Cap6 : Noche en el Museo

4 0 0
                                    


El vuelo fue más rápido de lo que se esperaba, entraron en la comisaria donde hablaron con el jefe, Tomás Guest, era alto con el pelo canoso y un bigote bien recortado, su piel era como el chocolate, y hacía olor a café a la hora de levantarse. Los inspectores le dijeron que en el museo de artes, iba a pasar algo gordo, y que querían saber que tipo de seguridad había allí.

-No os preocupéis, tiene la mejor seguridad de todo Sao Paulo, os aseguro que nadie va poder hacer nada allí dentro.

-Pero,...

-¡Nada de peros! Ahora, si me disculpáis, tengo que seguir haciendo mi trabajo.

Se fueron cabreados de la comisaría, no solo porque no les creían, sino porque no confiaban en ellos. Connor pensó un plan para coger a los asesinos y así tener un objetivo al que soltar la lengua.

Al caer la noche, las farolas se iluminaron con desdén mostrando el museo de artes de Sao Paulo. Arriba del edificio se veían dos sombras que entraban desde los tragaluces al museo. Eran dos adolescentes entre veinte y dieciocho años. El que parecía más mayor,tenía el pelo corto, hasta el cuello, castaño y ondulado con el flequillo tapando uno de sus ojos azules como el mar. Llevaba una camisa larga de color verde como las hojas, con una bufanda amarilla por el cuello, también llevaba una mallas azules marino con unas botas blancas.

El pequeño (o, mejor dicho, el que era algo más bajo) tenía el pelo como la violetas en primavera, una parte de su pelo lo tenía recogido por detrás dejando un pequeño flequillo en la derecha muy corto, sus ojos eran de color como la Coca Cola. Llevaba una camiseta corta de cuello de color negro que hacia que se le notaran los abdominales, también tenía como su hermano la bufanda amarilla pero posicionada como cinturón, llevaba abajo unas mallas blancas y unas botas negras que llegaban a las rodillas. En sus manos sostenía unas varas moradas.

 -¿Rick -dijo el mayor- a quién tenemos que matar?

-¿Pues a quien va ser gilipollas? Pues al que este ahí abajo, subnormal.

-No me hables así enano, no conseguiremos el puesto mientras nos quedemos parados y discutiendo. -Dijo mientras apagaba las cámaras del edificio con su pulsera.

Bajaron del tejado como arañas en su hogar y sacando sus armas. El hermano mayor sacó de su espalda un palo blanco que parecía muy tecnológico, y pulsó un botón, el palo se convirtió en un arco de colores blancos y verdes. Rick llevaba las varas y las desempuñó siendo después unas dagas gemelas afiladas. No entraron en la misma sala donde sucederá el asesinato, sino a dos pasillos atrás.

Llegaron al pasillo, Era un hombre de cuarenta, cuarenta-y-dos años. Tenía la piel bronceada, y era alto. Sus ojos oscuros estaban mirando a un cuadro, su pelo estaba rapado y tenía un poco las orejas grandes, estaban llenas de piercings dorados y plateados. Sus ojos oscuros estaban mirando a un cuadro suyo, pensando que debería mejorar en él. Se llamaba Antonio José Lopes, el mejor pintor abstracto del Museo de Sao Paulo.

Se asomaron los dos adolescentes. Y el mayor sacó el arco mientras que Rick sacó la cámara del teléfono y grababa como lanzaba la flecha en la espalda, debajo de las costillas, una zona letal. Antonio cae al suelo y le sale un charco de sangrecerca del cuerpo.La flecha salió por el otro lado.

-¡Rey, tío, porque lo matas en el primer golpe, que yo quería hacer algo!

-Lo siento, quería hacerlo rápido.

-Bueno,...Pues tendremos que hacer algo para que elijan el mío. Haré aunque sea mi idea... Graba. -Le dio el teléfono a Rey y cogió mejor las dagas salió corriendo hasta el cuerpo y le cortó con el cuchillo y sacó algo de dentro, viéndolo desde la cámara... ¡Era su corazón!

-¡Pero que haces enano , estas loco! ¿Pero qué haces sacando el corazón?

-Hago lo que un demonio haría en un momento como este- sacó tal sonrisa que los dientes parecían colmillos. Cogió la flecha verde de Rey y la dejó clavada con el corazón en el cuadro. -Y así es como alguien se hace merecer un nombre sangriento.

Rey paró de grabar, dejaron la marca de Ala Negra y se fueron como vinieron. Entonces, cuando se van corriendo por los tejados, escucharon las sirenas por detrás, un sonido de motor que estaba más cerca. Eran Connor y Edward con una moto negra de alquiler con Connor con el casco y Edward quitándoselo de la cabeza y chillando.

-¡Bajad ahora mismo de ahí!¡ Estáis detenidos!

-¡ Ni por asomo! - Dijo Rey sacando una cajita que tiró justo casi al final del tejado y se transformó en una moto super sónica. Sé montaron y bajaron del tejado como cohetes en el cielo oscuro de la noche. Siguieron mucho rato, casi les consiguen parar los pies en la huida, pero Edward intentó parar a Connor, pero solo consiguió que fuera más lento. Fue lo suficiente como para llegar al embalse y Rey pulsó un botón, otra vez la moto se transformó en aerodeslizador, pasó por todo el embalse y llegaron a un helicóptero que estaba encima donde entraron la moto. Dentro era como un helicóptero de combate. Lleno de armas, dentro estaba la "Caballera de Fuego" esperándolos con su traje de asesina, abrigo negro largo con camisa de cuello largo roja, pantalones negros ceñidos y botas rojas largas; con pamela roja, pelo suelto y antifaz negro.

-¿Que tal os ha ido?- Dando su mirada fija, como diciendo solo a ellos "mentir, nos escuchan".

-¡Magnífica! Me he sentido vivo, como si el demonio se hubiera metido dentro de mi y lo hubiera hecho por mí.

-Perfecto, ha sido perfecto.-Dijo Rey-Me ha gustado hacer tal muerte. La verdad, ha sido demasiado fácil.

-Enseñadme el vídeo, haber como lo habéis hecho. -Dijo mientras Rick le daba el teléfono, cuando acabó de ver el video sus ojos enseñaban miedo por unos segundos y volvieron de nuevo a la normalidad.-Dejadme el video y se lo daré yo misma a la Corte del Cuervo Negro, quiero hablar luego con vosotros, tengo que enseñaros unas últimas lecciones antes de que os den el nombre.

El helicóptero siguió subiendo muy alto, y entonces , entre las nubes, se podía ver como una sede flotante. Era como una placa de hierro que se sujetaba con motores super potentes, peor no era solo de hierro. Había por encima un mogollón de plantas exóticas, tenía una cúpula para poder respirar de cristal. Cuando salieron del helicóptero Danielle fue a ver a la Corte del Cuervo Negro, los creadores de Ala Negra, los que le destrozaron la vida, pero los que la cuidaron hasta estos días.

Ala NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora