The Femboy

Volver a empezar

Había estado muy nervioso hace unas semanas, cuando Wooyoung le dijo que le presentaría oficialmente a sus padres tras revelarle que su mamá había aceptado ayudarlo con la situación en su casa. Sin embargo, ahora admitía que había sido tonto al preocuparse tanto cuando los padres de su novio lo adoraron desde que se presentó; se mostraron comprensivos con el hecho de que no les informaran antes de su relación y cariñosos con la idea de ver a su propio hijo enamorado como nunca.

— Comprendo si no quieres levantarle cargos porque es tu padre, al fin y al cabo, pero al menos una orden de alejamiento me parecería lo más prudente. Con lo que me has relatado me temo que no puedo permitir que la situación escale — le dijo la señora Jung una vez estuvieron a solas en la sala de su modesta pero linda casa.

Asintió conforme con la conclusión a la que ella había llegado.

— Necesito que intentes grabar conversaciones donde estén discutiendo o tomar fotos de los hematomas que tiene tu madre, con esa evidencia debería ser suficiente para conseguir esa orden. Luego necesitaré que me llames en el momento donde estén discutiendo para enviar a la policía y que puedan sacarlo de la casa.

Volvió a asentir.

Por lo que esas dos semanas desde la visita a la casa de sus suegros se había encargado de reunir las evidencias que la abogada le pidió con la mayor discreción que pudo. Agradecía y apreciaba mucho el hecho de que su novio eligiera no estar presente cuando le dio su declaración completa de cómo eran las cosas con su papá para no incomodarlo. Su suegra también le había asegurado que nadie más se enteraría de la situación debido a su ética profesional y también en honor a la confianza que se le estaba otorgando.

Un mes después a su padre se lo llevaron los oficiales. El hombre se puso furioso y le gritó miles de improperios mientras lo obligaban a subir a una patrulla; no recuerda las palabras exactas, porque no es algo que quisiera conservar en su memoria, pero sabe que de no ser por la capacidad de reprimir sus emociones hubiese estallado en llanto.

En la comisaría le dirían a su padre que en acuerdo de no levantar ningún cargo por violencia intrafamiliar ni recurrir a un juicio más extenso debía cumplir estrictamente con la orden de alejamiento. Cualquier avistamiento de él cerca a cualquiera de los cuatro implicaría una demanda más grave.

La señora Jung no tuvo el corazón para decirle a su yerno que a ese hombre ni siquiera pareció importarle, que simplemente había llamado el número de una mujer para que fuese a buscarlo y en menos de una hora había desaparecido sin siquiera preguntar si alguna vez podría volver a ver a sus hijos o tan siquiera comunicarse con ellos.

Por otro lado, la madre de San no había estado de acuerdo con lo que había hecho su hijo por un par de semanas alegando que sería muy difícil mantener esa casa y tres hijos ella sola, que necesitarían de una figura paterna, que se supone que eran una familia y demás cosas que el pelinegro se negó a escuchar. Ella algún día tendría que entender que lo único que hizo fue ponerlos a salvo.

• ────── ✾ ────── •

— ¿Es la última San? — preguntó Wooyoung refiriéndose a las cuatro cajas con la ropa y pertenencias de su hermoso novio que se encontraban en el maletero de su auto. San asintió, a pesar de que hacía el esfuerzo por sonreír se sentía un poco nostálgico, pero después de un mes viviendo sólo con su mamá y sus hermanos se dio cuenta de que la mujer ya no lo quería allí, por la supuestamente terrible traición que ha cometido, fue mucho peor cuando le confesó que Wooyoung era su novio, ella se escandalizó y luego se puso fúrica echándolo de la casa no sin antes darle una cachetada.

Wooyoung al ver su expresión dolida y distante lo besó en las mejillas, la nariz y la boca haciéndolo reír suavemente.

— No te preocupes amor, algún día lo entenderá — asintió sin ganas de seguir hablando de ello — ve subiendo, terminaré de acomodar esto.

Cerró el maletero, feliz porque finalmente San se mudaría con él, sin embargo, no quería demostrarlo demasiado porque era consciente de que él estaba desanimado por como terminaron las cosas en su casa.

En el camino al apartamento no hablaron, sin embargo, el silencio entre ellos nunca era incómodo.

Este era un nuevo capítulo en su relación.