II. Azul, violenta y carmín II - Tú

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No importa qué

Azul, violeta y carmín II - Tú

- Has vuelto... - susurró Gareth por lo bajo, sonriendo.

Flashback

Entre golpes, lágrimas y sollozos, él se encargó de silenciarle con la corbata recientemente arrancada de sus propios trajes; a través de las paredes del baño, el sordo sonido de los forcejeos no hacía más que acrecentar la ira, el pánico, la frustración y a su vez, proporcionalmente la emoción de aquel perpetrador. Mientras los botones eran abiertos uno a uno, en una agónica y lenta tortura, ese hombre se estaba esforzando para mantener aquello con calma, pues sabía que gracias al horario y los seguros de la puerta, estaba protegido durante la ejecución de aquel delito que llevaba tantos años deseando consumar.

- Pero mira nada más... - comentaba divertido entre burlas perversas y ojos inundados en ese brillo tan propio del deseo – eres tan joven aún... es tierno ¿no lo crees? - musitaba a la vez que su lengua paseaba por el plano pecho del que se mofaba, reteniendo con una mano las de Ciel, privándole de la libertad. Con dificultad lograba contener el entusiasmo, no debía permitir a la lujuria nublar su juicio en ese momento, privándole de tanto éxtasis - ¿seré el primero? vamos, se honesta, no tengas miedo, prometo intentar ser gentil - subió entonces, encarándolo, a juzgar por sus ojos y los violentos espasmos que recorrían su cuerpo, inclusive sin poder recibir respuesta verbal por parte de su víctima, estaba convencido de serlo. No pudo evitar sonreír gustoso ante el morbo que la situación le producía - espero que no me decepciones, "Diamantito", no me agradan las niñas mentirosas - decidió retomar el descenso, comenzando a acariciar por encima de los pantaloncillos, se vio de pronto un semblante confuso en su rostro, decidió rápidamente salir de la duda, encontrándose con la sorpresa - ¡oh! – exclamó, alzando la vista hasta toparse con los ojos acuosos de quien no hacia mas que negar con su cabeza, rogando por compasión aún sin poder emitir palabra alguna. Tuvo la ingenua ilusión de que tal hallazgo le salvaría del abuso, misma esperanza que se vio de pronto tan distante al observar como en el rostro de Gareth se ampliaba una retorcida sonrisa – ahora comprendo porqué Priscilla te ha "prohibido"...

Fin flashback

- ¡Wow! – exclamó Sebastián - ¡pero si esa bailarina no tiene más de 15 años! – Gareth sonrió, sin despegar la vista de "Diamante".

- No, no los supera, realmente ella es una chica muy especial, la "intocable" casta y pura - hizo una pausa para prender un cigarrillo, realmente estaba disfrutando de esto - aunque las malas lenguas comentan que algún mal hombre la desvirtuó hace algunos años.

- Pero prostituirla a esta edad sería un delito – añadió, tratando de disimular el gran interés y curiosidad que sembraba aquella niña en él, era la única chica que portaba antifaz, la más joven y tal parecía que incluso se encontraba ausente de los escenarios. Atentamente se fijaba también en cómo los demás hombres volcaban ante ella sus sucias miradas, llenas de deseo y lujuria, era como si marchitaran la blanca e inmaculada piel, era realmente incómodo.
Peor fue, cuando al voltear hacia su padre, pudo percibir sus ojos abiertos en éxtasis, una sonrisa que por lo bajo podría él describir como "macabra" y un leve rubor mientras introducía su mano izquierda en el bolsillo del pantalón propio, seguramente para estimularse disimuladamente.

Al notarse de pronto descubierto, la mirada de Gareth se tornó sombría, se sentía más bien como una amenaza.

- No te entusiasmes con ella, Sebastián – advirtió – es la "prohibida" no tienes idea de cuántos hemos solicitado a Priscilla su ingreso completo, pero ella no hace mas que rechazar todas las ofertas, sin importar cuandos ceros contenga esta...

No matter whatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora