Capítulo 13: más que amigos

15 2 0
                                    

Suni se sentó en una mesa vacía del restaurante de comida china. No estaba completamente lleno, pero habían varias mesas ocupadas y Yoongi estaba atendiendo con rapidez. Después de sus crípticas palabras quería verlo. Ella se lo quedó observando trabajar mientras comía wontons y gyosas de cerdo y se entretenía escuchando las notas que hacían los vasos y los platos al chocar.

Un grupo de colegialas se sonreía y pegaba codazos cada vez que él se iba. Odiaba que fuera tan atractivo y a la vez le encantaba. Además había que decir que Yoongi no coqueteaba, no hacía guiños de ojos ni bromas, solo las atendía. Al parecer solo se permitía el coqueteo con las mujeres que lo iban a ver tocar con su banda como si fuera parte del personaje, y esas chicas cada vez eran más.

Cuando tuvo un momento se sentó frente a Suni.

-¿Qué haces aquí? -preguntó Yoongi sorprendido, pero no molesto.

- Tenía hambre y tú, ¿desde cuándo trabajas aquí? -quiso saber ella, como si acabara de enterarse que él estaría allí y no fuera un restaurante que le quedaba a una hora de su casa, en un barrio que jamás había frecuentado. Ambos lo sabían, pero Yoongi no dijo nada mordaz como ella hubiese esperado.

-Desde que te debo varios millones de wones.

-En vez de trabajar en esto por qué no tocas los sábados, es cuándo más...

-Los sábados toca otro grupo, uno mejor.

-No creo que sea mejor que ustedes, quizás deberías probar en otro bar.

-Quizás -dijo levantando una ceja.

La mirada de Yoongi la dejó un momento, porque acaba de entrar la última persona que quería ver, Junho.

-Miren a quién tenemos aquí, mi amigo yonki de mierda, ahora que la deuda está saldada te apareces. -Le dijo Yoongi poniéndose de pie.

-No sabía que estabas trabajando con Lee.

-Alguien tiene que pagar la mierda que te metes.

-Vamos Yoongi, podemos arreglar esto, no te pongas así.

-Te di una oportunidad, pensé que ibas a cambiar.

Otro mesero, joven igual que Yoongi le palmeó la espalda, para que se calmara y no hiciera una escena ahí, la jefa los estaba mirando desde la caja. Suni también se puso de pie.

-Puedo reemplazarte quince minutos, por qué no van a hablar.

Yoongi la miró sorprendido y dudó un momento mirándo hacia la caja. Finalmente se quitó el delantal y se lo pasó. Le hizo una seña a Junhoo con el mentón y salieron de local.

Entraron a la casa en silencio, Yoongi estaba visiblemente cansado y de mal humor, había estado más de 3 horas de pie y había repartido pollos toda la mañana ese día, sin contar con que se había agarrado a golpes con Junho.

Suni lo había traído a la casa a regañadientes en un taxi, fue por el botiquín y se sentó con él en el sofá de la sala de estar. En silencio comenzó a ponerle desinfectante en los cortes de la mejilla y la boca. Le tocó con mucho cuidado los labios con un algodón y le puso un poco de crema cicatrizante. Él la dejó hacer, mientras la observaba de cerca, casi nunca tenía posibilidad de ver los detalles de su rostro sin sentirse extraño observándola o con miedo a que se diera cuenta. Mientras ella estaba concentrada poniendo una bandita en sus nudillos, se dedicó a mirar sus pestañas. Eran oscuras y espesas. Estuvieron así unos minutos, el sonido de sus respiraciones llenaba el ambiente, ambos sentían que no era necesario hablar. Suni sabía que había tenido un mal día y que estaba molesto, por lo que la sorprendió sentir su mano cálida en la espalda. Era raro que él la tocara, quizás incluso era la primera vez.

Our SongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora