Ala Negra

Cap4 :Sídney

-No se como te las arreglas también en plantear un viaje y tener todo en un día-dijo Connor.

-La costumbre de prepararlo tres veces al mes.-Dijo con una risa en sus labios.

Al entrar en la comisaría de policía de Sídney les recibió con una sonrisa el Sr. Anderson. Mientras les enseñaba donde trabajarían, Edward el plan para la Opera House de esa noche.

-Bueno, aquí es vuestro nuevo despacho conjunto.-Dijo mientras abría la puerta. El despacho no era muy grande pero era perfecto. Los escritorios eran de madera cada uno al lado de un archivador para tener los papeles en orden. La habitación estaba pintada de un beige claro que hacía que fuera más formal.

-Gracias por el despacho Sr. Anderson, aunque creo que lo usaremos poco- dijo de broma Connor. 

Por fin cae la noche en Sídney,  las farolas se encendieron haciendo que se haga la noche más iluminada. Eran las siete en punto de la noche cuando  Connor y Edward aparecieron en las puertas del Opera House, preparados para Ala Negra.

-¿Entramos?-Dijo Connor con nervios.

-Espera...- Dijo Edward cuando de repente ve algunos policías preparándose en las puertas-Ahora si que podemos.

Al entrar a la sala, se sentaron en la sexta línea, cerca de las escaleras. Pasaron diez minutos para que los músicos estuvieran listos. Y dijeron por megafonía:

-Señoras y señores bienvenidos a la Opera House, hoy os presentamos por sus cuarenta años en el escenario, al compositor Noah Taylor Enderson!

Cuando sale el compositor caminando despacio, por la edad claro, y saludó al público. Se fueron las luces durante tres segundos y desapareció del escenario dejando caer el símbolo de Ala Negra en un papel.

-Avisa a los guardias, yo me encargo de esto.-Dijo Edward mientras que se iba corriendo- Creo que ya sé donde encontrarla.

Cuando llegó sofocado a su habitación del hotel, abrió la puerta y sacó el arma cuando encontró de nuevo el rostro de la 'Caballera de fuego' sentada en la cama de la habitación.

-¿Dónde esta el compositor ?-Dijo Edward con seriedad en su rostro.

-Esta en un helicóptero, hacia la base. No le sucederá nada sin mi permiso, tranquilícese.-Dijo como si lo hiciera habitualmente. Después de decir eso, se levantó para quitarse las armas como le pidió Edward.

-Tienes que contarme lo de Ala Negra- le dijo sin bajar el arma.

-Mañana me dejan dos horas más por los últimos trabajos, si te quedas en Sídney podemos quedar aquí e irnos a tomar algo para que te lo cuente.

-¿Porqué irse a tomar algo? Aquí sería más seguro.

-Porque sino vendrán!-Dijo mientras sus muñecas dejaron de ser pulseras y se vieron grilletes luminiscentes de color azul que echaban chispas, eso le dejaba heridas en las muñecas de ella.- Y si me quedo mucho rato en un solo sito, me matarán. 

>>Electrocutan y hacen herida, además que tienen un sensor para tapar las heridas y convertirse en pulseras. No se pueden quitar hasta que ellos te las quiten de las muñecas.-Cada trazo de cada palabra lo sentía y lo vivía, su voz era triste y parecía que echaba esa la libertad en falta.- A las diez vendré aquí.