Capítulo 19

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—¡Harry! ¡Harry!

Manos temblorosas lo tocaron por todas partes, acariciando su sensible piel, mientras se estremecía y gemía. No era, precisamente dolor, era más como si estuviese siendo cargado con electricidad.

—Hazz, te amo. No puedes dejarme.

—No me iré a ningún lado, bebé. —intentó tranquilizar a su pareja.

Escuchó a Louis jadear y sintió que se posicionaba sobre su cuerpo, antes de que una mano suave acariciara suavemente su mejilla.

—Abre tus ojos, chico grande.

—Lo estoy intentando.—gruñó. Dios, estaba tan cansado. Solo quería dormir.

—Inténtalo de nuevo. —dijo Louis entre risas.

Con un gran esfuerzo, pudo finalmente abrir sus pestañas y guiñarle a su pareja.

—Pájaro mandón. —rezongó.

Louis rió de nuevo, mientras se estiraba en el piso, y se acurrucaba cerca de su pecho. — Arruiné la alfombra de nuevo, lo siento.

Resoplando suavemente, envolvió su brazo alrededor de su pareja y lo acercó más a su cuerpo. —Lo arreglaremos, cariño.

Las tablas del suelo en el pasillo crujieron, levantó la cabeza, gimiendo por el dolor en sus sienes. Con solo un pensamiento y un gesto de su mano, se cubrió y a su compañero con camisetas y sudaderas.

—Oh. —jadeó Louis. —Eso es genial. —Levantó los ojos y movió las cejas juguetonamente. —¿Funciona al revés?

—Pervertido —bromeó, pero no miró a su compañero. Sus ojos estaban fijos en la entrada, y sus músculos se tensaron, un gruñido salvaje subió por su garganta, cuando Andrew entró en la habitación.

—Corre. —advirtió.

—¿Qué? ¿Por qué? —Louis preguntó mientras movía la cabeza hacia adelante y hacia atrás, mirando primero a Andrew y luego a él.

—No nos va a hacer daño. Ya le dije lo que le haría. ¿Por qué tengo que correr?

—Me está hablando. —respondió Andrew en voz baja desde el otro lado de la habitación. Mantuvo la distancia, sin acercarse más, pero él no relajó su postura enojada.

—¿Lo sabías?

Andrew lo miró confundido.

—¿Saber qué? No tengo idea de lo que está pasando aquí. Fui al hotel a hablar con Louis y él casi me desgarra la garganta—Se ponía más histérico con cada palabra, agitando sus manos salvajemente, mientras levantaba la voz. —¡Luego se convierte en un maldito pájaro de fuego y descubro que ambos son preternaturales y que están emparejados, por el amor de Dios!

—Los humanos saben sobre los sobrenaturales. —dijo Louis en voz baja. —Todos lo hicieron cuando comenzó la Gran Guerra.

—Sí. —Andrew resopló. —Aunque no sabía que ustedes lo eran.

—¿Hay algún problema con eso? —Separó a Louis de él y se puso de pie, tambaleándose levemente, mientras se preparaba para defender a su compañero si era necesario.

—No me importa lo que eres. Me importa que estés emparejado.—Andrew susurró la última parte con tristeza. —Nunca tendré una oportunidad ahora.

Louis se levantó del suelo y se paró junto a él, tomando su mano y uniendo sus dedos. —No, no la tendrás. Él es mío.

—¿Qué? —Las cejas de Andrew se juntaron y miró a Louis como si creciera una segunda cabeza. Luego, muy lentamente, su frente se suavizó y sus ojos se ampliaron, mientras su mandíbula se desquiciaba.

Fuego y cenizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora