#15

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Acababa de despertarme, son las 8 de la mañana y yo seguía en la cama, por alguna razón estaba desanimada y confundida, y todo por culpa de ese imbécil de rastas.

¿De verdad me gustaba? ¿O solo era otro capricho? Pero cuando es un capricho, se me va al besarlo, sin embargo con él no fue así, sentía cosas raras cuando estaba cerca de él.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño, entré en él y abrí la ducha, así metiéndome a bañar. Algunos minutos después salí del baño con una bata que me habían regalado en uno de mis eventos de modelajes, busqué en mi maleta algún outfit para este día, pero lo que veía no me gustaba.
Opté por un top color marrón claro y una minifalda color azul claro, lo único parecía mejor entre todas esas prendas.

Agarré mi bolso de maquillaje y de ahí saqué un gloss, un rimel y un poco de rubor. Me puse los productos y finalmente salí de la habitación, me paré frente al ascensor y toqué el botón.
Sentí mi teléfono vibrar y lo saqué de mi bolsillo.

—¡Sarah! —Habló, era Matthew.

—Hola, Matt. —Dije con una sonrisa, desde que vine a este país no hablé con él.

—¿Por qué no llamaste? Te extraño.
—Dijo este.

—Tenía muchas cosas que hacer, pero justo hoy pensaba llamarte, y yo también te extraño. —Dije con un tono desanimado, siempre había estado cerca de Matthew, pero desde que me volví famosa ya casi no pasábamos tiempo juntos y eso me entristecía. 

—Entiendo, Sharky también te extraña. —Dijo del otro lado, yo sonreí al recordar a mi perro.

—Yo también lo extraño... ¿Y cómo andas con Magaly? —Pregunté mientras veía como la puerta del ascensor se abría lentamente, cuanto subí la mirada se encontró con la de Sam, sonreí al verla.

—Por ahora todo bien, la amo demasiado. —Dijo Matthew con un tono de entusiasmo.

—Me alegro de escuchar eso Matthew, tengo que cortar, tengo que salir.
—Dije

—Cuídate mucho tonta. —Y así este cortó la llamada, metí mi teléfono en mi bolsillo y salté en los abrazos de Sam, así abrazándonos.

—¡Bonita! —Ella me saludó mientras nos alejabamos.

—¿Cómo estás? —Pregunté mientras las dos caminábamos.

—Bien, ¿Y tú cómo estás? —Dijo ella con una sonrisa.

—Muy bien, me alegro por ti. ¿Y para qué te ibas a subir a los pisos de arriba? —Pregunté mientras entrábamos al lugar de comida del hotel.

—Venía a visitarte, y te encontré saliendo.  —Dijo ella mientras se sentaba en una de las mesas.

—Tengo muchas cosas que contarte.
—Dije mientras me sentaba frente a ella.

—Primero deja que venga la comida, tengo hambre. —Rodé los ojos y me reí.

Pedimos una pizza y un refresco, casi a los minutos llegó la comida y comenzamos a comer.

—Y bueno, como te iba diciendo... Ayer Tom vino a mi habitación. —Sonreí mientras pensaba en ello.

—¡¿QUE?! Yo quiero ser la madrina.
—Dijo ella y yo solo pateé su pie debajo de la silla.

—¡Cállate!

—Ush, bien... ¿Y cómo no lo vieron?
—Preguntó ella.

—Amenazó a un empleado y le sacó su traje y se hizo pasar por empleado de comida. —Dije con una sonrisa.

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