Capítulo 16: Prueba de embarazo

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—Oh, maldita sea, me vas a matar—Freen echa la cabeza hacia atrás y cierra los ojos al mismo tiempo que termina dentro de mi boca.

— ¿Te gustó?—le pregunto cuando ya he tragado, y me incorporo mientras me limpio los labios con una mano. Mi prometida me sonríe, todavía extasiada.

—Gustar es una palabra demasiado simple para describirlo. Fue fantástico—expresa feliz—. No pensé que hacer esto en el estacionamiento de mi empresa me pondría tanto.

—Estacionamiento que no me gusta, pero sirve—comento riéndome, pero ella no se lo toma con humor.

— ¿Cómo que no te gusta? ¿Qué tiene de malo?—inquiere ansiosa al mismo tiempo que se acomoda los pantalones.

—Le faltan jardines, como tú y yo soñábamos—respondo con un puchero. Freen se me acerca y me mira con intensidad.

—Hoy mismo me ocupo de esto—responde—. Si quieres un jardín en este lugar, tendrás un jardín. Lo que sea para la madre de mis hijos.

—No es necesario—niego con la cabeza—. Solo es una tontería.

—Ninguna de las cosas que tú me digas son una tontería—gruñe—. Si me pides que te baje la luna, yo voy por ella, aunque me cueste algunos años.

Me cae que estás bien loca, Freen— me carcajeo—. Pero te amo.

Yo te amo más, chiquita—dice mientras acaricia mi rostro—. Ya no sé qué más decir para expresar todo lo que siento por ti, y lo feliz que me siento de tenerte conmigo otra vez.

— ¿Quién iba a decirlo? Vine por un trabajo y terminé con una prometida...—bromeo.

—Una prometida que siempre fue tuya—susurra—. Solo viniste a rescatarla.

—Siempre mía—contesto asintiendo.

—Y tú mía, siempre mía.

Después de unos minutos de parlotear y besarnos, nos bajamos del auto y caminamos hacia Heartland con las manos entrelazadas. Las miradas obviamente no se hacen esperar porque se suponía que ayer su jefe se casaría, y hoy llega de la mano con nada más ni nada menos que con su ex, que también es su asistente.

Samantha nos sonríe a lo lejos y da saltitos mientras aplaude. Ella siempre tuvo fe en que nosotros volveríamos, y quiero darle un enorme abrazo por ello.

— ¡Quiero anunciar algo, por favor avisen a todos!—grita Freen en medio de la recepción. Yo solo siento como la vergüenza se apodera de mí.

—Freen, ¿qué haces?—le pregunto entre dientes, aferrándome de su brazo. Ella voltea a verme y sonríe de forma traviesa.

—Te dije que quiero gritarle a los cuatro vientos que estamos juntas. Eso es lo que voy a hacer—responde relajada, como si fuera cualquier cosa—. También me voy a disculpar con ellos.

Los empleados no tardan en aglomerarse alrededor de nosotros, y no puedo ni levantar la cara por la vergüenza que estoy sintiendo. Si bien no soy introvertida, es abrumador ser el centro de atención de un momento a otro, y más cuando tienes al lado a una persona poderosa.

—Siendo honesta, los reuní aquí para pedir disculpas por todos los malos momentos que les hice pasar debido a mi mal humor—comienza ella, provocando muchas murmuraciones—. Quería hacer un gran discurso, de hecho, lo escribí...

Las risas no se hacen esperar ante esto, y yo levanto la cabeza. La mayoría de las miradas están puestas sobre mí, a pesar de que es Freen quien está hablando, lo que me incomoda de sobremanera.

"La ex de la jefe"  (Historia G¡P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora