Instinto || Jasper Hale • Crepúsculo

10

Loona.

Ya había pasado un día desde que todos fuimos a La Push y hoy era día de escuela. Estaba emocionada por ver a Jasper otra vez ya que durante el fin de semana no había dejado de pensar en mis verdaderos sentimientos por él. También intente dejar de pensar en lo que pasó con Zack y fue más fácil de lo que pensé.

Cuando llegué al salón de Trigonometría pude ver a Vick sentada en su mesa esperando a su compañero.

-Parece que reviviste -le dije al ver que se veía renovada.

-Sí, creo que una gripe era lo que me faltaba para estar al cien después -dijo riendo- Escuche lo que pasó con Zack, esta esparciendo rumores sobre que lo intentaste besar allá e la playa.

-¡¿Qué?! -exclamé con la cara roja de enojo. Era un completo tonto- ¿Cómo es que se atreve a inventar algo así? ¡Es un completo idiota!

-¿Quién es el idiota? -pregunto Jasper mientras se posaba a mi lado.

-Zack Evergreen -contesto Vick a la respuesta de Jasper- Ha esparcido un rumor sobre Loona.

-¿Rumor? -dijo volteando a mirarme

-No es nada importante, mejor vámonos a sentar -dije restándole importancia al asunto de Zack, ya planeare algo para arreglarlo.

Tomamos asiento hasta atrás del salón y luego de que acomodara mis cosas me entrego una caja roja.

-Ábrelo cuando salgamos de clases -me dijo sin verme, juraría que estaba avergonzado.

Jasper. 

No sabía que rayos estaba pensando cuando le entregué la caja a Loona, mas bien, no sabía que hacía cuando estaba cerca de Loona, era como estar en otra sintonía a la habitual.

Cuando guardo la caja en su mochila sus ojos brillaron tan tiernamente. No pude creer que había aguantado tres días sin ver esos ojos ónix, pero decir que no había dejado de pensar en ella sería una mentira, durante el sábado entero pase hablando con Alice sobre Loona y sin querer revelé varias cosas que solo tomaban voz en lo más profundo de mi mente.

Cuando salimos de Trigonometría las personas la volteaban a ver y murmuraban cosas de ella. Pude percibir rastros de tirria y desafecto. Ella claramente también lo notó y pude percibir frustración.

Me encontré a Edward saliendo de una clase y decidí ir con él rápidamente no sin antes decirle un "En unos momentos te alcanzo" a Loona y que ella asintiera.

-Edward -lo llamé y se acercó a mi- Me gustaría que investigaras algo por mi.

-¿Qué paso? -preguntó intrigado por mi repentina petición.

-Es sobre un rumor sobre Loona Black -dije especificando a la persona- ¿Crees que puedas?

-Claro, te ayudare con la chica que te gusta -dijo con sorna.

Me retiré de ahí rodando los ojos y alcancé a Loona en nuestra próxima clase, ahora sí podía decir que me alegraba compartir cada clase con ella.

-Parece que el profesor se enfermo y no vendrá el día de hoy.

-Entonces, ¿te apetece salir en lo que tenemos la siguiente clase? -pregunté.

-Me encantaría -dijo sonriendo más que nunca y salimos al estacionamiento con ella dando saltos de alegría.

Cuando salimos de la escuela nos sentamos en un césped que estaba frente a la entrada.

-Tengo varias preguntas -dije intentando iniciar una conversación, cosa en la que no soy nada bueno.

-Adelante -me permitió con su sonrisa tan distintiva.

-¿Cuando es tu cumpleaños? -fue lo primero que se me vino a la cabeza y me maldecía por eso. 

-El 21 de Julio

-¿Tienes algún otro hermano? 

-Dos hermanas mayores, Rachel y Rebecca, pero ambas se mudaron hace unos años Rebecca se casó con alguien y se mudó a Hawái y Rachel fue a estudiar la universidad en Washington, desde entonces somos Jacob, papá y yo -dijo sin borrar su cálida sonrisa.

- ¿Y qué paso con tu madre? -Creo que ese no es un tema bueno para la conversación.

-Ella murió en un accidente automovilístico cuando tenía 11 años, Jacob solo tenía 9.

-¿Te sentiste mal cuando ocurrió? -me recriminé en cuanto dije esas palabras ya esa no era una buena pregunta sobre ella, podía percibir su dolor y por alguna razón me sentí más cerca de ella.

-Sí, pero tanto yo como mis hermanas nos convertimos en una figura materna para Jacob, en especial mis hermanas, así que cuando se fueron también dejaron un gran vacío así como mamá -se detuvo a suspirar y prosiguió- ,pero todavía tenemos a papá aunque quedó en silla de ruedas, somos una gran familia.

Estaba a punto de hablar cuando pude ver como caía una gota de agua que impacto con la mano de Loona, pensé que iba a llover, pero en realidad estaba llorando. No sabía que hacer en ese momento, pero a lo largo de la historia vi que cuando lloraba lo abrazaban así que decidí intentarlo. Existía un gran peligro al hacerlo, pero confiaba en que los esfuerzos de Alice darían frutos.

Me acerque de poco a poco a ella y la enrollé entre mis brazos, la atraje cuidadosamente a mi cuerpo y cuando al fin estaba cerca de mi ella también me abrazo poniendo sus brazos alrededor de mi cuello.

El tacto de mi piel con su piel era algo sumamente placentero, se sentía tan bien tenerla entre mis brazos, el perfume de su ser inundaba mis sentidos, se sentía bien... Demasiado bien. Tenía gran miedo de lastimarla o acabar con su vida, las ganas de devorarla eran incontrolables, tenía que alejarme de ella, pero no podía, no ahora que se aferraba a mi cuerpo con más fuerza, no cuando al fin sentía a mi alma tan cerca de la suya.

¿Si esto terminaba mal y acababa con su vida?. No sería así, para nada. ¿Pero y si sí pasaba?. Bueno la respuesta era obvia... Si acababa con su vida, también lo haría con la mía. No soportaría estar en un mundo donde ella no existiera. ¿Pero y el dolor que le causaría a sus familiares si ella moría? ¿Qué pasaría con todo el esfuerzo de Carlise para darnos esta vida que llevamos? No podía arriesgar todo eso.

-Eres fuerte, no vas a devorarme -dijo suave y calmadamente Loona.

Me sobresalte cuando dijo eso. ¿De verdad era tan obvio?. No percibía miedo por su parte.

La duda me hizo reaccionar sobre lo que estaba pasando y fue cuando la dejé de abrazar y quedamos de frente el uno con el otro.