#12

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Escuché como alguien tocaba el timbre de la habitación, ignoré el sonido y seguí durmiendo, siguieron tocando y me levanté, fui hacía la puerta y la abrí, estaba una de las trabajadoras con un gran ramo de rosas en sus manos, mirándome.

—Disculpe la molestia Señorita, pero me mandaron este ramo, es para usted.
—La chica me entregó el ramo con una sonrisa, lo acepté y miré el ramo y luego volví a mirar a la trabajadora.

—¿Sabe quién lo mandó?  —Pregunté.

—No Señorita, me pidieron que lo entregue anonimamente, disculpe. —Dijo la chica.

—No te preocupes, gracias. —Le sonreí medio soñolienta a la trabajadora y ella asintió, se retiró y así volví a cerrar la puerta.

Caminaba mientras miraba el ramo, el único chico en el cual pensaba que mandaría este ramo era Tom, ningún fan sabía que yo estaba en este hotel.

Entre la parte de la envoltura del ramo vi una tartera, la agarré mientras bajaba el ramo en la cama, abrí la tarjeta y leí lo que decía.

"Si fueras un hombre negro, yo sería Mia Khalifa."

Una sonrisa comenzó a formarse en mi rostro, al segundo una risa se unió a esta, que clase de coqueteo era ese.
Estaba más que claro que Tom había mandado el ramo.
Examine mejor el regalo, era realmente precioso, traían como 250 rosas, era gigante.

Dejé la tarjeta en la cama junto al ramo y mientras caminaba hacía el baño no dejaba de sonreír.

Pasaron 15 minutos y por fin apagué la ducha, me sequé el cuerpo con una toalla y así salí del baño, dirigiéndome a una de mis maletas.

Agarré un short vaquero de un color azul oscuro, un top verde militar con una estrella en medio y así comencé a deslizar la ropa por mi cuerpo, metiéndome en este.
Deslicé la prenda de arriba por mis brazos, acomodé ni brasier para luego acomodar el top.
Agarré un peine y comencé a despeinar mi cabello algo mojado, por suerte no estaba tan despeinado.

Agarré mi maquillaje y lo bajé en una mesa que se encontraba cerca de un espejo, escojí un poco de corrector y lo puse en mis ojeras, las cuales habían empeorado demasiado por no haber dormido casi nada ayer, la cabeza me dolía como nada.
Expandí el corrector por debajo de mis ojos, agarré una tinta de labios y puse 3 puntos en cada mejilla, una brocha y comencé a difuminar.
Finalmente terminé con un poco de tinta en mis labios y así me eché perfume.

Me acerqué a mi celular y lo agarré, vi 40 llamadas perdidas de Jonathan, suspiré y comencé a llamarlo, este no respondió.
Corté la llamada ya que no tuve respuesta.
Mientras veía mi feed de instagram me llegó una notificación, era él.

—"¿Te llegó?" —Decía el mensaje.

—Pues la verdad todavía no, tengo miedo de que este embarazada. —Bromeé.

—"Aparte de linda, bromista."

Sonreí al ver el mensaje y bajé el celular para reflexionar sobre cómo las cosas entre él y yo habían cambiado tan rápido, antes nos tirábamos por redes y ahora simplemente hablábamos.

—Pues claro, tengo todo, soy perfecta.

—"Esta vez no mientes."

—¿Qué intentas hacer realmente?

—"Nada, solo le mandé flores a la chica más linda que pude ver en toda mi vida."

—A mí y a cuantas más.

—"¿Qué?"

—¿A mí y a cuantas más le dijiste eso?

Bromeé, realmente no me importaba mucho que pensara que estaba insegura o algo así, digo, soy hermosa.

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