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Al escuchar esas palabras provenientes del otro lado me paralicé, quizás estaba muy borracho, y ya que yo había descompuesto su auto no tenía quién lo recogiera.

- ¿Y tu hermano? Puede ir por ti.

Escuché un jadeo de su parte, la música estaba muy fuerte.

- No contesta Sarah, ¿Te cuesta venir por mí?

- No sé...

Debería ayudarlo, quizás realmente su hermano no le contestaba, pero si nos ven, se crearía miles de rumores.

- ¿Vas a venir o no? De todas formas iré solo.

Se volvía a hacer el duro, como iba a llegar a su casa en ese estado, quién sabe y alguien lo atropellase. Lo pensé por unos segundos.

- ¿Dónde estás?

Escuché un suspiro de su parte, su voz se escuchaba medio cansada.

- En la discoteca "Alkohol", la que está enfrente de una tienda.

- Llego en 5 minutos.

Corté la llamada y tiré el teléfono, ¿Por qué había aceptado? Estúpida Sarah. Me levanté del sofá y me dirigí hacía mi habitación, por suerte Matthew me había dejado las llaves de su auto, las agarré y cerré la puerta de mi habitación, apagué la televisión y abrí la puerta. Vi como Sharky comenzó a ladrar.

- Soy Sarah, shh. - Hice callar al perro, el perro se calló y volvió a su casita de madera, poco después cerró sus ojos, abrí el garaje y me subí al auto, aceleré y me dirigí a esa estúpida discoteca.
No podía pensar en nada más que en por qué Tom habrá tomado tanto, según leí el no tomaba mucho, traté de ignorar esos pensamientos mientras ponía música, cerré las ventanas para que nadie pudiera verme.

Aceleré la velocidad al ver que un auto intentaba adelantarse, odiaba que hicieran eso, logré pasar al del otro auto, iba a velocidad muy rápida, por suerte no habían policías. Llegué al lugar, estacioné el auto vi a Tom por la puerta de la entrada en la discoteca, besándose con una chica rubia mal teñida, la chica voltea a verme y pone los ojos en blancos, se aleja de él y deja un beso en su cuello antes de entrar de nuevo en la discoteca. Que asco, este chico realmente es todo lo que dicen de él en las revistas.  Aunque me cuesta admitirlo, cuando lo veo tambalearse hacia mí, puedo ver la vulnerabilidad en sus ojos, algo que rara vez muestra en público.

Bajé la ventanilla y el me vió, esa estúpida sonrisa burlona apareció en sus labios, me miró por unos segundos u luego se acercó al auto, apreté un botón y la puerta se abrió, el entró al auto y se tiró en el asiento de al lado. Me quedé mirándolo, ni un gracias.

- ¿Qué hacías aquí? - Pregunté mientras cerraba la ventanilla, el rápidamente se movió y no dejó que yo cerrase la ventanilla.

- Déjala así. - Dijo el, sin mirarme.

- Cierrala, no pueden vernos, Tom.

El volteó sus ojos hacía mí y su mirada escaneó todo mi cuerpo, pocos segundos después empezó a reírse, levanté una ceja confundida, me miré a mi misma y me di cuenta de que estaba en mi pijama de Spider-man. Sentí como mis mejillas se ponían rojas al instante, volteé mi mirada hacía el volante y lo apreté.

- Bonito pijama. - Sus palabras entrecortadas y su aliento a alcohol me hacen querer alejarme.

- Cállate, ¿A dónde vas a querer que te lleve?

El giró su cabeza hacía la ventanilla mientras sacaba su teléfono de quien sabe dónde. Miró por unos segundos su teléfono y cerró los ojos.

- Bill me va a regañar por llegar así, no me abrirá la puerta.. - Dijo el mientras trataba de no quedarse dormido.

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