Money

#13

(Cap hot, música hot)

Me quedé paralizada al verlo ahí, parado.

—¿Qué pasa? ¿Olvidaste lo hermoso que soy? —Dijo con un tono egocéntrico.

Me reí, siempre tan egocéntrico él.

—¿Qué haces aquí? ¿Alguien te vio?
—Dije mientras me asomaba por la puerta, viendo hacia los lados para ver si alguien estaba por ahí.

Sentí unas manos agarrar mi mentón, así volteandolo.

—Bonita, ¿Crees que alguien me vió entrar por las tuberías? Yo creo que no. —Dijo, mirándome a los ojos.

Me quedé congelada, por alguna razón mis mejillas comenzaron a calentarse y saqué su mano de mi mentón rápidamente.

—Bien, ¿Para qué viniste? —Dije directamente.

—Para verte, extrañaba esa cara bonita tuya. —Dijo él, recostandose por la puerta.

—Ya cállate, entra. —Le di un espacio para que entre, el entró y comenzó a mirar literalmente todo.

—No eres tan ordenada como lo pensaba, sinceramente. —Dijo agarrando una caja de pizza que se encontraba en el piso.

—Eres peor que una madre cuando se entera que vendrán visitas, deja eso. —Caminé hacia el para sacarle la caja, pero el la subió hacía arriba.

—Alcanzalo. —Dijo mirándome, con una sonrisa burlona.

Yo medía unos 1,68. Lo sé, es un poco muy poco para ser modelo, pero por lo bien que modelaba a las empresas no les importaba tanto cuánto medía.
Intente agarrar la caja pero este la levantó más hacía arriba, le pateé el pie y este de rastas soltó la caja. —¡Carajo!

—Te dije que me la des, imbécil.  —Dije, tirando la caja en el bote de basura que se encontraba al lado de la puerta, volviendo mi mirada hacía él.

—Cuidado con como le hablas al amor de tu vida, mocosa. —Dijo mientras me acorralaba contra la pared.

Intente empujarlo pero este parecía de hierro, no se movió.

—¿El amor de mi vida? El amor de mi vida es tu hermano. —Dije riéndome en su cara, este reaccionó dejando de sonreír y mirándome directamente a los ojos.

—¿Mi hermano? Mi hermano no te podría hacer sentir tan nerviosa, él no te podría hacer sentir tan caliente, con él no perderías la cabeza como lo haces conmigo. —Dijo mirándome.

—Quién sabe...Quizás hasta puede hacer que me moje. —Me burlé de él.

Sentí como unas manos agarraron mi cintura, apretó mi cuerpo contra el suyo, haciendo que nos juntemos demasiado, intenté moverme, sin tener éxito.

—El único que podría hacer que esa vagina tiemble y se moje soy yo, absolutamente nadie más podría hacerlo. —Dijo, comenzando a bajar sus manos hacía mi cadera, apretando esta. —Soy el único que puede comerte completamente.

—Tom, déjate de estupideces, sabes- —No dejó que yo hable.

—Cierra la puta boca, o te la cerraré yo.

—Hazlo. —Dije, arrepintiendome mil veces de lo que acababa de decir.

Apretó más fuerte mi cadera, sus labios se dirigieron rápidamente a mi cuello, sus besos transmitían oleadas de satisfacción en mí, su mano comenzó a vagar por mi cintura y cadera, me apretó contra la pared y siguió con los besos en mi cuello, comencé a sentir un sentimiento demasiado placentero, este imbécil estaba haciendo que me pusiera caliente.