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Desde el nacimiento de Sarada Uchiha, las cosas habían sido algo agitadas para los padres, había veces que la bebé se despertaba a altas horas de la noche llorando, para que su madre le diera pecho.

Sasuke ya hasta había aprendido a cambiarle el pañal.

Ya que veía a Sakura más cansada de lo normal, gracias al parto, aún así ambos daban lo mejor de sí, para poder criar a sus tres hijos, por suerte Kyasuke y Diasuke, los habían ayudado mucho con la bebé.

Ambos gemelos, siempre estaban al pendiente de cualquier cosa, se aseguraban de prepararle el biberón o ayudaba a Sakura a bañar a su hermanita.

Esos pequeños detalles, son una gran ayuda para la pelirrosa.

Amaba ver como sus hijos jugaban con ella o la intretenian con cualquier cosa, el escuchar las risas retumbando en toda la casa, le daba paz y una alegría que llenaba constantemente los corazones de ambos padres.

Las visitas tampoco tardaron en llegar. Itachi quien había llegado de Miami, no tardó en llegar a la casa junto a Izumi una vez que pisaron de nuevo Japón, trayendo consigo muchos regalos, tanto como para la bebé cómo para los gemelos, quien no pudieron evitar saltar de la emoción al ver el tipo de regalo costosos y caros que su tío les había traído.

Claro que Sasuke no tardó en reprender a su hermano, por haberse ido sin siquiera avisarle.

Por suerte Sakura estuvo ahí para tranquilizar el mal humor de su azabache, así fue como transcurrió el día para la familia Uchiha.

Sasuke se despertó al escuchar el llanto de su pequeña, un suspiro cansado salió de sus labios y miró a su esposa, quien tuvo la intención de levantarse, pero rápidamente la detuvo.

- yo iré, duerme- susurro el pelinegro, dándole un beso en la mejilla a la chica.

- no, la última vez fuiste tú, mañana tienes que trabajar Sasuke, no quiero que te canses- contesto ella quien estaba decidida a levantarse.

- tranquila, iré yo, de todas forma no lograre dormir de nuevo- contesto con sinceridad.

Sakura al ver que su esposo estaba decidido a ir, asintió con la cabeza. Sasuke sonrió de una forma triunfal y le dio un rápido beso en los labios.

- si Sarada no logra dormir, la traes para poder darle pecho- pidió Sakura al momento que soltaba un bostezo.

- tu duerme, yo me encargaré de todo- respondió el azabache, levantándose la cama.

- no te tardes- susurro la pelirrosa volviendo a cerrar sus ojos.

- no lo haré.

El Uchiha contempló por unos segundos a su mujer, quien ya se había quedado profundamente dormida, volvió acercarse y con cariño le planto un dulce beso en la sien.

La ama tanto y estaba agradecido con ella, por haberle dado una familia.

Por eso estaba dipuesto hacer cualquier cosa y más, solo por ella, solo para que Sakura fuera feliz tanto como lo es él.

Sasuke salió de la habitación con mucho cuidado de no molestar o despertar a su esposa, camino por los pasillos de la casa, la cual estaba siendo alumbrada únicamente por los rayos de la luna, llegó hasta el cuarto de su pequeña y se extrañó al ver las luces encendidas.

Abrió la puerta con cuidado y vio una escena que lo hizo sonreír.

En la habitación se encontraba Diasuke cargando a Sarada entre sus brazos acunandola, al momento que decía varias palabras tranquilizadoras solo para calmar a su hermanita.

Protegiéndolos (SxS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora