𝗔𝗧𝗔𝗥𝗔𝗫𝗜𝗔 ★ ᴀʀɪs ᴊᴏɴᴇs

★chapter one. . . .

chapter one: the guy
«el chico»

(aviso: no me he leído los libros y probablemente haya cosas que me invente yo solo para que mi historia tenga sentido, como que lo que sería el Claro es "la Zona". Es un fanfic, acuérdense)

PATRI HABLABA SERIAMENTE CON HARRIET. El nuevo palo estaba tardando en llegar, y llevaba ya varios días de retraso. El peor miedo de la previsora Patri era que dejaran de llegar chicas a aquel lugar que en los últimos años se había convertido en su hogar, probablemente porque era lo único de lo que se acordaba. Algunas veces tenía sueños lúcidos que parecían tramas de su pasado, pero en cuanto despertaba no recordaba más que un destello azul. Solo una vez había conseguido recordar algo más que eso, y eran unos ojos azules empapados en lágrimas. 

Ahora, bien, volviendo a esta conversación, que ahora mismo se estaba tornando un programa de entretenimiento para las chicas que las miraban curiosas, en la que Harriet estaba casi hiperventilando, hablaban de que harían si nunca volvían a ver una nueva chica. No podían permitirse perder a nadie, por lo que, en el hipotético (y cada vez más probable) caso de que esto sucediera, dejarían de visitar aquel Laberinto que las rodeaba. O al menos eso era lo que Patri pensaba.

—No —Harriet la miró, severamente—. Simplemente no. 

—Pero Harriet... 

—¡No! Patri se que quieres la seguridad de todos los Palos, pero también tenemos que encontrar una forma de salir de aquí.

—¡Claro que quiero salir de aquí! —dijo Patri, enfadándose—. ¡Pero quiero salir con todas! ¡Prefiero vivir aquí antes que salir solo con la mitad! ¿No lo entiendes? ¡Somos todo lo que tenemos, no podemos arriesgarnos las unas a las otras así de gratuitamente!

—¡Pues entonces dime, porque no hay un punto medio!

Justo antes de que Patri le respondiera mordazmente, María, una niña con un acento extranjero (español, según ella), se les acercó rápidamente.

—A ver, Belenes Estebans —dijo ella. Al ver las caras de confusión de las líderes, rodó los ojos—. Son cosas raras de las que me acuerdo, dejadme en paz —volvió a mirarlas—. No creo que tengáis que pelearos más, la caja ya está llegando.

¿Tan enfrascadas habían estado en la discusión que no se habían dado cuenta de la alarma? Se giraron a ver al corro de chicas que se arremolinaban alrededor de la caja y Patri dejó que Harriet corriera hacia ella. Esta se paró a medio camino y le gritó a Patri:

—¡Perdóname, Cleo!

Patri solo la miró riéndose. No se podía enfadar con ella ni una hora. Comenzó a caminar con parsimonia en dirección al grupo de chicas mientras veía como Sonya bajaba. Se alteró un poco cuando oyó un jadeó a nivel grupal y como murmullos atónitos recorrían el espacio. Pero en el momento en el que oyó la palabra "chico", comenzó a correr hacia la caja. Se hizo hueco entre las chicas y de un golpe se posicionó al lado de Sonya. Y en cuanto lo vio, le empezó a doler la cabeza. Cerró los ojos y frunció el ceño, y esos ojos azules que cada noche aparecían en sus sueños volvieron a hacerse hueco en la mente de Patri con más nitidez que nunca. Entonces, de un golpe, los volvió a abrir para encontrárselos de frente. De hecho, vio a un chico. Un chico bastante alto, y muy menudo, de tez pálida y unos grandes ojos azules que miraban confusos a las chicas. Tenía la delgada nariz enmarcada en pequeñas pecas y el pelo de color castaño claro, muy corto. Estaba sentado en el suelo con las rodillas pegadas al pecho y las manos sobre estas. Patri giró la cabeza varias veces, mirando a Sonya, y luego al chico, como si no se lo creyera. Entonces, María gritó, haciendo drama como siempre, con su extraño acento:

—¡ES UN PUTO CHICO!

645 palabras
Areh ✨🌿