-Necesitamos algo que llame la atención. -Paul suspiró mirando los papeles que había sobre su mesa.
-Nuestra revista es una de las más compradas. -Abril le miró intranquila.
-Pero tiene que llegar a ser la más cotizada, envidiada. -Paul se masajeó la sien- Tenemos espacio para un nuevo artículo ¿Pero qué?.
-Un artículo puede tener enganche en un día concreto, pero constantemente los estamos cambiando. -Abril se quedo pensativa- No todos gustan.
-Y lo que necesitamos es algo fijo, algo que guste, que enganche. -Paul sonrió- Se que se te ocurrirá algo, eres la mejor. Por eso eres mi mano derecha.
-Esta bien. -se levantó de su asiento y caminó hacia la puerta- Pensaré en algo.
-Una última cosa. -el la miró divertido.
-Dime. -Abril se giró para mirarle.
-Me gusta la nueva Abril. -asintió sonriente.
Y Abril le devolvió la sonrisa y salió del despacho su jefe. Paul era su jefe desde hacía años, siempre se había sentido muy cómoda trabajando con el. Además de eso era un gran amigo, que desde que supo por lo que estaba pasando estuvo dispuesto a ayudarla en lo que necesitara. Pero para su propia sorpresa, ella no necesitaba nada.
Hacía ya tres semanas que se había marchado de la que era su casa, tres semanas desde que decidió cambiar su vida. Y allí estaba, como una mujer luchadora, una madre luchadora.
-Abril. -Eva se paró ante ella tendiéndole su bolso- Vas a llegar tarde.
-Mierda -agarró su bolso y salió corriendo hacia el ascensor- ¡Gracias Eva!.
-¡Suerte! -y Eva sonrió viendo como se marchaba.
Rápidamente salió del edificio y se subió a su coche, miro la hora una vez más y se dirigió a toda velocidad hacia su destino.
Nada más salir del coche se encontró con Germán que la esperaba en la puerta de los juzgados con el ceño fruncido.
-Lo siento. -corrió hacia él- Lo siento.
-No te preocupes, -él sonrió- ¿Estás lista?
-No. -y suspiró- ¿Puedo escapar?
-No. -él negó con la cabeza- Todo saldrá bien, ya lo verás.
Y entraron a los juzgados, pasaron por el detector de metales y caminaron por el pasillo que les llevaba a la sala de reuniones. A eso iban, una reunión, una reunión para ver si se ponían de acuerdo en un divorcio amistoso. En un principio Abril había estado dispuesta a darle todo lo que quisiera, no le importaba nada, no quería nada. Pero solo había una cosa que no permitía que le tocaran, a sus hijos.
-Abogado. -el abogado de Juan estrechó la mano de Germán y después se giró hacia Abril y asintió- Señora.
-Señorita. -ella respondió mirándole fríamente.
-Germán, -Juan miró a Germán y después a la que aún era su esposa- Abril.
-Hola Juan. -Germán asintió y tomó asiento. Por su parte Abril ni siquiera lo miró y tomo asiento junto a su abogado.
-Comencemos. -El abogado de Juan abrió una carpeta y sacó unos documentos- Mi cliente ofrece una generosa suma como pensión como pueden ver, -le entregó unos folios a ellos- además de hacerse cargo de los gastos de salud y escolares de los niños y darle un dinero en representación de parte de la vivienda.
-Mi representada rehúsa el dinero de la casa y la pensión. -Germán dejó el papel a un lado sin mirarlo.
-Creo que es una suma más que buena pero si desean exponer otra cantidad. -el abogado miró a Juan de reojo.
ESTÁS LEYENDO
Una Novia Para Mamá | Rivari ° G!P
Fanfiction-¡Pues que te den! ¡Maldito cabrón, egocéntrico, hijo de puta! -allí estaba gritando en mitad de un parque lleno de niños- ¡Que disfrutes de mi cama con tu rubia oxigenada! ¡Ojalá te pegue una enfermedad venérea! Y allí estaba ella, Abril Garza, una...