Seré más fuerte Gogeta x Vegetto

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Gogeta se desperto malhumorado, tener que ir cada dos por tres al baño, era un fastidio, encima le costaba volver a dormir por un dolor en sus pezones, le dio náuseas por lo que fue corriendo al baño a vomitar, se fue al lavabo para limpiarse la cara hoy sería un día muy largo encima, parecía un muerto. Le dio hambre, por lo que se fue a la cocina, solamente estaba Shin, nadie más, se le hizo algo raro que Vegetto no estuviera comiendo, pero ahora no le importa a donde se haya, ido total que no tiene nada con el, aunque se hayan besado y hayan estado en un momento romántico, Vegetto le pillo en un momento vulnerable.

Shin: Hola, Gogeta.

Gogeta: Hola.

Shin: Gogeta, no has dormido bien ¿Me equivoco?

Gogeta: no, no te equivocas, ¿Se me nota mucho?

Shin: Pareces un muerto, toma tu comida.

Gogeta la agarro y comenzó a comer muy rápido como si no hubiera comido en una semana.

Gogeta: ¿Me podrías dar otro? Por favor, estaría muy agradecido.

Shin: Claro.

Shin le dio otro, y Gogeta por lo rápido que comía casi se atraganta, Shin se acerco para darle palmadas en la espalda.

Shin: Come con cuidado.

Gogeta solo asintió, pero le ignoro y continuo con ese ritmo o una más rápido, pedía y pedía hasta quedar satisfecho. Shin sabia que los saiyajins eran glotones pero Gogeta hoy era mucho peor.

Gogeta: Gracias por la comida.

Justo apareció Vegetto, estaba sucio, con algunas manchas de polvo y también tenía barro se preguntaba en donde se metió, pero no iba a preguntar. Lo único que le apetecía era quitarse este maldito dolor.

Gogeta: Shin, tienes algo para calmar el dolor.

Shin: Si, toma un ibuprofeno.

Se acerco a Shin para que le diera el ibuprofeno, sentía la mirada de Vegetto muy atentamente en el, algo que le incomodaba, se lo tomó, ahora a esperar que le hagan.

Shin: Vegetto vete a bañar ahora, lo pones todo perdido.

Vegetto: Pero tengo hambre.

Shin: Aja, vete a bañar.

Vegetto hizo un pucher, para luego irse a bañar. Gogeta lo vio eso es demasiado infantil, pero le da igual, se fue al baño, tenia que ir, después no sabia que hacer, no le apetecía, leer, y pasear tampoco, se acordó que tenía una camiseta del alfa y se fue a donde lo guardaba, se puso a olerla, ya no estaba con tan mal humor, esa camiseta era su salvación aunque pronto tendrá que cambiarla, ya que se está quedando sin su amado olor.

Pasaron las horas no paraba de oler la camiseta, hasta que alguien abrió la puerta era Vegetto, rápidamente guardo la camiseta, pero para su mala suerte Vegetto le había visto guardarla rápidamente.

Vegetto: ¿Esa no es mi camiseta?

Gogeta: No, no es tuya.

Vegetto se acerco rápidamente quitándole la camiseta.

Vegetto: Sip es mía.

Se giro para ver a Gogeta este tenia su cara roja de la vergüenza, se veía tan tierno demasiado, vio como se tapo la cara con las manos, su dulce omega, es demasiado lindo, volvió la vista a la camiseta, era la que le faltaba, pensaba que la había perdido pero ahora sentía envidia por esa camiseta, por estar con su omega, suspiro para girarse hacia Gogeta, le tenia que preguntar una cosa.

Vegetto: Gogeta.

Llamo la atención de la fusión metamoru.

Gogeta: Q-que pasa.

Vegetto: ¿Estas embarazado?

En ese momento Gogeta se paralelizo en ese momento, no sabia que contestar se puso algo nervioso.

Gogeta: N-no es-estoy em-embarazado.

Vegetto: hmm, ¿Por qué me mientes?

Gogeta: Y¿T-tu porque crees que estoy embarazado?

Vegetto: Simple, estabas en celo y yo me corrí adentro de ti.

Gogeta trago saliva, y desvío la mirada.

Gogeta: ammm, si.

Gogeta puso sus dedos en su frente para irse de ahí, pero Vegetto le agarro el brazo moviendoselo para que no se escapase. Vegetto hizo una sonrisa grande, abrazo con fuerza al omega, este se sorprendió por el repentino abrazo, pero no se queja, se siente muy cómodo, estar entre esos brazos musculosos, si el también los tiene, pero le encanta los brazos y todo el cuerpo de Vegetto.

Vegetto, no dejará que nadie lo dañe, es su omega, y lo iba a marcar pronto.

Vegetto se acerco a su oído.

Vegetto: Gogeta eres mi omega, mi dulce omega, no voy a dejar que nadie te haga daño.

Gogeta se sonrojo esa voz grave y encima como un tono posesivo, le parecía sexy, en esos instantes quería ser marcado por el.