Capítulo 20

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—Cariño, estoy en casa. —cantó Harry, mientras entraba por la puerta principal, dos semanas después.

Louis cerró su computador portátil y saltó del sofá, arrojándose a los brazos de su compañero. Apretó su boca contra la de Harry, besándolo ferozmente antes de alejarse, sonriendo como un loco.

—Bienvenido a casa.

—Mmm... —ronroneó Harry, mientras lo levantaba en sus brazos, apretando su trasero y empujándose contra él. —Con una bienvenida como esa, podría tener que trabajar hasta tarde, más seguido.

—Ni siquiera bromees sobre eso. —bromeó. Su excitación burbujeó a la superficie, y no podía esperar un minuto más para compartir las noticias con su amante. —¡Mi libro será publicado!

Harry lo miró boquiabierto por un segundo, antes de que una mano se enredara en su cabello, tirando de él hacia adelante mientras Harry sellaba sus bocas, una vez más.

—Felicidades, cariño. —jadeó contra sus labios, segundos después. —Sabía que podrías hacerlo.

—Gracias. —Respondió aturdido, mientras Harry lo llevaba por el pasillo hasta su habitación.

Lo apoyó sobre el colchón y lo cubrió, mordiendo y chupando su cuello.

—Te quiero, bebé.

—Sí. —gimió cuando se arqueó contra su compañero. —Date prisa.

En el siguiente parpadeo, su ropa desapareció, y un dedo resbaladizo cepillo sobre su pulsante entrada. Moviendo su culo contra la caricia demasiado ligera, miró a su amante a los ojos y sonrió.

—¿He mencionado que me encanta que hayas recuperado tu magia?

—Solo unas cien veces.—respondió Harry distraídamente, mientras le empujaba hacia su agujero con un dedo lubricado. —¿He mencionado que hablas demasiado?

—Más.—Gimió. Harry no tendría que preocuparse por la conversación por un tiempo. El toque de su compañero siempre le freía el cerebro y lo dejó luchando por formar palabras.

Un segundo dedo empujó dentro suyo, y su espalda se inclinó hacia arriba de la cama, mientras se mecía hacia adelante y hacia atrás en los gruesos dedos. — Ahora, Hazz. —Shh, bebé. No estás listo.

Harry introdujo y sacó los dedos, girando la muñeca y haciendo tijeras, hasta que pudo agregar un tercero. Gimió y se retorció, moviendo su cabeza hacia adelante y hacia atrás sobre la almohada.

—Por favor.—suplicó. No importa cuántas veces se unían entre así, solo mejoraba. Sus ojos se abrieron cuando un líquido pegajoso y frío rozó sus pezones. —¿De dónde sacaste eso?

—Magia. —murmuró Harry, dejando a un lado la botella de jarabe de chocolate antes de inclinarse sobre él y chupar uno de los brotes de color cobre en su boca.

—Amo la magia. —Suspiro, mientras sus dedos se apretaban en el cabello largo de Harry.

La lengua de este se arremolinaba alrededor de su pezón, lamiéndolo mientras sus dedos seguían aserrándose dentro y fuera de su necesitado canal. Su polla palpitaba y se retorcía, goteando líquido preseminal sobre su vientre, mientras se estremecía bajo la boca de su amante. Después de los besos húmedos sobre su pecho, Harry se puso a trabajar, prodigando atención en su otro pezón, lamiéndolo y tirando de el con los dientes. Una vez que había terminado, se sentó sobre sus talones y se lamió los labios seductoramente, antes de palmearle su dolorido pene e inclinarse para tragarlo profundamente. Dedos se movieron dentro de su túnel, rozando su punto dulce y haciendo que las estrellas exploten detrás de sus ojos.

Fuego y cenizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora