IX. Promesa

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No importa qué

Promesa

Hay personas que no nacen para vivir,

más bien sobrevivimos.

¿Es esta la prueba que confirma tal frase?

sí, aquella que reza:

"Hay destinos peores que la muerte".

Abril, 1875.-

- Quiero ir a revisar el cuarto – Gilbert hizo una reverencia mientras Gareth avanzaba hacia él, pasando a su costado y deteniéndose al instante – no has olvidado por qué estás tú aquí ¿verdad? – Gilbert tragó saliva.

Flashback

- ¡Lo lamento mucho, mi señor! – exclamó el hombre mientras entraba al despacho de Gareth, previa autorización – tuve algunos problemas para llegar, pero... - de pronto éste calló, estaba consciente de su retraso, pero verse a solas con Gareth en el lugar le intrigó y... preocupó - ¿Dónde están los demás? No me diga que ya se fueron... no puede ser...

- Oye – habló por fin, manteniendo su postura frente a la ventana, expulsando el humo de su puro – Cálmate, estás pensando demasiado rápido, sólo te cité a ti – sentenció, logrando descolocar aún más al espía – deberías escuchar primero. ¿Por qué crees que sólo estás tú aquí?

- ...Lo siento – respondió tras unos segundos, luego de aquello realizó otra pausa, Gareth seguía ahí, dándole la espalda, tan enigmático como siempre; aumentando su ansiedad – no lo sé – escuchó una ligera risilla, el hombre volteó y le miró a los ojos.

- Demostraste ser el más perspicaz de los tres – inhaló el humo – yo sé que tú lograste atar más cabos que los demás, tu olfato y visión van más allá de ser un simple espía... haz actuado más bien como un verdadero detective.

- ...No entiendo a qué usted se refiere, señor Michaelis.

- Que tú ya sabes que Ciel no es una chica, sabes que yo soy "aquel hombre" del que hablan las mujeres de allá – Gilbert tragó saliva, Gareth sonrió.

Gilbert comenzaba a sentir que estaba en peligro en aquel momento y lugar exactos ¿acaso le mataría por saber demasiado? El que tardara tanto en hablar y riera de él a modo de burla e ironía, no aportaban algo bueno para nada.

- Escúchame, Gilbert – suspiró y apagó su puro – no te pedí que vinieras para exigirte que me expliques porqué decidiste guardar silencio, no me interesa, lo que si... - se comienza a acercar, se sentía como una presa siendo acorralado por un felino en el mundo salvaje – creo que tenemos algo en común: somos realmente observadores, el querer descubrir qué hay más allá nos hace reflexionar, enjuiciar, investigar... - pone una mano sobre su hombro – comprenderás que yo no puedo detenerme aquí, esto recién ha comenzado y necesito tus servicios, exijo tu cooperación y obediencia.

- Señor Michaelis... - estaba realmente nervioso, aunque en apariencia lograba disimular en parte lo intimidado que se sentía, sabía también que Gareth estaba en lo correcto: si era así de observador, era evidente que estaba consciente de su verdadero sentir – yo... lamento mucho no haber hablado apenas lo supe, era obvio que usted lo sabía, no quise comentarlo a los demás, supuse que le haría sentir incómodo el que ellos supieran que usted hace 3 años...

No matter whatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora