"La ex de la jefe" (Historia G¡P)

Capítulo 18: La propuesta

Cuando recobro la consciencia, hay muchos gritos de histeria a lo lejos que pronto reconozco como provenientes de Freen.

— ¡Déjame pasar! Necesito verla, me estoy muriendo de angustia.

—Tranquilízate, hermana—le contesta Kirk—. Anna y Margaret están con ella. Si te ve así de alterada se va a asustar.

— ¡Becky!—me dicen madre e hija al unísono y en voz baja.

— ¿Me desmayé?—pregunto con voz pastosa. Anna, quien está sentada al borde de la cama a mi lado, me acaricia el cabello.

—Sí, cariño. Alguien te atacó y te asustaste tanto que...

— ¡Oh, por Dios!—grito y me siento de golpe, recordando lo que pasó. El corazón se me acelera de nuevo y de pronto tengo la necesidad de ver a mi prometida.

Anna se levanta de la cama, y Margaret se acerca para ambas intentar que me recueste, pero la puerta se abre de forma súbita.

— ¡Princesa!—exclama ella y corre hacia donde estoy para besarme las manos repetidas veces—. ¿Qué pasó, mi vida? Por favor, dímelo, ¿Quién te atacó?

—Freen, deja de llorar y tranquilízate—lo regaña Margaret—. La vas a volver a alterar.

—Por favor déjenme a solas con Freen—les pido—. Necesito hablar con ella.

—De acuerdo, pero tranquila—me pide Anna, y yo asiento.

Freen me abraza y solloza cuando Margaret y mi amiga salen de la habitación.

—No soporto verte así. Lo que menos quería era que algo te pasara, y mírate: alguien te atacó frente a mis narices, maldita sea—reniega antes de soltarme.

—Esto no fue casualidad, me tienen en la mira—le confieso y el rostro de ella se llena de terror.

— ¿Quién te hizo esto?

—Una empleada de tu empresa—respondo y me estremezco—. Lleva días vigilándome, mirándome muy extraño.

— ¡¿Y POR QUE NO ME DIJISTE NADAA?!—me grita, y me encojo—. Lo siento, mi amor, bebé—se disculpa mientras acaricia mi vientre.

—Perdóname, mi amor. No quise preocuparte—le digo llorando—. Ahora entiendo que me equivoqué.

—Claro que lo hiciste—me da la razón—. Becky, ¿no te queda claro todavía lo que significas para mí? ¿Qué si algo te pasa yo me muero? Independientemente de que estés embarazada, tu seguridad es lo más importante para mí.

—Lo sé—susurro y ella niega con la cabeza.

—No, no lo sabes—gruñe—. Si lo supieras me habrías dicho lo que estaba pasando, y yo habría corrido a esa maldita mujer.

—Esa mujer es amiga de Nita—espeto y mi prometida palidece.

— ¿Cómo...?

—Por favor tómate con calma lo que te voy a decir—le pido, pero ella respira con dificultad, tiene mucho miedo.

— ¿Cómo me pides que me calme, si sabes lo mucho que le temo? Desde ese día en que te intentó atacar no he parado de tener pesadillas al respecto.

— ¿Por qué no me lo contaste?

—No quería preocuparte—murmura, y yo lo fulmino con la mirada.

—Ahí está, tú también haces lo mismo—le reprocho.

—Lo mío solo son sueños, Becky, lo tuyo es algo real.