Capítulo 14: Peligro

4.2K 283 3
                                    


Tengo que resistir el impulso de reírme de Freen cuando esta me hace caminar con cuidado durante el camino hacia la recepción del hotel, donde entregamos las llaves.

—Te estoy cuidando literalmente desde que lo concebimos, así mi hijo no tendrá queja alguna de su Madre—me dice divertida cuando se da cuenta de que me quiero reír.

—Hablas como si ya existiera, por Dios—se me escapa una carcajada que hace que algunas personas en la recepción se me queden viendo.

—Ya existe, mi amor—replica, deteniendo su andar.

—Eres una loca—contesto, poniendo los ojos en blanco.

— ¡Soy una loca que te ama!—grita mientras me levanta del piso, y gira conmigo en brazos, haciendo que me quiera morir de vergüenza; pero también estoy increíblemente feliz.

¡Por el amor de Dios, bájame! Se va a enojar la gente—le pido, dándole pequeños golpes en el hombro.

—Pido perdón por las molestias, estoy demasiado feliz porque esta mujer que tanto amo volvió conmigo—se dirige a todos cuando me baja. Yo mantengo la mirada fija en el suelo, escuchando algunas risas furtivas de fondo.

Freen me toma con delicadeza de la barbilla para que la mire, y el inmenso amor que encuentro en sus ojos me hace olvidar la vergüenza que estaba sintiendo.

—Te amo como no tienes una idea—dice en voz baja—. Quiero gritar a los cuatro vientos que estás conmigo, no me importa hacer el ridículo.

Sin dejarme contestar nada, avanza hacia la salida del hotel, llevándome de la mano. Yo solo camino sin pensar, totalmente embelesada por esta Mujer que tanto amo y que, para mí fortuna, me sigue amando.

Cuando llegamos a la camioneta, Freen me acorrala entre la puerta y su cuerpo para besarme con dulzura. Sus labios saborean a los míos sin ninguna prisa, como si fueran lo más delicioso del mundo. No se da cuenta de que los suyos lo son, que son lo más adictivo que alguien pudiera probar.

—No sé cómo voy a poder quitarte las manos de encima para manejar. No quiero soltarte—musita cuando se separa un poco para que tomemos aire. Yo estoy respirando entrecortadamente y me cuesta hablar—. Todavía no puedo creer que te tenga de vuelta y tengo miedo de que...

—Nunca, escúchame, nunca me voy a ir de tu lado—la interrumpo, tomando su rostro entre mis manos—. Quiero estar contigo para siempre.

— ¿Me lo juras?—pregunta ansiosa. Parece una pequeña niña asustada y me enternece muchísimo.

— ¿Dónde quieres que te lo firme?

—En nuestra acta de matrimonio, con tu bonita firma—resuelve con una sonrisa preciosa—. Solo siendo tu esposa voy a poder vivir en paz.

— ¿Tanto quieres ser mi esposa?—cuestiono juguetona mientras la suelto.

—Es lo que más deseo en la vida—responde de inmediato.

—Yo también lo deseo, pero ahora mismo tenemos asuntos pendientes que resolver. No podemos escapar de ellos—le recuerdo, sintiéndome preocupada

—No quiero que te angusties por nada, Bebe—me dice con el ceño fruncido—. Yo voy a resolver todo.

—No me parece, lo correcto es que yo también hable con Nita—insisto.

—Eso está fuera de discusión, Becky—gruñe, dando un paso hacia atrás—. No voy a exponerte a qué te diga o haga algo.

—Tampoco puedo dejar que te enfrentes sola a ella, ¿Qué pasa si te lastima?—imaginar aquella escena me llena de pánico y de nuevo mi respiración se agita.

"La ex de la jefe"  (Historia G¡P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora