★chapter eight. . . .

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chapter eight: don't tell patri «no se lo contéis a patri»

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chapter eight: don't tell patri
«no se lo contéis a patri»






MARÍA LA CHISMOSA, así había nombrado Miyoko a María después de que esta le contase lo descubierto y probablemente así se quedaría

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MARÍA LA CHISMOSA, así había nombrado Miyoko a María después de que esta le contase lo descubierto y probablemente así se quedaría. Miyoko en ningún momento había juzgado a Aris, como habían hecho la mayoría de las chicas, pero a la asiática le daba vergüenza hablar con él. María, que sabía esto, solo le contó lo descubierto en el diario a Miyoko, pues confiaba plenamente en ella y sabía que no era una correveidile. Aún así, su respuesta no fue la esperada.

—¿¡Que has hecho qué?! María, eso no está bien, tonta. No puedes coger un diario personal y leerlo sin permiso -María escuchaba la reprimenda en el jardín, mirando al suelo-. Segundo, se lo vas a contar a Cleo o Harriet, son las líderes y tienen que saberlo. ¡Y antes se lo vas a decir a él!

-¿Qué está pasando? -Sonya apareció de la nada, con una sonrisa en la cara- ¿Qué has hecho ahora, tronquito?

Tronquito era uno de los muchos nombres que tenían para María, ya que era mas pequeña que todos los Palos.

María rodó los ojos, con la intención de mantener la boca cerrada, pero Miyoko no parecía estar de acuerdo con esto.

-Ha leído el diario de Aris y se ha enterado de que él recuerda muchas cosas, y que él creó el Laberinto, y que nos tiene que sacar para luego llevarnos a la segunda prueba de nosequé... pero que nos va a ayudar a nosotras.

Sonya miró mal a María.

-Uy. No se lo digáis a Cleo -les ordenó Sonya-. El único testigo de que Aris no nos va a traicionar es una página de su diario. Imagínate como se pondrá, si encima le gusta él... -Sonya abrió un poco los ojos e hizo como que no había dicho nada.

-¡¿Qué a Cleo le gusta Aris?! -Sonya fue a taparle, pero ya llegó tarde.

-Meri, hay que enseñarte cuando hay que decir las cosas.

Sonya se quedó ayudando a Mikoyo en las huertas, pero un chico apareció sonriendo a su lado.

-¿Me necesitabais? -dijo él, contento.

-No, mi rey -le respondió Sonya de broma-. Espera no, tú solo eres el rey de Cleo -dejó cinco segundos para que se pusiera rojo, se rio, y volvió a la normalidad-. Ahora en serio, no. ¿Por?

-Juraría que María me había llamado... -murmuró casi para si, poniendo una mano en su barbilla.

-Ah, bueno -Miyoko miró a Sonya antes de seguir hablando-. A nosotras no, pero a María si tendrías que preguntarle unas cosas...

Aris dejó de fruncir el ceño.

-¿Y dónde está esa ardilla?

-Allí -Miyoko señaló sonriendo un pequeño banquito donde María pasaba las horas sin hacer nada, y Aris comenzó a dirigirse hacia ahí.

Cuando llegó, María levantó la vista para encontrarse con los ojos azules de Aris, que la miraban confusos. Aris se sentó al lado de María en el banco: de madera blanca, resistente.

-¿Qué ha pasado?

María pensaba en las palabras para confesar su crimen.

-Pues... -sonrió culpablemente-. ¿Cómo era mi madre?

Al decir eso, Aris frunció el ceño (confundido, otra vez) y de repente un "clic" sonó en su mente. Sin siquiera pensarlo, agarró a la niña del brazo y la metió en la cabaña muy serio.

La sentó en la cama y él se puso de rodillas, mirando a la niña.

-¿Por qué has hecho eso, María?

María le miró triste.

-Yo solo quería ver qué ponía... no creía que pasaría nada...

-Vale, ¿y ha pasado algo?

María bajó la mirada.

-...sí...

Aris suspiró. Era la primera vez que María le veía en ese estado. Todo rasgo de confusión, suavidad había desaparecido, y ahora tenía el ceño fruncido, se pasaba las manos por el pelo y no mostraba expresión alguna.

-Aris, yo te creo cuando dices que nos ayudarás... la que no sé yo si te creerá es Cleo.

Aris miró a María asustado.

-¡¿Se lo habéis contado?!

No, pero sabía que Miyoko iba a hacerlo hiciese lo que hiciese.

-No... -vio por la ventana a Miyoko caminando con decisión a Patri-. Pero está apunto...

Aris miró en la misma dirección que ella, y aterrizado, contempló como el rostro de Patri cambiaba: primero, confusa; luego, triste; y por último, no hizo nada. Solo dejó de expresar sentimientos. Le dijo algo a Miyoko y se volvieron a alejar.

-¡Mierda! -soltó Aris antes de salir corriendo de la cabaña.





-¡Mierda! -soltó Aris antes de salir corriendo de la cabaña

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741 palabras

Si soy sincera este capítulo estaba de puro relleno, así que no tenía mucha inspiración. Igualmente lo intenté hacer lo mejor que podía.

Por cierto, os gustan los nuevos banners y portada?

Areh ✨🌿

𝗔𝗧𝗔𝗥𝗔𝗫𝗜𝗔 ★ ᴀʀɪs ᴊᴏɴᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora