☼ Mereces un premio

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- Señor, Moon... - llamó una mesera a Moonbin, el cuál estaba en su oficina con la puerta abierta, cosa muy rara de él ya que siempre la tiene cerrada para que no sea molestado.

- ¿Qué pasa? - pregunto sin despegar su vista de unos papeles.

- El omega de ahí lleva sentado horas y solo ha bebido un té, ¿Le debería pedir la mesa? - habló nerviosa.

Moonbin levantó la mirada y pudo ver a su osito estudiando mucho, muy pronto serían sus exámenes.

- Yo arreglo esto, ve a trabajar - ordenó mientras se levantaba de su asiento,
salió de su oficina y camino hasta donde estaba su esposo - Esposito.

Sanha dejo de escribir y levantó su mirada para ver al alfa - ¿Qué sucede, Binnie?

- Has estudiado mucho, mereces un premio, ¿No crees? - habló.

- No puedo pedir nada de comer porque mancharé mis apuntes - mencionó con un mohín, su estómago hizo un ruido durante unos segundos, exigía comida. La cara del omega se puso roja de la vergüenza.

El alfa soltó una risita -¿Qué quieres
que te traiga? Pide lo que sea.

- Unos hotteok... - respondió en voz baja.

- Te los traeré enseguida y toma - le extendió su pañuelo - Tiene mi aroma impregnado, si me extrañas solo huele.

Sanha agarro el pañuelo con una tímida sonrisa - Muchas gracias, alfa.

Moonbin se retiró con una pequeña sonrisa, quería darle un beso pero no podía con todas esas personas a su alrededor, además, de que se suponía que Sanha era un cliente.

El alfa trajo a su omega para pasar tiempo con él y verlo, ya que su esposo le había dicho que está semana se la iba a pasar estudiando y casi no lo vería. Entonces se le ocurrió la idea de que viniera a su restaurante para poder verlo todo el día y también consentirlo con mucha comida.

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El omega mordía levemente sus uñas, hoy se entregaba las boletas.

- Sanha, estás muy nervioso. Cálmate,
estoy seguro que te fue bien - mencionó el alfa con una leve sonrisa.

- Eso espero, quiero que me vaya muy
bien esta vez - hablo.

Jinwoo hizo una mueca - ¿Por qué?
Antes no te preocupaba tanto tu boleta - dijo.

El omega se acercó más alfa, ambos tenían sus rostros muy cerca - Binnie siempre me premia cuando me va bien en la escuela o me esfuerzo y le quiero pedir algo muy especial para mí.

- ¿Qué te de duro? - pregunto con burla.

Jinwoo se mofó al ver la expresión del castaño, parecía un tomate.

- No, Jinwoo sucio. Es otra cosa privada que no te puedo decir.

- De ese modo es muy difícil no pensar mal, dime qué es - pidió con una sonrisa.

- Si me va bien en mi boleta, mañana te enseñaré una foto de lo que pedí – sonrió.

Jinwoo asintió levemente - Oye, ven - hizo unas señas con su mano, cuando el omega se acercó lo suficiente empezó hablar - Últimamente hueles mucho a
chocolate amargo, ¿Estás en cinta?

Sanha negó varias veces - Para nada, Binnie no anuda dentro de mí y yo me cuido mucho, un cachorrito es muy peligroso para mí en esta edad - hablo un tanto avergonzado - aparte mis papás matarían a mi alfa.

- Entonces, dile que no deje su aroma en ti. Estos alfas y omegas mediocres ya empezaron a buscar que persona tiene ese aroma - mencionó.

- Binnie no deja su aroma en mí... Tal vez es porque vivimos juntos y nuestra casa huele a canela, manzana y chocolate - sonrió levemente.

Casado a los diecisiete 𝘉𝘪𝘯𝘴𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora