The Femboy

Hard

Se desnudaron con dificultad quedando sólo sus prendas inferiores, ya que apenas y querían separarse. Wooyoung se sacó la falda de cuero negra antes de deshacerse de sus bragas mientras San se apartaba unos instantes para sacarse los jeans rasgados junto a la ropa interior.

Al verlo completamente desnudo, Jung palmeó sus propios muslos.

— Ven y móntame cariño — puso un condón con textura envuelto en su boca y ambos lo abrieron con los dientes una vez el pelinegro volvió a subirse en su regazo, rozando sus labios.

San se lo puso a su novio, quien ya tenía una prominente erección al igual que él mismo.

Listo para iniciar y desbordante de excitación, estuvo a punto de dejarse caer, pero su novio lo interrumpió.

— Espera — lo vio rebuscar con desesperación en los cajones y sonreír cuando encontró el objeto.

Tragó en seco cuando lo vio; era u anillo para retener su orgasmo. Aunque no negaba que eso le excitaba más.

— ¿Asustada, princesa? — su orgullo le hizo negar con la cabeza en alto, sosteniéndole la mirada.

Él simplemente ensanchó su sonrisa.

— Bien, ahora sí puedes comenzar nena — le dijo tras habérselo puesto con delicadeza.

Tomó sus caderas mientras San descendía sobre su erección con lentitud. Ambos dejaron salir un gemido en cuanto estuvo totalmente dentro.

No pudo hacer más que echar su cabeza hacia atrás cuando el cuerpo encima suyo comenzó a realizar unos movimientos casi hipnóticos.

¿Qué había hecho San con él? Se sentía tan atraído como nunca en su vida le había sucedido.

Con los minutos los movimientos se convirtieron en saltos que comenzaban a provocar sonidos obscenos. El pelinegro tenía los ojos cerrados y la boca abierta en una expresión digna de mangas para adultos. Sus manos estaban apoyadas sobre los hombros de Wooyoung, quien comenzó a impulsar su cadera al mismo ritmo de él.

La textura del condón hacía que todo se sintiera más placentero, así que no pasó mucho cuando se sintió cerca, derramando lágrimas de placer y recordando con frustración que no podía correrse por el maldito anillo.

Wooyoung sonrió internamente, porque sabía que no faltaba mucho para que su novio comenzara a rogar.

— W-woonie, mm — le llamó como pudo, con la voz casi rota, la vista nublada por sus propias lágrimas y su cerebro intentando formular palabras coherentes — p-por fa-ah, favor.

— Por favor ¿Qué?, mm — él mismo no estaba en mejores condiciones, simplemente era demasiado.

Pero aún así le gustaba jugar con la cordura de San.

Al no recibir respuesta soltó su cadera subiendo su mano derecha al cuello contrario y apretándolo un poco.

Ante la falta de aire, el pelinegro se sintió aún más abrumado y ebrio por su propio placer, tomando una respiración profunda en cuanto Wooyoung se lo permitió.

— Q-quiero correrme — el de cabellos púrpura jugó un poco más con su paciencia y su respiración hasta que él mismo no pudo aguantar más.

Le quitó el anillo y ambos se corrieron con fuerza.

San sobre su abdomen y Wooyoung dentro suyo.