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Les sonreí a los chicos, y ellos le devolvieron la sonrisa. Vi como Bill se acercó a mí con una sonrisa en su rostro.

—¡Hola Sarah! —Dijo mientras extendía su mano, la acepté y nos saludamos.

—Hola Bill, ¿Cómo estás? —Le sonreí amablemente.

—Más que bien... ¿Y tú? — Me sonrió mientras los dos alejabamos nuestras manos.

—Me alegro, yo bien.

—Igualmente, entonces...

—¿Vas a querer que te ayude?

—Claro, acompáñame. —Se dio vuelta, abrió una puerta y entró.

Miré a Tom, quién se encontraba hablando con uno de los chicos, ¿Georg?
supongo, no le di importancia y seguí a Bill hacía la puerta.

—Mira, aquí me vas a ayudar a perfeccionar. — Él me mostró el lugar, era una pasarela larga, me acerqué.

—Es larga, te ayudaré en lo que pueda.

—¡Perfecto! Espérame aquí. —Asentí y el se subió en la pasarela, me acerqué hacía el frente, así para poder examinarlo.

Comenzó a modelar, escaneé cada parte, sus expresiones estaban totalmente dominadas por él, tenía control en sus piernas, las rodillas bien extendidas, prácticamente una pasarela perfecta, excepto por algo.

Practicó como por 20 minutos, yo lo miraba fijamente, lo hacía tan bien. Finalmente terminó de modelar y rápidamente se acercó a mí con una sonrisa en su rostro.

—¿Cómo lo hice? —Preguntó él, parecía emocionado.

—¡Perfecto! Solo que deberías de subir un poco más tu cabeza, el rostro nunca tiene que estar abajo.

—Entendido, ¿Sólo eso? —Volvió a preguntar, todavía con la sonrisa en su rostro, era bastante lindo.

—Si, solo eso, el resto lo hiciste totalmente bien. — Le sonreí y el me devolvió la sonrisa.

—Muchas gracias, tendré eso en cuenta para la próxima.

—¿Y qué modelaras? — Le pregunté mientras los dos caminábamos por lo que parecía un lugar en donde algunas personas practicaban.

—Me pidieron modelar para una empresa famosa, dentro de unos días.

—¿En serio? Yo también tengo que viajar para modelar para un evento. —Dije mientras parábamos cerca de un sofá.

—¡Que bueno! Me alegro por ti, Sarah.

—Yo también me alegro por ti Bill, ojalá te salga genial. —Le sonreí amablemente, realmente me cayó bien.

—Ojalá... ¿Quieres algo de comer? —Preguntó mientras se acomodaba el pelo.

—Gracias, recién comí helado. —Rechacé amablemente su oferta, pero estaba muy llena.

—¿Te gusta el helado?

—¿A quién no? Y más si es helado de Banana, soy adicta.

—¡A mí también me encanta el de banana! Tenemos algo en común. —Me sonrió amablemente.

—¿En serio? ¡Que bueno!

Seguimos hablando sobre cosas del modejale, sobre helado, y principalmente sobre su próxima visita a un país, el cual todavía no podía saber cuál era.

Volvimos a la habitación en donde estaban los otros chicos, vi a Tom durmiendo en el sofá junto a Gustav, hasta durmiendo parecía un Dios Griego.

—Perdónalos, no dormimos nada ayer, estábamos preocupados por que Tom no aparecía. —Dijo Bill mientras se disculpaba, entonces...¿El no les había contando sobre qué estuvo conmigo? Raro.

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