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Me vi en el espejo, emocionada por la fiesta que se avecina. Reviso mi armario en busca del atuendo perfecto, deslizando mis manos entre vestidos y pantalones. Finalmente, elijo un conjunto que resalte mi estilo. Al vestirme, selecciono cuidadosamente accesorios que complementen mi elección: un collar elegante, pendientes delicados y un bolso que completa mi look.

Frente al espejo, me sumerjo en el arte del maquillaje. Resalto mis ojos con sombras marrones, brillo en los lagrimales  y delineador preciso, dando un toque de color a mis labios. Mi cabello recibe atención especial, ya sea con un peinado suelto en ondas seductoras. Una última mirada al espejo, lista para la fiesta, con una fragancia sexy que añade un toque final antes de salir con confianza a la cocina, para agarrar las llaves del auto de mi hermano.

Bajo a donde el y lo miró.

- Matt. -Dije tratando de sonar amable, necesitaba su auto y ayer justamente habíamos discutido por una bolsa de papas.
Volteó a mirarme y escaneó mi cuerpo con su mirada, controlador.

- ¿A dónde vas? - Preguntó serio dándose la vuelta de nuevo hacia su teléfono.

- Voy a una fiesta con Sam, necesito tu auto. ¿Me lo prestas? - Dije acercándome a el y agarrándole los hombros para sacudirlo. - Por favorrr - alargue la palabra.
Suspiró y dejó que su teléfono cayera en su abdomen. Volteó a mirarme y dijo:

- No. - Seriamente y volvió a agarrar su teléfono. Lo sacudí más fuerte.

- ¡Matt! En serio lo necesito, ya voy tarde. - Dije, Sam era mi mejor amiga y ya me estaba esperando desde las 20:00pm, y ya eran las 23:00pm.

- No.

- ¡MATT!

- No. - Dijo serio sin mirarme

- MATTTT - Alargue la palabra y intensifiqué mi movimiento mientras lo sacudía cada vez más fuerte

- No, tonta.

- Matt, por favorrr - Dije fingiendo sollozar mientras el se reía de mi.

Al no obtener respuesta le tiré del pelo y lo eché del sofá, cayó de espalda y jadeó, me reí.

- ¡Ya! - Dijo con un tono cansado. - Pero..- ya sabía que me pediría algo a cambio de lo que haría por mi ahora, idiota.

- ¿Pero? - Dije soltando sus hombros y cruzándome de brazos mirándolo mal.

- Me lavas los 3 zapatos que usaré mañana. - Dijo con una sonrisa burlona, sus pies olían horrible y aún así quería que le lavara los zapatos, asco.
Puse los ojos en blanco y asentí, el se rió y sacó las llaves de su auto y me las dio para después decir:

- Cuida mucho a mi bebé, si le pasa algo te mato. - Dijo volteando a ver su teléfono de nuevo. Amaba más a su auto que a cualquier cosa. - Claro. -Dije riendo y el volteó los ojos.

Corrí emocionada hacía el garaje y entré al auto. Estaba limpio, como siempre. Le había cambiado los asientos y el aroma a hombre casi me mata de asfixia.
Bajé las ventanillas y me subí, lo prendí y salí del garaje hacía la fiesta que quedaba a como 20 minutos de mi casa.

Mientras me dirijo hacia la fiesta en el auto negro, la ciudad nocturna parpadea con luces brillantes. La carretera se desliza bajo las ruedas, y el murmullo del motor se mezcla con la música "Heartbeat - Chilsdish Gambino"  suena fuertemente en la radio. El vestido elegante pero a la vez sexy que elegí para la ocasión se siente cómodo mientras conduzco, y el reflejo de las luces de la ciudad destaca los detalles de mi maquillaje.

Las luces de la ciudad dan un toque mágico a la noche, y el interior del auto se llena de anticipación. La música y el ambiente del automóvil crean una burbuja de emoción mientras me acerco al lugar de la fiesta. La carretera iluminada por farolas revela destellos fugaces de mi entorno, añadiendo un toque de misterio al viaje.

MoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora