiene muy buen físico y esos ojos grandes y es trainee de Big Hit.

- No es mi tipo.

-¿Cuál es tu tipo entonces?

-Hmm creo que nunca lo había pensado -dijo con seriedad.

Escapó de una clase tediosa de ajedrez al día siguiente otra vez y fue con Jungkook a caminar por Myeongdong. Por primera vez comió comida callejera, unas papas que cortaban con forma de tirabuzón ensartadas en un palo que tenían demasiado aceite y estaban mal cocidas al medio, castañas calientes, pastel de pescado y tteokbokki picante. Habían caminado mucho y más que conversar de algo en particular comentaron lo que veían. Ella rió de las ocurrencias de él, de sus imitaciones sobre la gente que los atendía y le agradeció haberla rescatado de comprar unas cremas por 200 mil wones de una vendedora insistente que le había prometido una piel de porcelana para toda la eternidad. Se probaron cintillos con ojos de sapo y otras cosas que les parecieron divertidas, incluso compraron un par de álbumes de música.

Cuando se despidieron fuera de su casa, su madre venía llegando. Jungkook se inclinó frente a ella y se despidió. Por la noche su madre quiso de inmediato hablar con ella, le recordó lo importante que eran sus notas para entrar a la universidad, que los chicos iban y venían. Suni asintió a todo. Sus padres no podían imaginar que ella estaba pensando seguir una carrera en la música.

"No puedes ir con uniforme, Yoongi hyung me mataría" -le había escrito Jungkook, así que ella llevaba ropa en su mochila. Unos jeans y un beatle gris que eran lo más oscuro que tenía en su guardarropa, su madre decía que la ropa blanca y pastel te hacían lucir elegante.

Se preguntó quién sería el que mataría a Jungkook si ella aparecía con su uniforme preppy. Se cambió en un baño y caminó hasta el paradero, donde Jungkook la alcanzó con un amigo más.

-Joon, tenemos compañía, esta es Park Suni.

-Sé quién es, tarado.

-Bien -Suni también puso los ojos en blanco, todos eran compañeros de clase.

-Pero...¿qué hace aquí? ¿Le gusta el rap? -preguntó Joon. Era el chico más guapo de la clase y por ende le seguía en popularidad a Jungkook, era un poco más malévolo y explosivo. A Suni nunca le había agradado del todo. Pero sabía que era el mejor amigo de Jungkook.

-Claro, ama el rap -respondió por ella.

El bus paró y los tres subieron.

LLegaron a una zona en las que había algunos bares, no era Itaewon, estos bares eran más humildes y menos populares, pero se podría decir que eran las mismas callejuelas chicas y el panorama con gente dando vueltas por ahí era parecido. Caminaron decididos hasta una tienda de chucherías chinas, el lugar estaba en el segundo piso. Subieron callados. Era obvio que los chicos habían venido otras veces. Suni se había pintado los labios cosa extraña en ella, solía solo lavarse la cara, ponerse tónico, bloqueador solar y brillo en la boca, ahora incluso se había hecho una línea negra en los ojos para parecer mayor, pero nadie le pidió siquiera su tarjeta de identificación.

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