Capítulo 23: Mi jefe FINAL (I)

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Freen me mira con mucha pesadumbre cuando le exijo que vaya tras nuestra hija, pues no quiere dejarme sola en el paritorio. El pediatra nos ha dicho que quiere revisar a Charlotte para cerciorarse de que todo este correcto, ya que ha nacido prematura.

La preocupación no me deja tranquila desde que mi esposa se fue, dejándome a solas con el doctor, que espera a que expulse la placenta, lo cual sucede veinte minutos después del nacimiento de mi hija. Por suerte no me he desgarrado, por lo que no necesito puntos.

—Quiero ver a mi niña—me quejo mientras me trasladan a mi habitación en una camilla.

—Ya la va a ver, señora Chankimha, no se preocupe—me intenta tranquilizar una enfermera que viene a mi lado—. Por lo que pude ver está muy saludable, y no creemos que se vayan a presentar problemas.

—Eso espero—murmuro.

Anna y Kirk me están esperando en la habitación y me sonríen de oreja a oreja al verme.

— ¡Felicidades, amiga!—exclama ella, acercándose cuando me acuestan sobre la cama—. Pero, ¿dónde está botoncito?

—Freen está con ella—respondo con tristeza—. La van a revisar por el tema de que nació antes de tiempo.

— ¿Mi hermana si pudo llegar a tiempo?—pregunta Kirk, bastante asombrado.

—Nos lo encontramos en el elevador—me río—. Y tuvo que regalarle la comida que me traía a una persona que pasaba. Ahora mismo me muero de hambre.

—Kirk, tienes que ir a traerle algo—exige Anna.

—En unos momentos se le traerá comida, señora, no se preocupe—me dice la enfermera y tengo que disimular mi expresión de asco, pues odio la comida de este hospital.

—Gracias—murmuro.

La desesperación me carcome cuando pasa un buen rato y aun no me traen a mi niña. Necesito verla, sentirla y también quiero que Alexander esté conmigo.

Me voy a volver loca.

Cuando estoy a punto de levantarme aunque se me salgan las tripas, veo a Freen cruzar por la puerta, con un pequeño bulto envuelto por una cobija del cual sobresale un hermoso y pequeño pie. El doctor viene detrás de ella y nos dice que todo está perfecto, y mi cuñadito y Anna se acercan para conocer a Charlotte rápidamente antes de que me la den a mí.

Los ojos se me llenan de lágrimas mientras sostengo a mi gordita, que es la bebé más hermosa del mundo y esta suelta pequeños quejidos, pues busca desesperadamente engancharse al pecho, lo que me pone nerviosa, ya que es la primera vez que voy a amamantar.

Al final todo sale bien y mi Charlotte se prende sin causarme dolor como tanto temía. Freen nos contempla a ambas fascinado y con adoración.

La pediatra se retira del cuarto para que podamos pasar estas primeras horas en familia después de verificar que todo marcha bien con mi lactancia.

—Es la niña más hermosa que han visto mis ojos—dice Freen, acariciando la pequeña cabecita de Charlotte, quien sigue comiendo como si el mundo se fuera a terminar—. Y es nuestra.

Sí, mi cielo—respondo feliz—. Y salió igual de comelona que yo.

Ambos nos reímos.

—Eso ni como dudarlo—responde mi esposa antes de levantarse un poco de la silla para darme un beso lleno de amor—. Te amo, mi Bec Bec, me haces la esposa más feliz sobre la tierra.

—Y tú me haces la la esposa más feliz, y botoncito la mamá más feliz.

—Ya somos Madres, no puedo creerlo—sonríe—. Y no de un niño como siempre imaginamos.

"La ex de la jefe"  (Historia G¡P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora