Epílogo

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Tres años después...

-¡Vamos por mamá chicos! -Samantha empujo la puerta del despacho y entro con una sonrisa, sosteniendo a su hija subida a sus hombros.

-Má. -Amber señalo a su madre sonriendo

-¡Mamá vente a la piscina! -Thiago entro corriendo y mojando la alfombra con las gotas que salpicaba su bañador.

-¡Si mamá ven! -Nathan se paró en la puerta sosteniendo la gran colchoneta que Samantha le había comprado esa mañana.

-¡Vamos a jugar! -Matteo miraba a sus hermanos molesto, se cruzo de brazos y miro a su madre haciendo un puchero.

-¡Thiago, mira como estas dejando la alfombra! -Abril retiro su silla y camino hacia su hijo

-¿Vas a venir a la piscina con nosotros? -el sonrió ilusionado.

-Esta bien, en cuanto termine. -Abril asintio y los niños salieron corriendo de la habitación y tu señalo a su esposa y camino hacia ella sonriendo- ¿No deberias controlarlos en vez de agitarlos? -apoyo la manos en su pecho descubierto, ya que traía un top y rozo sus labios en un tierno beso.

-¡Má! -Amber se lanzo hacia delante, siendo sostenida por los brazos de su madre, evitando asi que cayera.

-Ven cariño. -Abril extendio los brazos y agarro a su pequeña- Mi princesa que ya es toda una mujercita.

-¿Por qué no dejas ya el trabajo y salimos? -Samantha paso el brazo por la cintura de ella y sonrió.

-En cuanto acabe con esto salgo. -Abril sonrió- Aun no llega Ama ¿Verdad?

Y sono el timbre, ambas se miraron y sonrieron. Samantha salió de la sala para dirigirse a la puerta principal de la casa y Abril se sento tras su escritorio colocando a su hija en su pierna.

-¡Qué calor! -Amairani entro al despacho abanicándose.

-No se cuantas veces repite eso al día. -Filis entro suspirando tras ella y Samantha le dió una palmada en la espalda riendo.

-¡Dios es imposible hacer nada con esta panza! -Amairani se sento en la silla frente a Abril, no sin mucho trabajo- De verdad que no comprendo como has podido aguantar cuatro embarazos.

-Después lo compensa. -Abril sonrió a su hermana.

-Me muero por una manzana. -Amairani miro a su novio- ¡Buscame una en la cocina Filis!

-Y ahí va el perro obediente. -Filis hizo una mueca y camino hacia la puerta.

-¡Te he odio! -Amairani echo una mirada hacia la puerta envenenada.

-Dejalo respirar un poco. -Samantha la miró de reojo.

-Aquí la unica que no puede respirar soy yo. -Amairani señalo su barriga- Que ganas de que este niño salga ya.

-Pues cuando empiece a llorar por las noches, le salgan los dientes, empiecen a andar y destrocen la casa, se enfermen... -Samantha enumeraba contando con los dedos- Desearas volver a tenerlo dentro.

-Ay Dios. -Amairani apoyo la espalda en el respaldo de la silla.

-Deja ya de asustarla Samantha. -Abril miro a su mujer con el ceño fruncido.

-Una manzana para mi reina. -Filis entró y acercó la manzana a su novia.

-Me muero de hambre. -Amairani la tomo y pegó un gran bocado.

-Creo que yo me voy a la piscina antes de que me pida algo más. -guiño un ojo a Abril y salió corriendo de allí.

-Yo voy a vigilarlos. -Samantha sonrió- Ya son demasiados niños en la piscina.

-Al fin solas. -Amairani miro hacia la puerta y se incorporo hacia delante- Tengo algo que contarte.

-¿Y qué es? -Abril nego con la cabeza mientra acomodaba a su hija sobre sus piernas, mientras la niña agitaba el lápiz que habia agarrado.

-Supe que Juan esta en México. -Amairani miro a su hermana a los ojos- Y piensa quedarse allí por largo tiempo.

-Pues bien por él. -a Abril le importo poco la información.

Después del incidente, él había salido de la cárcel a cambio de firmar el divorcio express y cumplir una orden de alejamiento hacia ella y los niños, por un año. Lo bueno había sido que pasado el año ya no habían vuelto ha saber nada de él. Lidia seguía teniendo contacto con ella y le había contado que su hermano no tenia intencio de buscarla ni a ella, ni a los niños, cosa que la alivio demasiado.

Habian pasado ya tres años. Tres maravillosos años en los que Abril habia vivido feliz junto con su esposa y sus hijos. Había triunfado como escritora y publicado dos libros más, además de seguir con su artículo habitual y algún artículo especial. Hacía mucha publicidad, programas en la tele y en la radio. Se había convertido en un auténtico icono para la mujer.

-Pues que le vaya bien. -Abril se levanto de su lugar cargando a su hija- ¿Por qué no te reunes en el jardín con los demás? Voy a guardar los papeles y me uno a ustedes.

-Claro. -Amairani se incorporo y tendio las manos a su sobrina- Vente conmigo preciosa, dejemos a tu mami acabar.

La niña se lanzó a los brazos de su tía y ambas desaparecieron por la puerta mientras Abril las observaba sonriendo. Ordenó los papeles que había sobre la mesa y abrió el cajón de la derecha para guardarlos, entonces sus ojos se fijaron en lo que habia dentro. Dejó los papeles sobre la mesa y tomo el libro, su primer libro, acaricio la portada sonriendo, abrió la primera página y vio aquella frase.

¿Quieres casarte conmigo?

Paso las páginas despacio y finalmente abrió el libro por la ultima pagina.

Solo cuando me supe valorar cambio mi vida.

Ahora soy una mujer segura y amada.

Y bajo aquellas últimas palabras que había escrito en el libro, la respuesta a la pregunta que cambio su vida.

SÍ QUIERO

Sonrio y cerró el libro, lo dejó en el cajón y guardo los papeles, después lo cerro. Tomó el otro libro que había sobre la mesa, el segundo que había publicado y miró la fotografía que había en su mesa, ella con su familia. Dejó el libro junto a ella y salió de la sala para reunirse con los demás. Para sonreír y ser feliz.

Y allí, en el silencio del despacho, en la mesa vacia solo quedaron dos cosas.

La foto de su felicidad y su segundo libro, que dedico a las cinco personas más importantes de su vida.













-FIN-


















Nuevamente gracias por su tiempo dedicado a esta historia.

Si ven algún error de edición, ortográfico, o de redacción no duden en decírmelo. Se los agradecería mucho.

Los quiero. ❤️

Una Novia Para Mamá | Rivari ° G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora