𝗦𝗨𝗥𝗩𝗜𝗩𝗘; the black phone

we will live

Viviremos

James Peterson

Nunca antes le había costado tanto abrir los ojos. James no sabía si finalmente había dejado el mundo cruel en el que vivía, no sabía si se había sacrificado para que Finney tuviera más tiempo para correr en rumbo a su hogar. Una parte de él deseó que sea así, ya no tendría que vivir más con el dolor de haber perdido todo a su paso.

Pero a su conciencia le gustaba jugar con él mismo constantemente, así que al abrir sus ojos verdes se volvió a encontrar en el lugar donde todas sus pesadillas eran reales, logrando que todas las ideas de que finalmente había muerto desaparecieran, y que su alma se cayera hasta sus pies al ver a Blake recostado en el mismo colchón sucio que él.

Un sentimiento de angustia inundó su cuerpo, corriendo por su espalda y bajando hasta la punta de sus pies, chocando con el colchón.

Se sintió inútil al ver al castaño ahí durmiendo, no había logrado nada, no había hecho el suficiente esfuerzo como para que Finney pudiera escapar del raptor. Y además, había recibido una puñalada en la pantorrilla como premio exclusivo.

Bajo la mirada a su pierna herida, la cual se encontraba vendada cuidadosamente con vendas y gasas, y al parecer eran las suficientes como para que la hemorragia fuera casi nula.

Los recuerdos de la noche anterior eran muy confusos como para poder ponerles un orden específico, Peterson solo sabía que en un momento de la noche anterior, toda su pierna derecha se tiñó de rojo.

Intentó sentarse, lo cual resultó una experiencia muy desagradable, y después de haber tenido que contener algunos gritos de dolor y ardor y unas lágrimas, James logró sentarse en el colchón recostándose en la fría pared detrás suyo.

Observó alrededor suyo, se encontró con las mismas paredes de siempre, la misma puerta metálica que tanto odiaba, el condenado teléfono que lo hacía escuchar voces de muertos, se sentía como la primera vez que despertó en ese sótano. Solo que esa vez, todo tenía un aire tristemente familiar y un ambiente frío como el concreto de la pared.

Finney se despertó, el castaño se sentó en el colchón y miró hacía atrás donde se ubicaba su compañero, encontrándose con un chico con los ojos perdidos en algún lugar del piso del sótano.

Blake bajó la mirada hacia la pierna de Peterson y seguido de eso se pasó el dorso de su mano por la nariz, revelando sangre.

—Hijo de perra —murmuró.

James no era capaz de ver la cara del castaño, sentía vergüenza de no haber logrado su cometido para que Blake pudiera escapar, otra vez estaban en ese lugar por su culpa.

—Perdón… —dejo salir. Sabiendo que esas palabras no se ganarían el perdón de Finney.

El castaño lo miró extrañado.