No importa qué
Pecado
Lo que quedará después de mis pecados será una cara cínica e incolora
(...)
- Si, creo que tienes razón. Lo mejor será huir separados.
Desde aquella noche no hago más que acumular errores, y ahora las pruebas de mis pecados están aquí, a mí lado murmurando cosas que están convencidos no soy capaz de comprender por mi supuesto "cuadro de confusión y delirio".
Ya sé que es demasiado tarde para arrepentirme, ya maté a Gareth y también ahora él...
- ¡Lo sé! – exclamó un encabronado Sebastián ante toda esta situación y, lo peor no era la muerte de su padre; pero, ahora era él, quien... sus miradas entonces se encontraron vacilantes; la amargura era evidente en ellos, se permitieron bajar la guardia durante un par de segundos antes de que Sebastián acabara aquel contacto tan dolorosamente incómodo - ¿y luego qué? – esperó una respuesta durante unos segundos – Ciel podría estar siendo un fugitivo de Scotland Yard en este momento, por eso, no es tan simple como "huir por separado".
- Bien, honestamente tengo muchas ganas de escucharte a ti, Sebastián ¿Qué es exactamente lo que tú propones?
- En primer lugar, Ciel podría ser o no ser un fugitivo, pero eso no podemos averiguarlo desde aquí, a horas de la ciudad – suspiró, tomando una pausa – mi propuesta es si, huir por separado, pero en dúos, recuerdo que Ciel mencionó una tía médica que trabaja en el hospital de Londres ¿verdad, Ciel?
- Si – despabiló – así es, aunque no sé si aún trabaje ahí o si esté viva siquiera – susurró desanimado.
- Eso no será problema – resolvió – debemos ir a la ciudad e intentar pasar desapercibidos, ahora.
- Espera, Sebastián – la voz de Ciel los detuvo a todos, quienes comenzaban a tomar sus pertenencias
Fue como un fugaz, hermoso y triste poema de despedida, sabía de antemano que todo terminó. Y aunque creía que lo que ardía en mi garganta era rabia, me negaba a volver a llorar por causa de él.
Cerró los ojos con lentitud antes de dar un largo suspiro con el que parecía haber expulsado hasta su último aliento.
No quiero que me encuentre Scotland Yard, pero...
estoy cansado.
Fin racconto
Mayo, 1875.-
Por fin Ciel era capaz de caminar, aunque fuera con ayuda de un bastón; Gilbert le acompañaba mientras bajaban del lujoso carruaje que les transportó, estaba sorprendido de que él lo hubiera aceptado, aunque tenía mucho sentido que necesitara lucir como un noble para evitar levantar sospechas acerca de su identidad en Luna Llena a Scotland Yard y, acabar vinculándolo a la desaparición de Gareth.
"...Primero, debemos pensar en un plan para pasar desapercibidos"
"Si no está la médica Angeline, continuaremos hasta mi mansión"
"¿Y si tía Ann está en el hospital?"
"También"
- ...no lo puedo creer ¿es real lo que mis ojos están viendo? – caminaba la mujer de avanzada edad mientras las lágrimas caían desde sus ojos.
Gilbert hace un gesto a su amo, quien estaba inmerso en aquello que consideró como "un emotivo y triste reencuentro ¿cuándo fue la ultima vez que pudo verlo así? Lucía tan frágil, sensible, hasta humano".
"¡Eso queda de medio camino a Luna Llena!"
- Madre – le abrazó con fuerza, la mujer lloraba a mares, necesitaba a su hijo, estaba completamente sola.
- ¿Estás bien? Por qué tardaste tanto en regresar ¡te escribí durante semanas a la dirección de Valeska en Berlín!
- ¡¿Que hiciste qué?! – exclamó nervioso, entonces su madre por fin visualizó a aquellos dos sujetos tras su hijo – madre, ellos son Ciel Phantomhive y su mayordomo Gilbert Theiler, ella es mi madre Gloria Michaelis - se dirigió a su madre - el conde viene durante un tiempo como mi invitado.
- ¿Phantomhive, dijiste? Pero si el conde... - su mirada amatista se fijó en el muchacho, convencida de la muerte de hasta el último descendiente, así hasta que le observó a detalle, acercándose a Ciel, quien parecía inseguro de continuar.
- Buenos días, madamme – besó la mano de la mujer, mostrando todo buen modal reforzado durante el viaje – efectivamente yo soy...
- No por favor, te creo – le interrumpió – eres el vivo retrato de Rachel y Vincent, es imposible que no seas tú – volvió a mirar a Sebastián y dio la orden de dar una afectuosa recepción al conde dado por muerto, quería mostrar la hospitalidad de los Michaelis.
Y mientras trasladaban el equipaje de todos, acomodándolo en el respectivo cuarto, Sebastián se vio a solas con su madre, quien sin previo aviso comenzó a llorar desconsolada. Ciel sin dolo aparente escuchó mientras pasaba los angustiados chillidos de la señora Gloria"no debería de estar aquí".
- Hijo, hay algo que debo decirte, tu padre... - sollozaba, Ciel comenzaba a sentirse culpable, no sólo por hallarse escuchando tras la puerta, también por ser el causante de aquel tan triste llanto, "pero, aún así..." – tu padre lleva semanas sin volver a casa, lo reporté como persona desaparecida, pero Scotland Yard no quiere involucrarse más allá, sabes porqué – Sebastián la abrazó de pronto con demasiada fuerza, era incapaz de mentir y verle la cara al mismo tiempo.
- No puede ser, madre, estoy seguro de que papá está bien, debió irse otra vez a...
"Si, iremos a Luna Llena, pero después debo ver y hablar con mi madre, tú mientras investiga por tu cuenta qué se está diciendo de Gareth en el bajo mundo" Alex cogió su hombro a modo de despedida, acercándose a su oído.
- ¡No! – exclamó fúrica - ¿no entiendes? ¡Definitivamente algo le pasó, no se llevó absolutamente nada, ni siquiera su identificación!
"¿Realmente está listo para mentirle a su madre, señorito?"
- ...¿Desde cuando él no vuelve, madre? – sus brazos temblaban, su pecho ardía en dolor ¿o rabia? su madre estaba sufriendo y él estaba encubriendo al responsable, ocultándole la verdad.
"No, no lo estoy... pero ya tomé mi decisión"
- Ya van tres semanas... ¡tres semanas, Sebastián! ¡Ya no sé qué hacer!
Lo que queda después de mis pecados es una cara cínica e incolora
- ...no puede ser - la aparente honestidad de su lenguaje verbal y no verbal le daban náuseas - es demasiado tiempo, madre. Lamento no haber recibido tus cartas, pero ya estoy aquí...
Y fue capaz de escuchar los débiles pasos que se alejaban por el pasillo tras las puertas del despacho, la suavidad hizo evidente aquella "travesura" y "¿es que acaso pensará que soy tonto? Es obvio que eras tú, Ciel".
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No matter what
RomanceUna vez que has sido despojado de todo, incluso hasta de ti mismo Sólo queda una alternativa por seguir: luchar Sin importar qué SebastianxCiel Advertencias: violencia emocional, física, sexual, relaciones homosexuales, prostitución.